Juan Antonio es un atleta invidente que está dispuesto a plantar batalla a la mismísima Legión de Ronda y su Tercio Alejandro Farnesio. "No estoy dispuesto a bajar los brazos", advierte este corredor, de 42 años, y que en breve presentará un escrito ante los ministerios de Defensa, Igualdad y Deportes, así como a la Federación Española de Deportes para Ciegos, con el objetivo de reclamar un dorsal para poder competir en una de las carreras más prestigiosas de Málaga: 'Los 101 kilómetros de la Legión de Ronda'.
"Esta situación me genera un complejo de inferioridad, por el simple hecho de que en una prueba de atletismo no se reserve un número mínimo de dorsales para corredores con alguna discapacidad o que no esté adaptada para invidentes la página web donde se realizan las inscripciones", tal y como reflexiona Juan Antonio Sánchez (Baza, 1981).
De hecho, la denuncia que este atleta invidente trasladará a Defensa, con un escrito dirigido a la ministra Margarita Robles, comienza con el proceso de inscripción en internet a la prueba de 'Los 101 kilómetros de la Legión de Ronda', que se celebrará los días 11 y 12 de mayo. El plazo para hacerse con un dorsal se abrió a las diez de la mañana del 21 de enero y en solo tres minutos: todos los números volaron, sin que Juan Antonio terminase de cumplimentar el trámite para 'alistarse' en la carrera.
"La página web no está adaptada para ciegos y yo tardo más en rellenarlo porque solo tengo un resto visual del 0,5% en mi ojo izquierdo". De forma que el atleta invidente se quedó sin dorsal, mientras que su guía en las carreras, Miguel Ávalos, sí que logró apuntarse. "Nos dirigimos a la organización para decirles que le donaba mi dorsal a Juan Antonio porque conceptualmente, en realidad, somos un solo corredor: yo soy sus ojos", según explica Miguel, encargado en cada prueba de llevar la barra de seguridad a la que se agarra su amigo de la infancia: Juan Antonio.
- ¿Qué les respondieron desde la Legión?
- Miguel Ávalos: Nos acusaron de intento de chantaje por usar la ceguera de Juan Antonio para que tuviese un dorsal y poder competir en la carrera.
Miguel apoya su versión aportando a EL ESPAÑOL unas capturas de la conversación de WhatsApp que mantuvo con un miembro del Tercio Alejandro Farnesio de la Legión de Ronda, perteneciente a la organización de la carrera, y al que le planteó la opción de ceder su dorsal a Juan Antonio, permitiéndole ejercer de guía sin número. Todo ello, con el único objetivo de que su amigo cumpliera su sueño de disputar esta prueba en mayo.
- Miembro de la Legión: Buenos días, soy el cabo primero 'X'. Le entiendo, su causa me parece tan justa como noble, pero entiéndame, para 9.000 plazas hay más de 25.000 solicitudes. Todos, le repito, todos, tengan alguna minusvalía, o no, todos tienen un motivo justo y noble para poder participar en nuestra prueba. Para poder tenerlos en consideración, para darles una plaza, incluso en primera fila si hace falta, todos se lo merecen, pero viendo esas cifras, en algún punto tenemos que cortar y ser lo más justos para todos. Siento no poder ayudarle más.
- Miguel Ávalos: Hola, cabo primero 'X'. Mi amigo Antonio no ha tenido la misma igualdad de oportunidades que el resto, con el sistema de inscripción telemático que tienen. Tuvo que usar medios técnicos específicos para ampliar muchísimo lo que leía y lo que escribía. No le estoy pidiendo una plaza nueva, le estoy pidiendo que le den mi dorsal a él y que a mí me dejen correr delante sin dorsal, solo como guía.
Nosotros no necesitamos una primera fila, todo lo contrario, necesitamos una última fila y que se entienda la excepcionalidad de este caso. Permítame: no se trata de un motivo noble, o no, se trata de inclusión, o no.
- Miembro de la Legión: Bueno, si va a usar el tema de la 'inclusión', o no, hasta aquí hemos llegado. Que esté intentando chantajearnos no lo voy a permitir. He intentado explicárselo. Todo el mundo tiene el mismo derecho a participar, inclusión o no. Si su amigo estaba limitado para obtener la plaza, tan amigos como son, le podía haber ayudado. No voy a seguir más con este tema.
La respuesta del cabo primero ha alentado el espíritu luchador del que siempre ha hecho gala Juan Antonio, desde que un cáncer le dejó sin visión y le cambió toda su vida. "En 2013 empecé a padecer síntomas a nivel hormonal, como fuertes cambios de peso, los médicos pensaron que tenía una enfermedad autoinmunitaria y me administraron inmunodepresores", según explica este atleta, sobre el origen de su invidencia. "Cuando me hicieron una biopsia era tarde porque el tumor cerebral ya había causado un daño irreversible al nervio óptico".
Juan Antonio logró reponerse a un ingreso en la UCI que se prolongó durante sesenta días, pero la ceguera no tenía vuelta atrás y en 2014 se vio obligado a poner fin a trece años de trayectoria profesional como chófer. "Perdí el 95% de la visión y tuve que jubilarme del camión con el que hacía portes por toda Andalucía y España, de productos agrícolas, electrodomésticos, ganado...". El deporte le ayudó a capear semejante varapalo: verse diagnosticado con solo 33 años de una discapacidad del 77%.
"Toda la vida he practicado deporte: jugué en Tercera División con el Club Deportivo Baza y también hacía natación y rutas en bicicleta antes de perder la visión". De modo que Juan Antonio se refugió en el atletismo para superar su discapacidad y comenzó a salir a correr con la ayuda de su inseparable amigo Miguel, con el que ha compartido colegio y más de un partido de fútbol. "Lo primero que hice fueron dos triatlones adaptados".
El gusanillo le siguió picando y desde hace tres años, Juan Antonio compite con Miguel como fiel guía, tirando del otro extremo de la barra de seguridad con la que cubren trazados muy duros y sortean todo tipo de obstáculos en una media de diez pruebas anuales: carreras de montaña, maratones, medias maratones, carreras urbanas... "A través del atletismo he ganado capacidad de percepción para moverme por el entorno: sintiendo a través de mis pies", subraya con emoción este corredor invidente amateur.
- ¿Por qué quiere competir en 'Los 101 kilómetros de Ronda'?
- Juan Antonio Sánchez: Es una carrera mítica y siempre la ha tenido en la diana. Aunque soy un deportista de carreras populares y me han pasado una serie de cosas a nivel personal, todos tenemos nuestros retos.
Puede dar fe de esa progresión el propio Miguel, el particular Sancho Panza de este atleta ciego: "Para Juan Antonio es un reto importante participar en la carrera de la Legión porque está creciendo exponencialmente a nivel personal y deportivo, tras quedar segundo de Andalucía en el Campeonato Andaluz de Carreras de Montaña para Invidentes". De modo que Miguel y Juan Antonio piensan batallar ante las instituciones, para lograr un dorsal antes de mayo. "En la ONCE ya conocen el tema, me dijeron que lo iban a tratar y que me llamarían", apunta el corredor guía, tras haber iniciado una campaña de recogida de firmas en change.org.
"Mi amigo no dispuso de igualdad de oportunidades para inscribirse en una prueba, debido a la no adaptación de medios ni de tiempos en la página online de inscripción y hemos recibido un trato prácticamente vejatorio por parte de la organización", lamenta Miguel José Ávalos, profesor de Educación Física. "Estamos hablando de una carrera de atletismo que organiza la Legión Española que depende del Ministerio de Defensa: no entiendo cómo no aplican la ley como en una oposición y guardan un número mínimo de dorsales para las personas con alguna discapacidad".
- ¿Qué van a hacer para pelear por ese dorsal en Ronda?
- Miguel Ávalos: Aquí hay varios Ministerios implicados: Defensa, Deportes e Igualdad. Enviaremos una carta conjunta y por separado a cada Ministerio, además de acudir al portal de transparencia con alguna pregunta.
Como en las pruebas de fondo, Juan Antonio tiene claro que dosificará esfuerzos para lograr inscribirse en 'Los 101 kilómetros de la Legión de Ronda', llamando a todas las puertas que sean necesarias de la administración, para sumar otro logro más en su currículum de superación, como la carrera de fisioterapeuta que se ha sacado tras perder la visión. "La respuesta del Ejército me da bajón y siento frustración, pero no pienso rendirme", sentencia el atleta.