La lucha policial contra el narcotráfico en la Región de Murcia permanece descabezada desde hace tres semanas. La plaza de inspector jefe de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) no ha sido cubierta, a pesar de que su último inquilino, José Guerrero, ingresó en prisión el jueves 22 de febrero, a raíz de una investigación declarada bajo secreto de sumario y que asume el Grupo 40 de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, por supuestos delitos de pertenencia a grupo criminal, tráfico de drogas, cohecho y blanqueo de capitales.
Un portavoz de la Policía Nacional en Madrid confirma a EL ESPAÑOL que un jefe de sección "está al mando" de toda la unidad de forma temporal, debido a que se está "reestructurando" la Udyco de la Región de Murcia. La Dirección General de Policía ha adoptado una decisión drástica, para dar un giro de 180 grados al trabajo de los 'estupas', a la vista de que José Guerrero es el tercer inspector jefe que acaba manchado por el narco. Prueba de ello es que los dos últimos mandos que ocuparon el despacho de las dependencias de Sangonera la Verde, Juan José Llamas y Francisco Moreno, fueron condenados a penas de cárcel por tráfico de drogas.
"La jefatura de la Udyco está vacante. Los mandos intermedios van gestionando y cerrando las operaciones pendientes. Pero no hay nadie al frente", tal y como detalla un policía nacional. "Hay mucho hermetismo", sentencia. Y no es para menos, ya que una fuente próxima a la investigación asegura a EL ESPAÑOL que la Unidad de Asuntos Internos está tan dispuesta a llegar al fondo de esta trama de 'narcos a la murciana' que "ha tomado declaración, como testigos, a toda la Unidad de Droga y Crimen Organizado". Desde el primer hasta el último miembro de la Udyco han sido interpelados sobre la labor del inspector jefe José Guerrero.
Las pesquisas del Grupo 40 de Asuntos Internos también se han llevado por delante a otro policía nacional de la Udyco -bajo las órdenes de José Guerrero-. "El agente fue detenido algún día después, pero no lo pasaron al juzgado, le tomaron declaración y listo", tal y como detallan diversas fuentes próximas a una investigación que casi suma un mes bajo secreto de sumario. "Este arresto puede obedecer a una estrategia para poner nerviosa a alguna persona".
En la Udyco, "algunos quieren cambiar de unidad" porque se sienten en la diana de Asuntos Internos. Todo ello, tras la caída a los infiernos del inspector jefe condecorado con una Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, por una operación antidroga en Cartagena. Incluso debutó ante las cámaras, haciendo sus pinitos de actor, con el papel de padre que animaba desde la playa al piragüista Saúl Craviotto. '¡Venga Saúl, sube el ritmo de palada!', tal y como gritaba José Guerrero, en un anuncio entrañable de la UCAM, cuyo protagonista era el policía Saúl Craviotto: máximo medallista olímpico en la historia de España, con cinco metales.
Este diario ha podido saber que una parte de las pesquisas que se están practicando, tratan de esclarecer si la mujer del último inspector jefe de la Udyco, José Guerrero, era socia en algún negocio de Pedro Andrés: un empresario cuyos datos personales aparecen vinculados a siete cargos en cinco empresas distintas, según un portal especializado, aunque en ciertas unidades de las Fuerzas de Seguridad figura como un confidente –o 'informante' como dirían los protagonistas de Narcos en Netflix-.
De momento, lo que ha comprobado Asuntos Internos es que el tal Pedro Andrés M. A. -supuestamente- "pagó algunas facturas" por reparaciones de una furgoneta que utiliza la hija del mando policial en una escuela náutica que tiene en San Javier. Tanto la esposa como la hija de José Guerrero fueron detenidas en el marco de esta investigación, pero se acogieron a su derecho a no declarar en sede judicial y quedaron en libertad con cargos. Bajo ningún concepto venderían al cabeza de familia.
El 'informante' Pedro Andrés parece que 'cantó La Traviata' tras ser arrestado, animado por la posibilidad de que podría acabar en libertad con cargos. Sin embargo, cuando llegó a los juzgados e intuyó que sus huesos terminarían en prisión como los del todavía inspector jefe de la Udyco, no dudó en asegurar que todo lo que había relatado en Comisaría había sido bajo coacción policial. Ese cambio de postura no evita las sospechas que hay desde el principio sobre este empresario: Pedro Andrés es uno de los protagonistas de esta trama porque "era un confidente de Guerrero".
Así lo confirma una fuente próxima a la investigación que le define como "un bocazas", debido a que -en apariencia- iba alardeando de que a cambio de dinero, tenía mano con el inspector jefe de la Udyco, José Guerrero, para que hiciese la vista gorda en entregas de droga a través del puerto de San Pedro del Pinatar. "Todo esto guarda relación con un confidente suyo que después habló con la Guardia Civil y con un clan de traficantes de Cartagena", tal y como corrobora un policía nacional.
A partir de ahí, saltó la liebre en Asuntos Internos porque tanto Pedro Andrés como el clan eran conocidos para las Fuerzas de Seguridad. Al empresario, ya le arrestaron en febrero de 2006, junto a otras once personas entre las que figuraba el jefe de la Policía Local de San Pedro del Pinatar, por facilitar información y apoyo logístico a una red de narcos a la que interceptaron 4,5 toneladas de hachís en La Manga. En cuanto al clan de Cartagena, su fama se debía al control que ejercía en los barrios de Los Mateos o Santa Lucía en la venta de coca, heroína, cristal, hachís...
"Tenía una relación muy estrecha, era un secreto a voces en la comisaría de que había colaboración [entre el inspector jefe José Guerrero y el citado clan]". De hecho, la macrorredada que mandó al traste a este clan la ejecutó la Guardia Civil en 2020, sin colaboración de la Policía Nacional a pesar de que tiene Comisaría en Cartagena y un grupo de la Udyco. "No nos enteramos de nada hasta que hicieron el operativo", comenta un policía. Los registros en Los Mateos o Santa Lucía, se saldaron con la intervención de 115 kilos de droga, 300.000 euros, coches de lujo...
Otra de las cuestiones de interés de Asuntos Internos es aclarar hasta dónde llegaba la colaboración del mando policial con el -supuesto- empresario/confidente/narco Pedro Andrés y el famoso clan de Cartagena. Básicamente, se busca aclarar si en este triángulo existía una relación de confidentes o de compinches. "El inspector Guerrero tenía unos contactos y fruto de esa relación, a lo mejor fue más allá y se extralimitó", apunta una de las fuentes próximas a la investigación. "El confidente [Pedro Andrés] es la única persona que ha podido incriminar al inspector jefe".
Badr, en paradero desconocido
Pedro Andrés tiró de refranero popular en el juzgado, diciendo aquello de 'donde dije digo, digo Diego', pero eso no le evitó terminar entre rejas junto a José Guerrero: una leyenda de la Policía Nacional. Como toda gran causa, los investigados están siendo defendidos por el skyline del derecho penal en Murcia, pero ningún letrado quiere hablar hasta que se levante un secreto judicial que afecta al antiguo inspector jefe de la Udyco, su esposa, su hija, su exyerno, el empresario Pedro Andrés, un albanés que regenta un negocio en Madrid y el dueño de una plantación de marihuana.
Es tan variado el perfil de los protagonistas del tercer escándalo que sacude los cimientos de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Región de Murcia, como variopinto el objetivo de los registros que se practicaron el martes 20 de febrero, para buscar estupefacientes, armas, incluso criptomonedas. De hecho, la sede de la Udyco en la pedanía murciana de Sangonera la Verde fue objeto de un minucioso examen como colofón a la investigación que Asuntos Internos inició en julio de 2023.
Desde que José Guerrero ingresó en un módulo de la prisión de Sangonera la Verde y que cuirosamente no está muy lejos de la sede de la Udyco que se ubica en la misma pedanía murciana, no han parado de sucederse los rumores en las dependencias policiales. Unos agentes dicen que lo han encarcelado por cobrar -supuestos- sobornos de un narcotraficante colombiano y otros por ayudar -presuntamente- a meter 300 kilos de cocaína en Cartagena. Pero la única certeza es que el inspector jefe ha terminado salpicado por sus informantes. "Es difícil no cruzar la línea".
Por si no le faltara picante a este remake murciano de Narcos, todavía se encuentra "en paradero desconocido": Badr E. B., un empresario y supuesto narcotraficante que también es confidente del inspector jefe de la Udyco. El Grupo 40 de Asuntos Internos indaga sobre la relación entre este otro 'informante' y el inspector Guerrero. Los registros que se saldaron con la detención del mando policial y de su familia, entre otros, pillaron al empresario marroquí fuera del país. Y ahora, precisamente, Badr sabe que la cosa no está como para volver a la capital del Segura.