Usando una máxima popular, se podía decir aquello de que el Documento Nacional de Identidad (DNI) es uno más de la familia. Porque allá donde se fuere, siempre iba con nosotros. Entre otras razones, porque era obligatorio. ¿Lo sigue siendo?
Para quienes sigan teniendo dudas, el artículo 9.2 de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana (más conocida como Ley Mordaza), lo deja bien claro: “No es obligatorio llevar esta identificación encima pero sí que lo es identificarse cuando la autoridad lo requiera”.
Hecha esta aclaración, conviene sacar la tarta y encender las velas. Porque el DNI está de cumpleaños. Fue el 2 de marzo de 1944, por tanto hace de ello ya 80 años, cuando el Gobierno de Francisco Franco aprobó mediante decreto que cada persona debía contar con un DNI.
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En principio, nació bajo la idea de ser un mecanismo de control para presos y expresidiarios. Después, para hombres que cambiaban mucho de domicilio debido a la profesión que ejercían. Y, más tarde, para varones que residían en ciudades de más de 100.000 habitantes.
Con el paso del tiempo, se incluyeron a los hombres de ciudades con una población entre 25.000 y 100.000 habitantes. Y, por último, todos los ciudadanos.
¿Por qué se hizo obligatorio tener DNI?
Ese decreto antes citado decía que cada individuo debía ser legalmente identificado. ¿Cómo? Mediante un número de ocho cifras acompañado de una letra.
Sin embargo, hubo que esperar hasta 1946 para ver cómo se lanzaba un concurso público con el fin de diseñar el DNI.
Un primer premio que estuvo premiado con la cantidad de 30.000 pesetas. ¿Quién ganó esa cantidad? Aquilino Rieusset Planchón, un empresario ‘con experiencia’, ya que su trabajo consistía en la impresión de billetes y sellos.
Ese primer DNI tenía una serie de características: era de color verde, con forma de rectángulo, e incluía una serie de datos que identificaban a los ciudadanos como una fotografía, los datos natales, y la huella dactilar.
¿A quiénes se hicieron los primeros DNI?
El primer diseño tardó un tiempo en estar entre los ciudadanos. En concreto, no fue así hasta 1951. ¿Para quién fue el número 1? Para Francisco Franco. Los números siguientes fueron para su mujer, Carmen Polo (el 2), y la hija de ambos, Carmen Franco (el 3).
A modo de curiosidad, desde el número cuatro hasta el número 9, quedaron en blanco. Es decir, que no tuvieron titular ninguno.
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La serie se continuó con el número 10 que fue para el hoy rey emérito Juan Carlos I. Para su mujer, Sofía, el 11. Y el actual rey, Felipe VI, se hizo con el 12, la infanta Elena, el 14, y la infanta Cristina, el 15.
El 13, como se puede suponer, quedó vacante para evitar supersticiones. El 16 y el 17 son para las hijhas del rey Felipe VI y la reina Letizia: Leonor y Sofía. ¿Por qué? Porque del 10 al 99 quedaron reservados para la Familia Real.
¿Cuál es el futuro del DNI?
A lo largo de los años, el DNI ha ido cambiado no sólo de tamaño, también de color. Y ha introducido nuevos elementos, como el escudo constitucional (en 1981). ¿Más curiosidades? En 1962 cambia su color a azul e incorpora datos como el grupo sanguíneo y el estado civil, desapareciendo el del sexo.
El primer DNI informatizado fue regulado por Orden del Ministerio del Interior de fecha 12 de julio de 1990. Y hubo que esperar a 2006 para ver el DNI que incorpora chip. Por tanto, ya se puede hablar de un documento electrónico.
Será a partir de este año cuando dará otro paso más porque ya se ha podrá hablar del DNI virtual. “Va a suponer una transformación del modo de relacionarse con la Administración Pública o con el sector privado”, ha explicado la Policía Nacional. Por tanto, el DNI se digitalizará para que los ciudadanos puedan acreditar su identidad a través de medios telemáticos y operar en internet.