Javier Márquez salió con sus amigos el viernes 1 de marzo en Logroño. Tenía previsto regresar al día siguiente a su pueblo, Santo Domingo de la Calzada, pues iba a dormir en la capital, en casa de su hermana. Sin embargo, al salir solo de la discoteca en la que se encontraba de fiesta se le perdería la pista. Su cuerpo apareció sin vida este miércoles 20 de marzo, tras 20 días de intensa búsqueda por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad, equipos de emergencias y su familia, amigos y conocidos.
La desaparición de Márquez trae consigo algunas incógnitas. Por el momento, se ha decretado el secreto de sumario y se desconocen los pasos que siguió el joven aquella noche nada más abandonar el local.
Las hipótesis, por lo tanto, continúan todas abiertas. Parece descartada la del robo. El motivo es que el cuerpo del joven apareció con el móvil y la cartera, lo que permitió su rápida identificación.
[Hallan en el río Ebro el cadáver de Javier Márquez, el joven desaparecido en Logroño]
Cabe recordar que el cadáver fue hallado en el río Ebro, en una zona llena de ramas. El caudal tan alto que llevó los primeros días dificultó las labores de búsqueda, que desde un principio se acotaron en esta zona.
Judoca
Desde el pasado 2 de marzo, Santo Domingo de la Calzada se volcó en la búsqueda de Márquez. Nacido hace 20 años en este pueblo riojano, Javier era un joven de 1.62 de estatura que competía como judoca. Ese era el motivo por el que pasaba muchas horas en el Centro de Alto Rendimiento.
Raúl Riaño, alcalde de su localidad, le definía como "un crack, no se puede ser mejor persona", en palabras a EL ESPAÑOL al principio de la búsqueda. Por entonces, el alcalde mantenía la esperanza de encontrarlo con vida y resumía sobre su personalidad: "Siempre tiene una sonrisa en la boca y siempre está bromeando".
El alcalde de Santo Domingo de la Calzada insistía en los elogios al joven judoca, al que tildaba como alguien "simpático, muy bueno, amigo de sus amigos". Rememoraba que había empezado a estudiar Derecho e Integración Social en la Universidad, aunque posteriormente lo dejó. Desde la asociación SOS Desaparecidos, que dio la voz de alarma, dejaron claro desde el minuto uno que el joven "no tenía ningún problema con nadie, era un chaval modelo".
La noche de la desaparición
Las incógnitas que quedan sobre lo ocurrido esa noche son muchas y no se han podido esclarecer. Desde hace 20 días, Policía Nacional, Guardia Civil y voluntarios buscaban por Logroño y fuera de la ciudad, centrándose, en las riberas del Ebro.
De hecho, este lunes, la Policía Nacional emitió su último comunicado sobre la búsqueda. En él se informaba que el grupo especial de operaciones y ténicos de subsuelo de la jefatura superior de Policía de Logroño estaba trabajando en los canales de aguas subterráneas.
La búsqueda se acotó desde el principio en el río por varios motivos. El primero de ellos es que la última vez que se vio a Javier con vida fue cerca del Puente de Hierro.
La última vez que se le vio fue en los alrededores del pub Panorama, una zona cercana al Puente de Hierro de la capital riojana. Eran las 5.30 horas de la madrugada del sábado y lo vio el seguridad de uno de los locales. Esa era la última pista "fiable", según el alcalde.
Posteriormente, según algunas fuentes apuntaron a EL ESPAÑOL, pudo estar por la zona cercana al piso de su hermana, cercano al Ayuntamiento de La Rioja. Este extremo se debía a que el móvil se habría conectado a ese repetidor.
No obstante, la última pista que se tenía sobre él en los primeros días, según la familia en declaraciones a La Rioja, era su móvil. A priori se habría encendido en algún momento de la tarde del sábado en el que desapareció, cuando le llegaron algunos mensajes a través de Whatsapp.
El cuerpo del joven apareció este miércoles en el Río Ebro. Lo hizo entre unas ramas de la ribera de difícil acceso, sobre todo en días anteriores, cuando el caudal del río estaba muy alto. Lo encontraron los bomberos voluntarios del CEIS Rioja.
Explicaciones
Este jueves, la delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz, y el jefe superior de Policía de La Rioja, Manuel Laguna, comparecieron ante los medios para explicar el dispositivo de búsqueda que ha tenido lugar en estos 20 días. Ambos han insistido en la dificultad de las labores de búsqueda.
Arraiz apuntaba que no había habido falta de medios: "Se ha hecho lo que se tenía que hacer y no ha habido ningún tipo de descoordinación".
La dificultad del rastreo ha sido tal por la crecida del río a su paso por Logroño. Incluso, uno de los días volcó una lancha con voluntarios.
Por eso, Laguna destacaba que "desde el principio, por el peligro y la situación del río de aquellos días, la hipótesis era que se podía encontrar a Javier en la zona del río y, por eso, centramos ahí la búsqueda desde el primer momento".
De hecho, esclarecía igualmente: "Pensar en el decrecimiento del volumen del agua era algo que ha sido determinante finalmente porque el cuerpo de Javier estaba en su sitio muy complicado de acceder".
Arraiz finalizaba: "Todos nos hemos volcado en este asunto como si fuera algo personal por lo que hay que agradecer la generosidad de todos los que han salido a la calle a buscar a Javier y esta explosión de solidaridad".