Es martes y es día de ir a comprar. Sara, Dolores y Josefa se visten, se ponen el abrigo y cogen el carro. Las tres son viudas: cobran 480 euros al mes de pensión. Hasta la fecha, han sido beneficiarias del Programa Operativo del Fondo de Ayuda Europea para las personas más desfavorecidas (FEAD), más conocido como Fondo de Garantía Alimentaria impulsado por la UE y gestionado por el Gobierno. Gracias a él tenían acceso a cierto tipo de alimentos gratuitos. Son lotes de 10 productos no perecederos, en su mayoría enlatados, además de pasta, garbanzos o arroz.
Las tres llegan más o menos al mismo tiempo al Economato Social de la ONG Apoyo Mutuo, en San Roque (Cádiz), donde se accede al almacén en el que se encuentran esos lotes de 10 alimentos del Fondo de Ayuda Alimentaria y, además, tienen la posibilidad de acceder, en una estancia anexa, al pequeño supermercado que gestiona esta ONG gaditana. Por su funcionamiento, es conocido como 'el súper de la dignidad'. No hay colas del hambre, y allí se paga, a precio reducidísimo, todo aquello que no les ofrece la comida enlatada, la pasta o el arroz. El litro de leche está a 0,22 euros; la merluza congelada, a 0,93; el gel de baño, a 0,30.
Luego terminarán la visita cogiendo los productos no perecederos del Programa FEAD. Ya saben que dentro de algunas semanas ya no podrán hacerlo. Ni tampoco se beneficiarán de la anunciada Tarjeta Monedero, que sustituirá al Fondo de Ayuda. "Esta ayuda, para las viudas, las familias sin hijos, o las familias con hijos mayores de 18 años, tiene los días contados. Una vez que se gaste lo que tenemos aquí, ya no vendrá nada más.", dice Montse Gavilán, la presidenta de la ONG. Estos colectivos "ahora no tienen derecho a la Tarjeta Monedero", cuenta con enorme preocupación.
El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ya ha explicado que la Tarjeta Monedero es "un paso decisivo para dignificar la protección social y que las familias con hijos e hijas a cargo no tengan que ir a las colas del hambre". Podrán comprar, con ellas, en supermercados.
La previsión del Estado al implantar este sistema es llegar en abril de 2024 a un total de 70.000 familias y 100.000 personas, que podrían beneficiarse de la ayuda. Sin embargo, diversos colectivos ya han dado la voz de alarma porque la iniciativa desprotege a todos aquellos que no sean familias con hijos en situación de pobreza severa, con ingresos inferiores al 40% de la renta media.
Exclusión
Precisamente la idea de este economato social se le ocurrió a Montse a raíz del Fondo de Garantía Alimentaria. "No estábamos de acuerdo con este fondo, que ha sido una vergüenza, porque sí que generaba colas del hambre. Y, además, la comida es precaria y siempre la misma. Por eso lo suplementamos con el economato. La ayuda del Gobierno no ha sido ni de lejos suficiente para determinadas familias vulnerables. Además, el porte para traer los alimentos aquí cuesta 1.500 euros y lo hemos pagado siempre nosotros. También hemos tenido que descargarlo".
No obstante, tampoco están de acuerdo con la Tarjeta Monedero. "Hay una manera más digna de hacer las cosas sin que parezca que lo que se da, es limosna". Y además, es excluyente: mucha gente se queda fuera". Además de injusta, augura que "será difícil de fiscalizar. Porque si el Gobierno elige determinados supermercados, o paga puntualmente o puede caer en la tentación de decir 'ya te pagaré'. Y si no se abona puntualmente, subirán los precios".
Dolores es viuda, vive en una casa tutelada y paga 40 euros de alquiler. Cobra 480 euros de pensión. "Cuando me subió la luz, tuve que elegir entre pagarla o comer", cuenta a EL ESPAÑOL. Por ello, acudió a Apoyo Mutuo, donde su caso, "sangrante", apostilla Montse, entró dentro del cupo de 65 familias que pueden acceder al economato social.
El economato social es una medida de apoyo puntual. "No son personas necesitadas de manera crónica", explica la presidenta de Apoyo Mutuo. "Son personas que en un momento dado atraviesan un bache económico enorme, que nos puede pasar a todos", indica. Por supuesto, en la Comarca del Campo de Gibraltar tienen lista de espera, y se entra mediante una baremación que concede, en función de los ingresos, una cantidad semanal a gastar durante un determinado número de meses.
Una persona sola, como por ejemplo, una viuda, tienen asignados 10 euros semanales, "una cifra que luego, al comprar, se multiplica por cuatro, porque ellos solo pagan la cuarta parte. Es decir, pagan 10 euros y se pueden llevar 40 euros en productos del economato". Si la unidad familiar es de cuatro personas, pueden gastar 16 euros, que en el carro se multiplican por cuatro.
Si bien el Fondo de Garantía Alimentaria no era la panacea, era una ayuda. La nueva medida del Gobierno se la arrebata. "Me pregunto qué va a pasar conmigo, ahora que las viudas no tenemos derecho a la Tarjeta Monedero. ¿De qué vamos a vivir?", se pregunta Dolores.
Ángela Bermúdez no es viuda. Está casada, no tiene hijos y su marido está enfermo de cáncer. "Cobramos una pensión no contributiva", y al no tener hijos tampoco tendrá acceso a la Tarjeta Monedero. Viven de alquiler y pagan 650 euros. "Cuando mi marido podía trabajar, pues podíamos pagar el alquiler y todo". La ONG le ha asignado un año para poder acceder al supermercado de la dignidad. Ahora también quedará fuera de la Tarjeta Monedero.
Leti es la cajera del super. Va apuntando el coste de cada compra, avisando de que no se pasen de la cantidad asignada. "Pepi, 6 euros. Coge algo más que tienes hasta 10 para gastar". Pepi se ríe, se da media vuelta y vuelve a repasar los estantes.
El economato abre una vez por semana y se acude por cita. Así, se garantiza la privacidad. No obstante, cuando se inauguró, en 2022, en San Roque muchos se enteraron de quiénes iban por las entrevistas que dieron a los medios de comunicación. "Quien viene aquí lo está pasando mal", cuenta Mari, otra clienta del supermercado. "Es duro enfrentarte a esto. Me entrevistaron cuando abrió, y aquí en el pueblo, que es pequeño, se me criticó. Me criticó hasta la familia: no querían que se me viera. Y desde luego, nos miran diferente".
La financiación
En cuanto a su funcionamiento, los lunes varios voluntarios de la ONG compran los productos frescos, como el pan, los yogures, las salchichas o los huevos."Una vez me di cuenta de que una señora que venía se llevaba siempre muchos sobres de mortadela. Al cabo de varias semanas le pregunté que por qué, y me respondió que es que tenía un perrito pequeño y no le daba el dinero para comprarle pienso. A la semana siguiente compramos varios saquitos de comida para perros. Eso es también dar dignidad", cuenta Montse.
"Para familias con niños hay cereales y galletas y zumos pequeños. Muchos nos dicen que no son productos de primera necesidad. Sí que lo son: porque el bullying empieza en el colegio, y un niño no tiene por qué sentirse diferente ni verse humillado porque no pueda llevar su paquete de galletas y su zumo al recreo como el resto de los niños", continúa narrando la presidenta de Apoyo Mutuo.
-¿Quién abona las tres cuartas partes de los productos del economato?
-Nosotros. Con tómbolas, rifas... no tenemos subvenciones, somos una oenegé pequeña y no podemos competir con las grandes. Sí tenemos un convenio que firmado, el único que tenemos, con el Ayuntamiento de Algeciras, que abona lo que compren en el economato los que vienen derivados de Servicios Sociales del ayuntamiento.
Montse muestra con orgullo las instalaciones, que funcionan con tanta voluntad como esfuerzo. "A mí me gustaría que viera esto Juan Roig, el presidente de Mercadona. Es más, nos vendría muy bien que nos ayudara. tenemos muchas familias y personas en lista de espera... y nos sentimos culpables de poder ayudar solo a 65. ¿Cuál es el criterio para acceder a este economato? ¿Un desahucio, una enfermedad, bajos ingresos, todo a la vez?".
En Apoyo Mutuo son 25 voluntarios. La ONG la puso en marcha Montse hace 13 años por culpa de un contenedor de ropa usada en la puerta del colegio de su hijo. "Llovía, orinaban los animales... no era digno. En estos años funcionando hemos constatado que cada vez viene más gente que pertenecía o pertenece a la clase media".
Así que pensó que debía haber otra forma de hacer las cosas mejor. Además del Economato, tienen un Ropero Solidario y un enorme almacén con todo tipo de enseres para gente necesitada. Cunas, mantas, baños de bebé, trajes de comunión... "Yo empecé donando unas botas de fútbol de mi hijo y se me ha ido de las manos".