En el salón del humilde piso de Miglena nunca falta una vela encendida por su hijo: Ivailo Petrov. Esta jornalera agrícola vive instalada en una terrible montaña rusa de emociones, por las incógnitas que le genera el paradero de su querido Ivo: desaparecido desde la madrugada del Día de Reyes, tras naufragar en una piragua robada en la que también navegaban Francisco Javier Medina, de 22 años, y José David, de 17 años. "Puede ser que mi hijo robase esa piragua, pero no es posible que lo hiciera solo y sin la ayuda de nadie", tal y como sostiene Miglena Petrova.
Esta madre coraje llega a esa conclusión en base a dos datos objetivos. El primero: el propietario de la piragua ha denunciado que se empleó la fuerza en el robo porque le reventaron el candado del garaje de su piso de Los Alcázares. Además, a la vista de las características de la embarcación, a su dueño le resulta poco creíble que un menor de edad, de físico delgadito, fuese capaz de desplazar sin la ayuda de nadie, una embarcación tipo india, de tres plazas de capacidad y 3,5 metros de eslora, desde la plaza del Espejo hasta una playa del Mar Menor.
El segundo motivo por el que Miglena mantiene que su hijo no actuó solo aquella madrugada del Día de Reyes, se debe a que considera que "faltó a la verdad" uno de los supervivientes al naufragio: Francisco Javier Medina. En una entrevista con EL ESPAÑOL, Javier afirmaba que esa noche: Ivo fue a su casa para decirle que tenía localizada una embarcación ligera que llevaba días abandonada, varada en la playa, y que podían cogerla para meterse en el Mar Menor a fumarse un pitillo. "Está demostrado que esa piragua fue robada", subraya esta búlgara, de 33 años.
"No me puedo creer que mi hijo robase a solas esa piragua; me parece imposible que sea capaz, por sí mismo, de cargar una embarcación que mide tres metros y medio", insiste Miglena Petrova. "Mi hijo iba al gimnasio para ponerse fuerte porque no quería que se aprovecharan de él". De hecho, esa versión es la que expondrá en las acciones legales que emprenderá de la mano de su letrada, Verónica Ene, cuando culmine el dispositivo de búsqueda de Ivo: "Quiero saber toda la verdad sobre lo sucedido en el robo y en ese naufragio en el Mar Menor".
EL ESPAÑOL acompaña a Miglena este viernes, cuando el dispositivo de búsqueda suma su octavo día sin localizar a su hijo y sin hallar nuevas pistas sobre su paradero. Lo único que se ha encontrado de Ivo ha sido una de sus chanclas desde que el Día de Reyes empezaron a inspeccionar el Mar Menor. "Todavía no ha aparecido su otra chancla ni el bolso de Nike, de color negro, tipo bandolera, donde llevaba su iPhone, una cartera azul y un paquete de tabaco Camel", enumera desesperada esta mujer, sentada en la cama del cuarto de su añorado hijo. "No puedo explicar cómo me siento".
En la habitación de Ivo todo está ordenado. En las estanterías que hay sobre un televisor al que conectaba su Play Station 3, destacan los pendientes que solía lucir, varios botes de perfume, una reproducción de un tractor en miniatura, debido a la pasión de este menor de edad por el mundo del motor, una caja con mantecados típicos de Ucrania que le regaló una amiga y una hucha donde metía dinero para ahorrar para comprarse videojuegos. "Le gustaba jugar a la videoconsola con su padre", resalta Miglena, bajo la mirada cómplice de su pareja: Krasimir. "Esta espera es terrorífica".
Durante estos días interminables, Miglena y Krasimir cuentan con el apoyo constante del alcalde de Los Alcázares: Mario Cervera. "Este fin de semana vamos a revisar la zona norte del Mar Menor", según avanza el regidor a EL ESPAÑOL. "Parece que si la legislatura no empieza con una desgracia no es mi legislatura", reflexiona apesadumbrado Cervera, un político curtido con la DANA que arrasó su pueblo en 2019 y que no pega ojo con la desaparición de Ivo. "Ya no sabemos dónde mirar".
De hecho, durante siete días se ha peinado la zona de referencia que han ofrecido los dos supervivientes del naufragio a los miembros del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil y a Protección Civil de Los Alcázares. "Hemos revisado la isla de la Perdiguera, la isla del Barón, el entorno de la base militar de la Academia General del Aire, Los Urrutias y Los Nietos, hasta llegar a La Manga", tal y como detalla el alcalde. De forma que este fin de semana, las labores que hasta solo se centraban en el sur del Mar Menor también se extienden a la zona norte.
"Vamos a ampliar la superficie de búsqueda", confirma Mario Cervera. "Este sábado se celebra la regata de la Carabela de Plata de Los Alcázares y le hemos pedido a la organización que todos los participantes aporten cualquier información de interés para ayudar a la localización del desaparecido". De momento, la vela encendida este viernes por Miglena, se ha consumido sin ninguna noticia nueva sobre el paradero de su hijo. "Todos queremos mucho a Ivo y deseamos que vuelva pronto a casa", remarca esta madre, aferrándose a la esperanza de que su hijo aparecerá por la puerta de casa. "Su abuela ha decidido volar desde Bulgaria para acompañarnos en estos momentos".
La empresa agrícola donde trabajan Miglena y Krasimir, recolectando espinacas y lechugas por fincas de Balsicas, Los Alcázares, Torrevieja o Alicante, le ha trasladado todo su apoyo al matrimonio: "Nuestro jefe nos ha dicho que podemos regresar al trabajo cuando estemos con fuerzas y lo consideremos oportuno". El cabeza de familia cuenta que está valorando "volver al tajo", solo para intentar tener ocupada la cabeza y desconectar de una búsqueda que le atormenta las 24 horas del día.
Nicol, la pequeña de la casa, a sus 15 años, ha dejado de asistir a las clases en el instituto, para ayudar a su hermana, Gergana, de 17 años, en las labores de traducción de sus padres en los contactos que mantienen con la Guardia Civil y con su abogada Verónica Ene. "El Grupo de Homicidios ha abierto una investigación para llegar al fondo de lo que ha pasado", según explica la letrada del despacho MMB Abogados.
Prueba de ello es que una fuente del Instituto Armado confirma a EL ESPAÑOL que los agentes "se han entrevistado varias veces" con los supervivientes: Francisco Javier Medina, de 22 años, y José David, de 17 años. "Ellos son las únicas personas que vieron por última vez al desaparecido, al que se sigue buscando por tierra, mar y aire, en coordinación con otros cuerpos", según concluye la citada fuente.
"Existen versiones contradictorias sobre las circunstancias de este naufragio", tal y como denuncia la abogada. "Francisco Javier, uno de los dos supervivientes, primero le dijo a mi clienta que salieron con su hijo en la piragua para fumarse un cigarrillo en el Mar Menor; luego le contó que iban a pescar; después que querían llegar a la isla de la Perdiguera; más tarde que iban a robar, incluso que Ivo pretendía entregar un paquete de droga a otra embarcación", según enumera Verónica Ene.
"Se está faltando a la verdad en un caso en el que hay un menor desaparecido en el mar hace ocho días: pediremos que se depuren responsabilidades legales en cuanto lo localicen", según avanza la letrada.
El Grupo de Homicidios trabaja para resolver los interrogantes más importantes que rodean a este naufragio en el que se vieron implicados Francisco Javier, de 22 años, José David, de 17 años, y el búlgaro Ivailo Petrov, de 16 años. La Guardia Civil quiere aclarar quién o quiénes idearon el palo al garaje de un jubilado que veranea en Los Alcázares, quién o quiénes decidieron adentrarse de madrugada en el Mar Menor con una piragua robada, con qué motivo zarparon y cuáles fueron las causas de un naufragio que se ha saldado con la desaparición de un menor de edad.
La madre de Ivo admite con sinceridad que su hijo "pudo" participar en el robo de la piragua, debido a que no estaba centrado desde que dejó sus estudios en tercero de la ESO en el Instituto Menárguez Costa. Pero advierte de que "no actuó solo" y recuerda que le tenía "prohibido" a su hijo "juntarse" con Francisco Javier Medina. Todo ello, debido a que tuvieron un encontronazo con sus allegados, los cuales supuestamente fueron con cuchillos y palos al domicilio de esta familia búlgara porque les acusaban de estar detrás del desalojo del piso que Javi ocupó, con su mujer y sus cinco hijos, justo en la misma escalera donde residen Miglena y Krasimir.
"Javier tenía mi número de teléfono, mi hijo es un menor de edad, y me tendría que haber llamado para pedirme permiso para meterse de noche en el Mar Menor", denuncia Miglena Petrova. "Javier es un adulto porque es mayor de edad y mi hijo tenía pánico al agua: no sabía nadar".