Trabajar en la Administración Pública es uno de los deseos de cientos y cientos de jóvenes. La estabilidad laboral, una de las prioridades de los millennials, aumenta la motivación para conseguir una plaza como funcionario. Eso conlleva aprobar unas oposiciones, un proceso que no resulta sencillo y requiere de una gran capacidad de estudio. No obstante, hay que tener en cuenta que no todas tienen la misma exigencia. En este sentido, para aquellos que quieran trabajar en justicia pero no quieran cursar una carrera ni pegarse años estudiando, la oposición de Auxilio Judicial es una muy buena opción, dado que se considera una de las más fáciles.
Aunque puede parecer algo subjetivo, es cierto que algunas plazas son más accesibles que otras debido a factores como el volumen del temario, requisitos, oferta de puestos, pruebas y la frecuencia con la que convocan los exámenes. En cualquier caso, aunque se clasifiquen como "más fáciles", ninguna oposición puede considerarse realmente sencilla, ya que todas requieren un considerable esfuerzo y horas de estudio. Además, incluso con una gran dedicación, no se puede garantizar el éxito en estos exámenes.
En concreto, las oposiciones como auxiliar judicial son consideradas como las más sencillas dentro de la Justicia, debido a la regularidad en la oferta de plazas, su temario reducido y su prueba de acceso.
Se trata de un trabajo público al que se accede tras superar una oposición del Grupo C2 (antiguo Grupo D), por lo que la titulación requerida para acceder es la de Graduado Escolar, Bachiller Elemental, Enseñanza Secundaria Obligatoria – LOGSE, Formación Profesional de primer grado o equivalente.
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En concreto, estos profesionales son los responsables de verificar que todo el equipo técnico de las salas de audiencias esté en óptimo estado, reportando cualquier anomalía para evitar interrupciones en los actos procesales.
Asimismo, para formar parte de esta categoría, los aspirantes tienen que tener al menos 18 años, carecer de antecedentes penales y estar en posesión de, al menos, el título de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Y, como suele ser habitual en cualquier empleo público, no haber sido separado mediante expediente disciplinario del servicio en la Administración. Por tanto, es una oposición accesible prácticamente para todos los españoles.
No obstante, hay que tener en cuenta que los procesos de selección varían en función de la Comunidad Autónoma. Además, cada región tiene la posibilidad de requerir algún condicionante propio, como por ejemplo las que tienen lengua cooficial podrán exigir el conocimiento de dicho idioma.
Los aspirantes tendrán que estudiar un total de 28 temas para el examen que se divide en dos bloques: un cuestionario de 100 preguntas tipo test y la resolución de dos casos prácticos. Además, considerando la dificultad de los ejercicios se tantea un tiempo de preparación de alrededor de un año. No obstante, tan solo se trata de una aproximación, dado que depende de muchos factores como por ejemplo, el rendimiento propio y del resto de aspirantes en los exámenes.
En cuanto al sueldo, un auxiliar judicial en España se encuentra entre los 1.500 y los 2.000 euros mensuales. No obstante, esto depende de diferentes factores como la antigüedad, experiencia o el puesto de trabajo. De hecho, el salario máximo puede superar los 30.000 euros brutos al año.