Es mediodía en Las Palmeras. El barrio cordobés aparece como un desierto inhóspito. En la lejanía, cante por bulerías. Ya se hacen notar los marihuaneros. En los improvisados tendederos de los ventanales, pijamas de lunares. Bajo los soportales callejean pastores alemanes, guardianes errantes de una barriada que parece enmudecer por las mañanas. Un par de jóvenes arrastran un carrito de bebé. Se dirigen hacia el CEIP Duque de Rivas, el destino de este periódico, motivado por conocer las razones que convierten Las Palmeras en el barrio de mayor fracaso escolar de Europa. Ahora, además, el anuncio de una desilusión: dos de sus tres colegios cerrarán en septiembre.
Así lo dio a conocer el pasado 14 de febrero la consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, que aseguró el cierre del CEIP Duque de Rivas y el CEIP Alfonso Churruca, ubicados en el barrio Las Palmeras, y la integración de sus alumnos en el CEIP Pedagogo García Navarro para el próximo curso 2024/2025.
La decisión no ha sido plato de buen gusto para la Junta de Personal Docente No Universitario de la provincia cordobesa, que califica el cierre de estos colegios como un "crimen educativo". "Los dos centros afectados están en una de las zonas con mayor exclusión social de Europa y son un soporte necesario para el futuro de estos barrios", expresó en un comunicado UGT Córdoba el pasado mes de febrero.
En efecto, Las Palmeras —que surgió entre 1963 y 1964 como barrio de albergues provisionales— presenta la mayor tasa de fracaso escolar de Europa, asegura el delegado territorial de Educación, José Francisco Viso, a este periódico. Precisamente, para erradicar este problema, Viso explica que "la mejor decisión es integrar los tres colegios en uno". Las razones, detalla, se deben a que, actualmente, existen 30 profesores para 67 alumnos, "y el resultado obtenido es un total de cero titulados en toda su historia. Es decir, fracaso escolar absoluto y falta de integración social".
Este "ilusionante proyecto", explica el delegado, lleva sobre la mesa desde 2011. La idea es reconvertir el CEIP Alfonso de Churruca en un Instituto de Educación Secundaria con un Ciclo Formativo de grado básico. "En ningún momento hablamos de cierres, sino de un procedimiento de recolocación del alumnado para mejorar su educación", apunta.
Viso es consciente de que las innovaciones tienen su reticencia, pero asegura que es un proyecto que ha salido adelante contando con la opinión de la asociación vecinal de Las Palmeras y las asociaciones de Estrella Azahara, Red 21 y mujeres gitanas Kamira. Además, constan tres reuniones con la Junta de Personal Docente, dos reuniones con el comité de empresa y una reunión con las tres directoras de los centros afectados. "Nuestro objetivo es que en el curso 2026/2027 hayan, al menos, 15 alumnos matriculados en Secundaria", revela el delegado.
Iván Montes, delegado sindical de UGT Córdoba, asegura que "el interés de este proyecto es, principalmente, económico". "El objetivo es ahorrar salarios. No deberían cerrarse los centros porque, en estos momentos, tienen el profesorado adecuado en base a los alumnos escolarizados. Las características educativas y psicoemocionales de este alumnado son muy específicas. No se debería reducir el profesorado —que pasarán de 30 a 19—. Hablamos de estudiantes con conductas disruptivas. El nivel de dificultad que tienen estos profesores a la hora de trabajar en el día a día con estos alumnos es muy alta, aunque la ratio sea baja", explica.
Adiós, CEIP Duque de Rivas
"¿Por qué estáis grabando?", pregunta una alumna del CEIP Duque de Rivas, junto a otro menor, que curiosean desde una de las ventanas que dan a la entrada del centro. No parece que haya nadie con ellos. "Van a cerrar el colegio", respondemos. "¿Y por eso tenéis que contarlo?", interroga extrañada. A falta de timbre, del que sólo se observan los cables quemados, golpeamos la puerta. Nos explican que nadie puede atendernos puesto que están obligados a pedir permiso a la delegación de Educación. Tampoco nos permiten echar un vistazo a las instalaciones. Insisten en que, además, la directora se encuentra reunida, igual que expresaron por vía telefónica el día anterior cuando este diario pedía información.
"¡Es una pena, un sinsentido!", expresa una limpiadora del centro. No revela su identidad, pero se le notan las ganas de hablar. "Esto es un cachondeo. ¡Más de 70 años lleva aquí este colegio! Para mí que alguien lo está reclamando", arroja. "Mari, ¿a ti qué te parece que vayan a cerrar el colegio?", le pregunta a una vecina que deambula por los alrededores. "¡Vaya noticia más triste!", lamenta esta con los brazos en jarra.
"¡A ver ahora yo qué voy a hacer con mis niños!", grita Rafael Real desde su furgoneta. Rafa tiene 35 años y la mayoría de recuerdos bonitos que guarda de su infancia acaecieron en el Duque de Rivas. No le importa expresar su opinión a este periódico si es por el bien del colegio. Explica que tiene cinco hijos, aunque, realmente, "no son míos, sino de mi parienta". "Imagino que cerrará porque los nenes no asisten. Es una pena, porque ahí dentro hay muy buenos maestros. Al que le aprietan las tuercas, aprende a estudiar y a ser alguien. Ojalá no lo cierren. Es muy importante que los niños estudien", expresa.
La empleada, que por el camino descubrimos que se llama María, cuenta que del CEIP Duque de Rivas "¡han salido hasta abogados!". Nos conduce a la plaza más céntrica de la barriada, donde se suelen reunir los vecinos. Hoy hay poco movimiento, hasta nuestra guía se sorprende. Aun así, Chari, Antonia, Ana y Carmen no fallan a su reunión matinal.
Chari, de 42 años, evoca recuerdos del Duque de Rivas, del que se salió en sexto de Primaria: "Tuve una infancia muy buena ahí dentro". La mujer explica que el barrio se ha quedado vacío de menores. Revela que de los 21 matriculados en el centro, realmente sólo asisten dos o tres de forma rutinaria. "Quizás el problema está en que hay diez maestros para cinco alumnos. Es a lo que se agarra la administración", señala. Cuenta Chari que ella llevó a sus tres hijos al Duque de Rivas, aunque afirma que los traspasó al CEIP Mirasierra por "problemas con otros niños".
Y es que, como expresa el delegado sindical, uno de los problemas que existen en estos barrios, aparte de que "no le suelen dar importancia a la enseñanza ni a aprender", son los enfrentamientos entre familias, puesto que "existen guerras de clanes entre la población gitana que, evidentemente, no generan un buen ambiente escolar". Por este motivo, muchas familias quieren que sus hijos estudien en los centros de la zona y no en otros ubicados en barrios más alejados.
Carmen abandonó el colegio en quinto de Primaria. Aun así, afirma que "los mejores maestros los hemos tenido aquí, en el Duque de Rivas". Gesticula vivaracha señalando su alrededor: "¡Mira, cariño, el barrio 'pelao'!". "No hay niños. Como mucho, tres en cada aula", expresa. Chari, de nuevo, se adentra en la conversación: "Los que manejan el cotarro se habrán dado cuenta de esto y habrán dicho '¿cómo vamos a pagar tanto sueldo si los niños no están asistiendo?'".
Al preguntar por el futuro del centro educativo, que, en un principio, se desconoce a qué se va a destinar, Chari asegura que "esto va a ir a peor". Preguntamos, sorprendidos, el porqué. "¡Quieren poner una comisaría de Policía!", cuenta. "Para tenernos controlados", expresa entre risas Antonia.
Forzados a desplazarse
De vuelta al Duque de Rivas, dejando atrás la histeria colectiva por las comisarías, nos encontramos con Nicolás Abellán, que no duda en posar para la cámara y expresar al periódico todo su malestar con respecto al cierre de los centros. Lleva consigo un misto y cadenas de oro que asaltan dudas. Tiene tres hijos. Dos de ellos, Nico y Fran, se encuentran ya en el instituto. El problema es el pequeño, que comienza el colegio y Nicolás se ha visto obligado a tenerlo que matricular en el CEIP Mirasierra, ubicado en el Parque Azahara, al otro lado de Las Palmeras.
"Quiero que mis hijos se eduquen en su barrio, no lejos de él. En el Duque de Rivas nos hemos criado toda mi familia. Los profesores son magníficos y no recuerdo nada igual como aquel comedor. Es una lástima que lo cierren", expresa. Don Miguel, Ángeles, Margarita, Amelia y Lola son algunos de los profesores que Abellán recuerda de su niñez en el centro. Cuenta que hace unas décadas eran muchos más alumnos escolarizados. "No cabíamos en las aulas y teníamos que poner los pupitres en los pasillos", apunta entre risas. "Ahora no queda nadie. ¡La solución es traer niños al mundo!", señala.
Con respecto al futuro del centro, Abellán opina que no durará mucho y que más pronto que tarde "comenzarán a romper cristales, orinar dentro, robar materiales... En definitiva, destruirán el edificio. Y es una verdadera pena, puesto que es un centro que goza de muy buenas instalaciones".
Abellán se despide sonriente de este periódico. Al llegar al CEIP Pedagogo García Navarro se niegan a atendernos. "No tengo nada que decir respecto al cierre de los centros. Os pido que os marchéis", arroja la directora mientras nos acompaña a la salida. En el CEIP Alfonso Churruca, igual. "La directora no puede atenderos", expresan desde el otro lado de la puerta principal. Tampoco los profesores son capaces de responder a un par de preguntas, que casi imploran que no les detengamos.
A la salida del CEIP Alfonso Churruca, Jessica Martín y Daniel Plantón esperan a que cuatro de sus cinco hijos salgan del colegio. La pareja explica que los menores son nuevos este año en el Alfonso Churruca, y expresa que es una pena la noticia del cierre porque "ya están adaptados a los profesores y a los alumnos". Las niñas, que ahora caminan junto a ellos, aseguran que no quieren cambiarse de colegio.
Plantón explica que estuvieron matriculadas un par de años en el CEIP Pedagogo García Navarro, pero "veíamos cosas que no eran correctas, la enseñanza no era la adecuada". "Veían la televisión, jugaban a las cocinitas, dibujaban… Pero mi hija tiene cinco años, lo que necesita es leer y escribir", arroja su mujer. "¡Ponedles un lápiz a los niños en la mano!", lanza Plantón como mensaje al sistema educativo.