"¿Habéis probado los tomates bio españoles?". La pregunta era totalmente retórica, porque quien la formuló se respondió inmediatamente. "Son incomibles". La mujer continuó valorando: "Yo os digo que los productos bio españoles son falsos bio y que las frutas y verduras españolas no respetan las normas francesas y no deberían estar en las estanterías" (de los supermercados).

No realizó estos comentarios en un corrillo, acodada en un bar, en un taxi o en la cola del súper. Lo dijo en una tertulia emitida en la televisión francesa BFMTV. Quien lo dijo tampoco es cualquiera. Es la exministra francesa de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, la socialista Ségolène Royal. Sus declaraciones han desatado la ira del sector ecológico español, que ha llevado inmediatamente sus palabras a la Fiscalía General del Estado y también va a emprender acciones legales ante la Comisión Europea al considerar que sus declaraciones vulneran el Derecho Comunitario.

La exministra redobló la pirueta con un triple mortal sin red. "Supuestamente todos los productos orgánicos están en el mismo lugar, pero es una gran estafa", señaló, insistiendo nuevamente en que los españoles "no cumplen con los estándares franceses" y por tanto, "no deberían estar en los estantes" de los supermercados. 

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La carga de la prueba: quien acusa debe probar sus acusaciones. Por eso, para el sector español no hay nada que demostrar... comenzando porque, contrariamente a lo afirmado por Royal, no existe un estándar francés para los productos ecológicos. "El cultivo ecológico español se rige exactamente por la misma normativa en toda Europa: todos los productores europeos biológicos trabajamos bajo el mismo reglamento", explica Álvaro Barrera, presidente de Ecovalia, la asociación profesional española de la producción ecológica, con sede en Sevilla.

Incluso destaca que "compartimos el mismo etiquetado, los 27 países, a diferencia de otros cultivos no ecológicos". Por ello, Barrera, presidente de una asociación que aglutina a 17.000 productores ecológicos españoles, el 54% de la superficie ecológica cult¡vable de España, asevera que es "vergonzoso" que la exministra haya hecho esas declaraciones. "No todo vale, y no lo vamos a permitir", asevera a EL ESPAÑOL.

Hablar con fundamento

El cultivo ecológico no lleva químicos, y por ello "necesita de una menor cantidad de agua. Sus fertilizantes son orgánicos, y al necesitar menos agua, no se diluyen las esencias minerales, las vitaminas... y el sabor. Y al llevar menos concentración de agua, sabe más", detalla Barrera, puestos a "hablar con fundamento", en contraposición con las declaraciones de la exministra. La normativa europea en el cultivo ecológico es "de aplicación directa. Por eso decimos que los cultivos ecológicos son los más europeístas, porque los productos ecológicos de los 27 países miembros comparten etiquetado y logotipo".

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"Se sabe que es local porque ese etiquetado estipula 'UE', y todo lo que venga de fuera, pone 'No UE'. Eso te da una garantía comunitaria que no tienen otros cultivos. Es que los cultivos ecológicos franceses, alemanes o españoles caminamos con el mismo calzado". Puede ser, por tanto, el sector más garantista y que por supuesto pasa "por estrictos controles oficiales". Y de ahí, "el prestigio del cultivo bio", que presenta unas garantías "como no existen en el sector comunitario".

Barrera, en una de las huertas ecológicas de un asociado a Ecovalia.

Desde Ecovalia entienden que las protestas del campo francés son las que han hecho que Ségolène Royal haya podido pretender poner "el foco en otro lado", pero entienden "que si nos ataca a nosotros, a España, ataca a toda la UE. De hecho, la Fédération Nationale d'Agriculture Biologique (FNAB) ha salido al paso tras las declaraciones de la exministra "con un comunicado de apoyo y deslegitimando sus declaraciones. Porque desprestigiar al sector ecológico español es lo mismo que desprestigiar al europeo en su conjunto".

La crisis del pepino

Barrera dice además que "la producción biológica española no ha dado ni un escándalo" que sustente "este ataque" ya que cumple "con los estándares altísimos que corrobora la Unión Europea". Además, explica a EL ESPAÑOL que la decisión de acudir a medidas jurídicas inmediatas responde a que "si no se ataja, esto puede desembocar en una crisis como la del pepino, cuando culparon a España de ser responsable de un brote de E. coli. Y al final, el brote no era por los pepinos, ni tuvo su origen en España".

Aquella crisis tuvo lugar en mayo del 2011, cuando la responsable de Salud de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storcks, acusó, sin pruebas, a los pepinos ecológicos españoles -andaluces- de causar un brote de Escherichia coli que mató a 53 ciudadanos alemanes e intoxicó a más de 3.800. Tras aquello, todos los comercios retiraron la hortaliza de sus estanterías. 

Al cabo de varios días la titular regional de Sanidad admitió que el origen de la bacteria se encontraba en los brotes de soja de una granja de Baja Sajonia (Alemania). Ya era demasiado tarde: aquello provocó pérdidas multimillonarias en las empresas comercializadoras de frutas y hortalizas en España, especialmente en Almería.

Porque lo que está en juego, asegura Álvaro Barrera, "es que contrariamente a lo que muchos piensan, la producción ecológica de España no es ni mucho menos minoritaria: abarca 2,9 millones de hectáreas; de cada 100 hectáreas cultivables, 12 son ecológicas; y en cuanto a empleo, el 21,7% del empleo agrario español responde al sector ecológico". Por no hablar "de los 3.000 millones de euros en exportaciones".

Por ello, Barrera destaca que los servicios jurídicos de Ecovalia "que son propios" ya se han dirigido a la Fiscalía General del Estado y a la Comisión Europea. Las declaraciones de Ségolène Royal "son inadmisibles. A esta señora o se le ha olvidado la normativa o ha dicho esto de manera maliciosa", zanja. 

Aquí hay tomate

Una de las huertas de tomates más famosas del sur de España se encuentra en Conil de la Frontera (Cádiz), una localidad turística que en verano triplica habitantes. Esos dos tercios son los mejores embajadores del tomate de Conil, hasta el punto de que al regresar a sus casas, se los llevan.

En la Cooperativa Las Virtudes, que vende al año 20 millones de kilos de tomate ecológico, no dan crédito a las declaraciones de la exministra francesa. Su presidente, Bartolo Ramírez, tiene hasta que repreguntar:

-¿Qué ha dicho, que el tomate nuestro es malo? 

-Que son incomibles.

-Esa señora tiene un problema de paladar.

"El tomate español es un primor", prosigue. "Los nuestros, además se cultivan en huertas pequeñas. Y a diferencia de los de Francia y los de por ahí fuera, aquí hay sol todo el año. El tomate es un producto de verano. Y por eso nuestros tomates, además de cumplir con toda la estricta normativa, tienen el sabor que tienen".

La lonja de la Cooperativa Las Virtudes, y en primer término, los tomates ecológicos. E.E.

Bartolo Ramírez lamenta las protestas en Francia. "Son momentos amargos, te ponen los pelos de punta. Si los cuatro desalmados que están haciéndole eso a los españoles supieran el trabajo y el sudor que cuesta, no lo harían".

También explica que pese a la enorme producción de tomates que canaliza la cooperativa, solo venden en España. "No exportamos. Somos del dicho 'la paja y el carbón, en la cesta es lo mejor', por aquello de la cercanía. Pero vamos, que esta señora Segolene debe estar acostumbrada a otras cosas. Una exministra debe tener cierto nivel cultural, y se ve que no, por las barbaridades que ha dicho".

Sin rencores, el presidente de la Cooperativa Las Virtudes, asevera que Ségolène Royal "está invitada desde ya mismo a que se venga a Cádiz, a la cooperativa, y le mostraremos lo que es la calidad. Y la profesionalidad también".