Si todas las personas persiguieran sus sueños, ambiciones y motivaciones, todos serían como David Montes, un joven palentino que explota cada día su parte más artística. Con tan sólo 17 años, los proyectos se le desbordan de las manos, y las ganas por elaborarlos, también. David cuenta en una entrevista con EL ESPAÑOL cómo es su vida con altas capacidades y, también, su mayor proyecto. En él, quiere convertirse en un gran desarrollador de videojuegos y filmmaker.
“Desde pequeño siempre he sido muy creativo”, cuenta el palentino. En tercero de Primaria, uno de sus profesores ya le echó el ojo por el comportamiento tan diferenciado que tenía al resto de sus compañeros. Aunque claro, con tantos emprendimientos a su corta edad, no pasaba desapercibido. “Tenía un canal de YouTube, me montaba mis propias historias y juguetes, estaba en mi propio mundo”, afirma el joven. Un mundo que no encajaba con todos los alumnos y por lo que le propusieron para hacerse las pruebas de coeficiente intelectual.
Las altas capacidades estaban confirmadas, pero una maravillosa etapa escolar, no. “Nunca llegué a relacionarme demasiado con nadie”, cuenta David. De hecho, fue perdiendo amigos por el camino por desacuerdos de intereses o porque le querían sólo para que “les ayudara a hacer cosas”. Al fin y al cabo, cuando no compartes gustos con la gente, socializar es más complicado.
David nunca fue un chico de grandes grupos ni amistades durante primaria y la ESO. “No me gustaban mucho los deportes, prefería quedarme dibujando y haciendo otras cosas con las que disfrutaba”, comenta, y está claro que fueron sus particulares gustos, los que le convirtieron en la persona tan ingeniosa que es a día hoy.
La diferencia que resalta
“Tenía unos hobbies muy raros para el resto de la gente. Siempre estaba con proyectos nuevos, cosas nuevas”, mientras que sus compañeros estaban viviendo la típica vida de adolescente, una vida que según dice, “no ha vivido mucho”.
Cada uno tiene su forma de ver el mundo, sus compañeros tenían otros intereses más generales, comunes. Y David, por sus propios medios, aprendió a programar videojuegos. Mientras la preocupación de algunos en el instituto era el partido de fútbol del recreo, la de David era cuál sería la próxima aventura en la que se iba a embarcar.
“Todo el mundo piensa que por tener altas capacidades eres el típico al que se le da bien todo”, afirma explicando una realidad con la que las personas con estas cualidades tiene que lidiar. “Cada uno utiliza sus capacidades como quiere”, no por compartir un rasgo se los debe meter a todos juntos en el mismo saco. “Desarrollar habilidades con mayor soltura”, “memorizar”, “un aprendizaje más profundo”, son algunas de sus ventajas.
Existen libros que afirman que para ser experto en algo tienes que invertir 10.000 horas, aunque puede que las personas con altas capacidades lo desmonten. “Solemos ser muy buenos en algo, en cosas concretas”, explica, como si de un don natural se tratara. Aunque los problemas de socialización casi siempre están presentes, David intenta ver el lado positivo de las cosas, además, “encontré mi gente”, afirma.
El joven emprendedor entró hace varios años a la Asociación de Castilla y León de Altas Capacidades (ACYLAC), una entidad sin ánimo de lucro formada por padres, jóvenes y adultos con altas capacidades que pretende dar acogida, apoyo y orientación a estas personas. Y la que según comenta David, “ha ayudado mucho para encontrar gente con mis mismos intereses”.
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Tal y como lo ve David, la asociación se centraba más en los padres y los niños, mientras que los jóvenes a su parecer se quedaban algo descolgados. Pero desde que le ofrecieron la oportunidad de desarrollar una sección juvenil, no lo dudó dos veces. A día de hoy es el presidente de la misma, donde se dedican a elaborar ciertas actividades y proyectos que no se dan en el sistema educativo convencional.
Desarrollador de proyectos
David Montes es joven, pero nada le va a parar los pies para lograr sus objetivos. Él mismo se considera “desarrollador de videojuegos y filmmaker”, dos cualidades que lleva diciendo desde que era un crío. Hace un año publicó su primer videojuego, MajoNeko, su “gran proyecto” diseñado absolutamente todo por él, pensado para móviles y ordenadores.
Hasta el momento ha creado seis videojuegos, y pretende continuar. Si no tenía suficiente con programar, también es un fanático peliculero. Ganó la Muestra de Cine Internacional de Palencia con un corto de 90 segundos. Una victoria lograda con su tema de inteligencia artificial, ya que quiso aprovechar el “tirón de momento”, sobre temas controversiales.
Este joven palentino se decanta más por la parte artística que por la técnica. “A mí siempre me ha gustado diseñar la jugabilidad del juego, los personajes, los entornos”, explica, y dibujar y escribir historias, también se encuentran entre sus aficiones.
David es de los que no descansa. Entre sus planes más recientes está el futuro desarrollo de una nueva red social en la que grabas un solo segundo de tu día. “Quiero convertir esta red social en una especie de diario”. En esta era tan líquida, escribir el nombre de la persona que te gusta en tu cuaderno y esconderlo debajo de la cama, se ha quedado obsoleto.
Montes es un emprendedor con ganas y ambiciones, y parece que lo que propone lo consigue. “Me gustaría poder vivir de mis proyectos”, afirma esperanzado. Trabajar en cualquier parte del mundo y dirigir su propia empresa también está sus metas, aunque por el momento, tal y como explica: “por soñar, es lo que soñaría”