Murcia

Algo en la cabeza de Salvador dijo basta y este martes decidió quitarse la vida de una de las formas más duras que existen -por desgracia- en las modalidades de suicidio: se quemó a lo bonzo. EL ESPAÑOL ha podido confirmar a través de fuentes del Ayuntamiento de Cartagena y de la Policía Local que el ciudadano que se prendió fuego, tras rociarse el cuerpo con gasolina, se llamaba Salvador M. N. y solo tenía 55 años: "Era un sanitario que estaba de baja porque al parecer sufría una depresión". 

Salvador era enfermero y estuvo afiliado a un sindicato durante dos etapas distintas de su vida profesional. La primera: en Madrid, entre 1998 y 1999. Y la segunda: en Cartagena, desde 2009 hasta 2010. De hecho, estuvo trabajando en el Hospital Santa María del Rosell de la ciudad portuaria. "Era enfermero: es una desgracia", se lamentan tanto un exconcejal como un edil actualmente en activo en la oposición en el Ayuntamiento. 

El suicida no era ni un indigente ni un inmigrante sin papeles de algún país africano, como se llegó a valorar por parte de la Policía Nacional durante los primeros momentos, a la vista de que el cuerpo de Salvador había quedado completamente irreconocible tras prenderse fuego a sí mismo en la céntrica calle Santa Florentina. "Parece ser que tenía problemas mentales", según corrobora otra fuente del Consistorio.

La trágica muerte de Salvador vuelve a poner en la diana dos realidades de las que se viene alertando desde la profesión médica: la salud mental tiene que ganar peso en el sistema sanitario porque la estadística de suicidios no para de crecer en nuestro país desde 2018. En el último estudio del Instituto Nacional de Estadística, Defunciones por Causa de Muerte, se recoge que un total de 4.097 personas se quitaron la vida durante 2022: un 2,3% más que el año pasado. Esta cifra es la más alta desde que en 1980 se comenzaron a tener registros acerca de este tipo de defunciones.

Imágenes del momento en que un hombre se ha quemado a lo bonzo en el centro de Cartagena.

EL ESPAÑOL ha podido saber que la situación personal de Salvador (1969) atravesaba por un momento muy complicado, no solo por la -supuesta- depresión que padecía, sino también por su estado de salud: "Al parecer, padecía una enfermedad grave". A lo que se sumaba la situación en la que se encontraban algunos de sus familiares más queridos. "Su madre es una mujer dependiente", tal y como explican las citadas fuentes consultadas en el Ayuntamiento y en la Policía Local.

Otro factor que podría haber tenido peso en la funesta decisión que adoptó este enfermero era su situación laboral, ya que desde el sindicato al que pertenecía no son capaces de confirmar si su baja estaba relacionada con alguna incidencia profesional o con su supuesta depresión. A priori, Salvador "no estaba empadronado" en Cartagena ni en el radar de los Servicios Sociales: "No estaba fichado".

Al parecer, la Policía Nacional está investigando si podría haber informes acerca de la situación de su madre y de su hermano que ayuden a contextualizar lo sucedido. Lo único que está claro es que este enfermero, de 55 años, decidió suicidarse a plena luz del día y en una de las arterias más concurridas de la turística ciudad portuaria, ya que tuvo que desviarse el desfile del carnaval porque iba a pasar por la calle Santa Florentina para llevar a cabo la quema de Don Carnal.

"El hombre iba caminando, portando una botella con gasolina, y cuando llegó a la altura de la calle Santa Florentina, cerca de la Plaza Juan XXIII de Cartagena, se ha echado el combustible por encima y se ha prendido fuego a sí mismo". Esta es la reconstrucción de los hechos que hasta ahora ha realizado la Policía Nacional sobre la muerte del pobre Salvador M. N., de 55 años. "Estuvo a punto de entrar ardiendo en la Confitería Cavite", apunta un miembro de Emergencias que este martes intervino en el suceso.

La botella y el mechero que utilizó Salvador para quitarse la vida, este martes, prendiéndose fuego a lo bonzo. P. L.

"No había ninguna nota de suicidio", subraya un policía local que se desplazó a la calle Santa Florentina. Al lado de la mesa de la terraza de una cafetería, a la altura de la antigua librería Centro, la Policía Nacional encontró unas llaves y una botella de plástico donde Salvador llevaba el combustible y un mechero, tipo clipper, con el que se prendió fuego a lo bonzo. El suicidio se viralizó porque varios viandantes lo grabaron, causando una gran conmoción entre los vecinos de Cartagena.

Moción al Pleno

La Región de Murcia registró el año pasado un total de 135 muertes por suicidio y en el último pleno celebrado en el Ayuntamiento de Cartagena: el PSOE presentó una moción solicitando dos medidas para combatir esas cifras. La primera: "La puesta en marcha de una Estrategia de Acción Municipal en Salud Mental en colaboración con las asociaciones, profesionales y el tercer sector del municipio". Y la segunda: "Un teléfono municipal de salud mental en el que profesionales formados en psicología y en técnicas de comunicación, ofrezcan una primera ayuda informando también del catálogo de recursos y servicios disponibles".

La iniciativa fue tumbada por los votos en contra del Partido Popular y Vox. Después de este terrible suceso, el PSOE está valorando la posibilidad de volver a plantear la misma iniciativa en el siguiente Pleno.