La idea de no ser capaz de obtener el título de la ESO intranquilizaba en exceso a Jaime Martín cuando apenas tenía 16 años. Por aquel entonces, este pensamiento le rondaba más de la cuenta por la cabeza. Y le generaba una ansiedad a la que hoy día sigue sin encontrarle explicación. Tanto le arrojaban al joven coruñés que sin aquello no sería nadie, que casi se lo cree. ¿Es acaso la consecución de este título la única vía para tener un futuro colmado de éxitos?

Martín es uno de los tantos jóvenes que el sistema educativo abandona por no cumplir con sus expectativas. Tras repetir dos cursos, sintió cómo el centro le daba la espalda. "Fracasarás", le decían. Pero ahora el coruñés sirve de inspiración a miles de jóvenes. Gracias a desviarse del camino de lo normativo y adentrarse en la Formación Profesional (FP), Martín pasó de creer que no sería capaz de conseguir nada a trabajar en una de las mayores empresas de la industria textil. 

El joven de 23 años evoca su paso por el IES de Monelos mientras charla con este diario. Unos años impregnados de frustración y desmotivación. Por aquel entonces, a Martín las mates no le generaban mayor interés. Tampoco la literatura, la geografía ni los idiomas. Le gustaba observar patrones, tallajes y tejidos. Pero no era lo que le inculcaban. "Si sigues así sólo conseguirás limpiar los baños de su empresa", le lanzaba uno de sus profesores mientras señalaba a Jaime, un chico con notas excelentes que se sentaba en el pupitre de al lado. 

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"Es un comentario al que, en aquel momento, no le di demasiada importancia. Pero fíjate si se me ha quedado grabado. Hoy día lo pienso y me parece una barbaridad. Es cuanto menos clasista. Estás menospreciando una profesión con la que muchas personas se ganan la vida. Y soltarlo así, a bocajarro, a un crío de 14 años…", expresa el coruñés. 

Los problemas académicos de Martín comenzaron a finales de 2º ESO. Fue el primer curso que no superó. A partir de ese momento, aunque quisiera remontar, sentía que no podía. Observó, al año siguiente, un trato diferente por parte de sus profesores. "Cambia la visión que tienen los docentes de ti y dejan de tratarte de la misma manera", expresa confundido. Tampoco es que Martín fuera alguien que la armase en clase. De hecho, "ni siquiera hablaba". Pero "por el simple hecho de repetir [con 14 años] ya parecía el típico que no iba a llegar a nada en la vida", comenta. 

En 3º ESO el centro envió al coruñés a un Programa de Mejora del Aprendizaje y del Rendimiento (PMAR). "Podría decirse que estos proyectos están más enfocados a las FP, pero los profesores parecían insinuar que éramos la 'clase de los tontos'. Ellos no nos llamaban así, evidentemente. Pero los alumnos, que éramos unos diez, sentíamos cierta discriminación"

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En 4º ESO el proyecto PMAR fue cancelado y Martín se vio obligado a cursar un curso académico 'normal': "Me enseñaban cosas que, supuestamente, tenía que conocer, pero que no había visto nunca por haber estado el anterior año en PMAR". Fue el segundo curso que no superó. Con esto, el joven explica que tenía dos opciones: era repetir o cursar una FP básica. 

Martín seguía disfrutando cada vez que conjuntaba ropa. Podía pasarse horas analizando cada prenda. Fue su madre quien observó en el joven una cierta habilidad. Lo tenía claro: su hijo debía dedicarse a la industria textil. "Me fascinaba la moda, pero nunca me di cuenta. No sabía que me gustaba hasta el punto de replantearme vivir de ella", señala el coruñés.

Jaime Martín.

A pesar de las insistencias, tanto de profesores como de orientadores en que la mejor opción era repetir curso y después, "ya si acaso, cursar la FP de grado medio de moda", el joven optó por abandonar el instituto y cursar la FP básica de Arreglo y Reparación de Artículos Textiles y de Piel. 

"Si conseguía sacar una media de 8'5 en la FP, me convalidaban el título de ESO. Admito que tenía una especie de obsesión en conseguirlo. Conocer aquello me motivó para cursarla", cuenta. Al finalizar la formación, el coruñés obtuvo una nota media de 8’7. Título conseguido.

Tras esto, el joven se encontraba colmado de motivación. Así pues, decidió cursar el grado medio de Confección y Moda, "una FP muy demandada en la que ofrecen un año de prácticas en una empresa textil". Aún así, su pasado académico le perseguía: "Para ser admitido, debía superar una entrevista. 'No me gusta nada que no te hayas sacado la ESO a la primera', me expresó la de Recursos Humanos". No obstante, Martín fue admitido. Y desde entonces, el coruñés lleva tres años trabajando como técnico de confección para la popular empresa textil. 

De fracasar a ser un ejemplo

Una vez en la FP, Martín observó un cierto cambio de papeles. "Pasé de ser el chico al que casi ignoraban y ni saludaban por los pasillos a ser un ejemplo. De ser un inútil a encontrar un nuevo camino. De repente, parece que eres humano. Antes de conocer la FP, sentía que estaba en el mundo por estar. Fue después cuando fui consciente de que se puede tomar acción en cualquier momento, hacer lo que te dé la gana", expresa entre risas. 

Además, el joven hace hincapié en la buena formación que ofrecen las FP. "Cuando llegué a las prácticas, yo ya sabía coser. Sin embargo, había personas que llegaban de Bachillerato que no sabían lo que era una aguja. Les llevaba una ventaja abismal. Gracias a la FP básica destaqué mucho. Ahí fui consciente de lo que valía. Disfrutaba viendo aquello después de todo lo que me habían atormentado con el título. Le quité valor a estos. Comprendí que lo que vale de cada persona es su esfuerzo, no los títulos que consigue obtener".

Actualmente, Martín ha conseguido, además, inspirar a miles de jóvenes a través de sus redes sociales (thespicyjaime). En septiembre de 2022, el coruñés comenzó a publicar sus primeros vídeos en los que hablaba sobre diversas tendencias en moda. De un día para otro, su cuenta de Instagram había sumado 10.000 seguidores. Hoy día tiene más de 18.000. 

Jaime Martín.

Pregunta.- Por cierto, ¿qué le pasó al otro Jaime?

Respuesta.- Creo que comenzó una carrera y la abandonó. 

P.- Piensa mucho en las palabras de aquel profesor, ¿ha pensado alguna vez en hablar con él?

R.- Me lo he replanteado en muchas ocasiones, no te voy a mentir. Pero lo que menos quiero parecer es alguien agresivo. Él está ya jubilado. Creo que no merece la pena. 

P.- ¿Qué le diría al Jaime de 4º ESO?

R.- Que la mayoría de personas están siguiendo el mismo camino, porque es el que a la educación le interesa que sigamos. Pero a veces hay que desviar la cabeza hacia el otro lado. La mayoría de los títulos han perdido toda su validez. Se han convertido en algo alcanzable para todo el mundo. Falta gente con iniciativa y con ideas creativas que se salga de su zona de confort. 

Martín no se atreve a contar cómo prevé su futuro, aunque confía en seguir trabajando en el mundo de la moda, "viendo cumplir mis objetivos". Se despide de este diario agradecido. Y arroja que lo normativo no siempre es la mejor opción para todos.