Fernando Grande-Marlaska ha anunciado que la Dirección General de Tráfico (DGT) obligará a todos los motoristas a usar cascos integrales o modulares de protección y guantes homologados en carretera. Así lo ha afirmado el ministro del Interior durante la presentación, este jueves, del balance de siniestralidad vial del año 2023, donde ha referido que la medida viene precedida de la muerte de 463 conductores de motos en carretera, la cifra más alta desde el año 2014.
Para reducir estas cifras de siniestralidad, ha explicado, la DGT también creará un curso obligatorio para todos los conductores del permiso B de conducción con tres años de antigüedad que quieran pilotar motos de hasta 125 centímetros cúbicos (cc).
Asimismo, actualizará el contenido de los cursos de recuperación de puntos para incorporar un perfil específico para los motoristas que han perdido su saldo y para los que se programarán cursos de conducción segura y eficiente.
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Hasta ahora, los conductores de vehículos con carnet B, la licencia que permite a los ciudadanos conducir automóviles cuya masa máxima autorizada no exceda de 3.500 kg y estén diseñados y construidos para el transporte de no más de ocho pasajeros, además del conductor, podían conducir motos de menos de 125 cc y 15 cv de potencia tras tres años de experiencia al volante. Desde ahora, se necesitará acudir a este curso.
Los cascos integrales son aquellos que cubren toda la cabeza, mientras que los modulares o abatibles son los que permiten abrir la parte delantera. Ambos son seguros, siempre que procedan de marcas de calidad, aunque el primero ofrece una mayor protección para los conductores, mientras que el segundo destaca por su comodidad y versatilidad.
Durante la rueda de prensa, Fernando Grande-Marlaska también ha hecho balance del año de seguridad vial en carretera, y ha señalado que en 2023 se han producido 1.048 siniestros mortales en carreteras españolas en los que fallecieron 1.145 personas y otras 4.495 resultaron heridas graves. "Hemos tenido más desplazamientos que en 2022 y no ha habido más fallecidos. Son malos datos, como lo son todos los años, pero es necesario contextualizarlos para adoptar las medidas necesarias y corregirlos en lo posible".