Ocurrió el pasado 19 de septiembre, pero el Juzgado de Instrucción número 1 de Coín (Málaga) investiga ahora la muerte de María del Carmen Fernández, una vecina de la localidad, fallecida con tan sólo 51 años por una pericarditis que dictaminó posteriormente la autopsia. La mujer fue atendida aquel día, en primera instancia por una doctora de una ambulancia del 061. Le diagnosticó gastroenteritis y se negó a trasladarla al hospital. María del Carmen falleció a las 2 horas, en su casa, esperando una segunda ambulancia que llegó ya con el médico forense, cuando ya hacía tres horas que había fallecido, esperándola.
La historia la cuenta para EL ESPAÑOL el viudo de María del Carmen, Cayetano García. Lo hace roto de dolor. Denunció los hechos ante a Guardia Civil "al día siguiente del entierro", subraya. Lo hizo acompañado de los testimonios de quienes atendieron a su mujer y la vieron morir.
"No le dieron la oportunidad de seguir viviendo", resume. Más de cinco horas tardó en llegar la ambulancia que debería haberla trasladado al hospital, toda vez que la primera no lo hizo: la doctora dijo que si querían, que la trasladaran al hospital por sus propios medios, tras al diagnosticarle una simple dolencia gástrica.
María del Carmen arrastraba una enfermedad, que se manifestó hace tiempo por dolores en el pecho. Fue diagnosticada con Síndrome de Tietze, y además había sufrido varios infartos. El dolor le veía, indicaban los facultativos, por la inflamación de los cartílagos costales. Según los médicos, no era grave. Debía estar tranquila, sin alteraciones, y tenía recomendado caminar.
Aquel 19 de septiembre Cayetano no estaba en su casa de Coín sino en Barcelona, por motivos laborales. Su mujer estaba en cama. No se podía levantar. Estaba vigilada por Inma, quien la ayudaba y cuidaba porque María del Carmen estaba delicada. A las 8,30 de la mañana Cayetano llamó a su casa para preguntar cómo estaba su mujer y cómo había pasado la noche. "Me dijeron que regular, pero a eso de la hora u hora y media me avisó Inma de que mi mujer no estaba bien. Yo le dije que llamara al 061. Ni te lo pienses, le dije, y me fui para el aeropuerto de El Prat a coger el primer vuelo de vuelta a Málaga".
En menos de una hora en la casa había una ambulancia del 061, con una doctora y un ATS atendiendo a su mujer. Antes, Julia, desesperada, había llamado a las vecinas. Eran en total tres personas acompañándola, siendo una de ellas también ATS. ¿El diagnóstico? Una gastroenteritis. La doctora dijo que estaba muy deshidratada, que bebiera agua y que le dieran suero por vía oral.
A las acompañantes -sin vehículo y al cuidado de personas mayores- no les cuadró ni la gastroenteritis ni lo de darle suero, de tan mal que veían a María del Carmen. No podían moverla de la cama. Preguntaron por qué no le ponían una vía y por qué no se la llevaban al hospital. Lo dijo precisamente, la vecina que era diplomada universitaria en Enfermería. "Que no le parecía normal".
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Les explicaron que la ambulancia no hacía traslados porque no estaba preparada, por lo que convinieron que harían un informe de la situación y que debían esperar a una segunda ambulancia para el traslado. "La doctora les llegó a decir que si querían, que al Hospital la llevaran ellas", detalla Cayetano a este periódico. Solo había una ambulancia para traslados toda la comarca. "Una para 150.000 personas. Lo explicó la médica. Y que el traslado lo hicieran ellas mismas".
Mientras, Cayetano iba enterándose por teléfono de lo que ocurría. "Yo lo que pasé y estoy pasando no se lo deseo a nadie. Yo esto que estoy haciendo de salir en los medios... es que se lo debo a mi mujer. Yo no sé si de haberla llevado al hospital se habría salvado".
"¿Pero tú qué tipo de médico eres?", se pregunta Cayetano, indignado, recordando el diagnóstico de gastroenteritis, "Yo lo que sé es que no la llevaron y le quitaron la posibilidad de haber vivido. Y es la única manera de que la sociedad se entere de estas injusticias y de que protesten".
Así, las mujeres continuaron llamando a emergencias por la ambulancia que evacuara a María del Carmen. Nadie acudía, más allá de recibir el acuse de que estaba dado el aviso y que no podían hacer nada más. Llegó un momento en el que telefónicamente desde los servicios de Urgencias preguntaron si la mujer de Cayetano respiraba. Como lo hacía débilmente, dieron orden de que la sacaran de la cama, la pusieran en el suelo y comenzaran con el masaje cardiorrespiratorio. Para hacérselo, las tres mujeres se turnaron las tres durante dos horas. Y no llegaba la ambulancia.
Cuando llegó la ambulancia "con la Guardia Civil y un médico forense", explica Cayetano, habían pasado cinco horas y María del Carmen ya estaba muerta. Luego la autopsia determinó la causa de la muerte, una pericarditis.
"Por un mal diagnóstico inicial, no se la clasificó como emergencia", resume Cayetano García, que ha puesto el caso en manos de El Defensor del Paciente y del despacho de abogados Vázquez Abogados, de Málaga, especializados en negligencias médicas. Solo pide justicia porque "no hay que callarse. Hay que denunciar". María del Carmen, su mujer, estaba muy implicada en la vida social de Coín, tanto en iniciativas a favor de la lucha contra el cáncer como con los animales, "a los que salvó a cientos. Cuéntalo, por favor".