“Puedo andar con 500 kilos a mi espalda”, así, tan a la ligera y como si fuera poco es como explica Joan Ferrer la facilidad que tiene para cargar con pesos estratosféricos. Está claro que Joan no es un hombre cualquiera, es el tricampeón de la Liga Nacional de Fuerza, en la que salió vencedor en el 2020, 2022 y 2023. Aunque siendo más realistas y como él mismo se autodenomina en redes, es el “hombre más fuerte de España”.
El tarraconense tiene 35 años, y este título no le ha venido de la noche a la mañana. Aparte de ser una persona con una fuerza sobrehumana, Joan se ha dedicado casi toda su vida a la agricultura. En el Delta del Ebro que es donde vive, cultiva y gestiona los campos familiares. Un trabajo duro y sacrificado, pero que “ayudada” es su vida como deportista, pues forma como una parte más de su entrenamiento. Tampoco cuenta con mucha maquinaria, por lo que sus herramientas principales son sus manos y su voluntad de trabajo.
Joan también reforma y construye casas rurales que luego alquila, un negocio que combina con su oficio de agricultor y atleta de alto rendimiento. Un hombre polivalente que saca provecho de cada una de las cosas que hace. Desde joven siempre ha estado vinculado al mundo deportivo, aunque al ser de un pueblo pequeño, la oferta del mismo no es que fuera especialmente abundante.
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Kárate, judo, fútbol, bailes de salón, baloncesto, son algunos de los deportes que hizo a lo largo de varios años, siendo el último “el deporte con el que se acabaría su carrera”, con el que alcanzó ligas semiprofesionales. Aun así, el compromiso que requería el equipo de baloncesto era demasiado grande. “No podía entrenar tantas horas y perder tantos fines de semana como el equipo requería sin tener una compensación económica a cambio”, comenta, y al final tuvo que dejarlo.
Los inicios en el strongman
“Aumenté de peso”, explica tras su retirada del equipo. Una razón más que suficiente para apuntarse al gimnasio con un objetivo inicial de recuperar la forma y la salud. “Siempre he sido grande” afirma y no miente. Joan es un hombre de proporciones desmesuradas. Nada más y nada menos que 1,90 metros de altura y 160 kilos de pura fuerza, duplicando muy por encima el peso del hombre promedio.
Con estas cualidades, no tardó mucho en darse cuenta de que los deportes de fuerza eran lo suyo. “Descubrí que este deporte no era solamente un grupo de amigos que quedaban un fin de semana para ver quién era más fuerte, sino que tenía sus normas, que se podía competir a nivel nacional o internacional”, resalta, encencediéndose su chispa de la curiosidad. Motivado por su entrenador, probaba todo tipo de entrenamientos, “me incitaba, entonces supe que me quería dedicar a esto desde el primer día que me apunté”, menciona a este periódico.
“Quedé tercero en mi primera competencia con tan solo tres meses de gimnasio”, dice orgulloso, y es que desde sus inicios ya destaca por sus dotadas habilidades. A raíz de este evento Joan solo quería escalar más y más peldaños para convertirse en el mejor, iniciando un bucle constante de competición tras competición.
Soñar es gratis, pero si quieres lograr tus sueños hay que estar dispuesto a hacer sacrificios. Esto es algo de lo que el tarraconense sabe bastante. “En época de competición todo tu día a día gira en torno al rendimiento deportivo", asegura, “todas tus decisiones y acciones serán tomadas para ver si te ayudarán a ganar, o no”, concluye. Al ser un hombre de varios oficios, tiene que gestionarse adecuadamente para estar listo para las pruebas, por lo que el descanso y la disciplina forman parte de su rutina. A fin de cuentas, tienes que “enfocarlo todo para conseguir un resultado deportivo exitoso”.
Campeón de campeones
Las competencias de Strongman, Ferrer las define con una única y precisa palabra: “fuerza”. Son un tipo de competiciones en las que la fuerza es el principal protagonista, y buscan a la persona con más poderío a través de diferentes pruebas. “Hay una estructura básica en la que tienes que demostrar tus habilidades con cualquier tipo de obstáculos, como mover un camión” explica el deportista, aunque también entran en vigor otras facetas como la agilidad, velocidad y resistencia.
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Con tanta exigencia física, el cuerpo tiene que estar a la altura, y la alimentación es fundamental. Para mantener un buen peso corporal, que en este mundo se encuentra entre los 120 y 180 kilos, se necesita “una dieta abundante”. “En competición yo como 8.000 calorías diarias”, acentúa acostumbrado, cuando la ingesta calórica ordinaria de un hombre llega a las 2.500.
Habrá quienes vean a los Strongman como un deporte más o como bestias moviendo pesos inhumanos. Joan prefiere verlo como “una ventana de oportunidades al ser un mundo muy pequeño en España”, encomendándose la misión de llegar a lo más alto, abriendo puertas para aquellos que vengan detrás de él, y puedan ver que sí se puede. Y así fue.
Ni una ni dos, tres veces se ha proclamado con el título de “el hombre más fuerte de España”, tras haber ganado la Liga Nacional de Fuerza. “Satisfacción”, ha sido la palabra que Joan ha elegido para explicar sus sentimientos ante semejante premio. “Lograr tus metas, tus objetivos, tus sueños, y luchar por ellos, solo me puedan dar satisfacción”, confirma esperanzado de poder volver hacerlo una cuarta vez más.
Hacer un triplete se le quedaba corto, por lo que aparte de estos prestigiosos títulos, Joan ostenta varios récords. Si ya es complicado para muchos levantar las mancuernas del gimnasio, este agricultor ha arrastrado el camión más largo de Europa, tan solo 25 toneladas, pan comido. También tiene el récord de España en una prueba que se llama Yugo, en la que anduvo durante 15 metros con 500 kilos cargados a su espalda; y nuevo récord al ser el primer español en dar la vuelta a una rueda de 573 kilos. Un superhombre.
Un deporte para todos
“Necesito enseñar esto a la gente”, dijo para él mismo, por lo que enamorado de lo que hace, decidió abrirse un nuevo canal. “Quise emprender en YouTube sin tener ni idea de vídeo, ni sonido ni edición, nada, simplemente cogía el móvil y me grababa todo del tirón”, comenta emocionado, pues habla sobre “temas de fuerza que a nadie interesa”, pero que si su mensaje llega a una o a dos personas que las incitara para conocer o practicar el deporte, él “ya está contento”.
Así empezó a explicar su día a día. Alimentación, entrenamientos, competencias, opciones, son algunas de las cosas que muestra en sus videos. Una aventura que inició para compartir su pasión por el mundo del Strongman, y de la que ahora obtiene una inspiración exquisita. “¿Cómo me voy a rendir ahora que tengo a mil personas pendientes de mí?”, se pregunta, sacando de ellos la dosis de motivación que le hace seguir hasta el momento.
Las redes te dan seguidores, pero también enemigos. Joan ha dedicado siempre sus logros a quienes le apoyan, pero reconoce que de vez en cuando también se lo dedica a los que no, “así se tienen que comer sus palabras”, y le ayuda a mantenerse centrado en su camino.
A lo largo de los años en el mundo de la fuerza, el agricultor ya tiene mucha experiencia. Si le preguntas a dónde le gustaría llegar dentro de unos años, Joan responde jocoso con un: “a no morirme en el intento”. Ahora su prioridad es disfrutar al máximo de cada entrenamiento hasta que llegue un día que no pueda más, y darse cuenta de que en su trayectoria se ha rodeado de buena gente.
Dicen que la constancia hace la excelencia, y este deportista lo demuestra. Joan tiene claro que el camino está lleno de fracasos, “pero es lo que se necesita para llegar al éxito”, argumenta. Tienes que caerte mil veces y volver a levantarte, para que cuando llegues al final del sendero y mires hacia atrás, solo veas derrotas, “pero tú ya has conseguido tu objetivo”, finaliza.