Hace 19 años se estrenó en Cuatro un programa de reportajes e investigación que marcaría un antes y un después en sus reporteros, los espectadores y algunas de las personas que fueron protagonistas de algunos de sus capítulos. Se llamaba Callejeros.
El equipo inicial lo formaban periodistas tan conocidos como Alejandra Andrade o Jalis de la Serna, que luego han logrado hacer carrera en solitario con sus programas en Atresmedia o Mediaset.
No obstante, el primer reportaje que se emitió lo realizó Nacho Medina, que grabó el primer Callejeros que vio la luz en noviembre de 2005, titulado Simplemente María, en el que se contaba la historia de un parto. 19 años después, el madrileño afronta la nueva etapa como director de Callejeros, pero también como reportero para seguir buscando historias en la calle, su hábitat natural.
Y es que Medina lleva el periodismo en el ADN, ya que su padre fue Tico Medina, periodista granadino conocido por su labor en medios escritos, radio y televisión, que fue reportero de guerra y llegó a entrevistar a personalidades como Richard Nixon, Fidel Castro, Salvador Dalí o el Che Guevara.
EL ESPAÑOL ha podido charlar con Nacho Medina para comentar esta nueva etapa de Callejeros en Cuatro, pero también para echar la vista atrás a los inicios del programa, su trayectoria profesional en la que destaca su época con Frank Cuesta grabando por la selva Frank de la jungla o su madridismo que le ha llevado a ver algunas de las finales de Champions que ha ganado el Real Madrid.
Reporterismo en la sangre
"Es que mi padre era Tico Medina". Es lo primero que afirma Nacho Medina cuando es preguntado por qué es periodista. Y es que la influencia de su padre fue determinante para que el madrileño eligiera el camino del reporterismo como forma de vida: "Fue una cuestión genética que me ha servido para hacerme un hueco en el mundo del periodismo", admite.
Eso sí, como todos los niños, y pese a la influencia de su padre, no tuvo claro qué camino profesional que escoger, ya que "de pequeño quería ser veterinario y luego, futbolista. Incluso llegué a jugar en el Real Madrid un par de partidos en el torneo social pero, evidentemente, no era tan bueno como para quedarme".
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"Luego, quieras o no, mi padre era como un libro de periodismo, salía en las noticias… poco a poco me fui empapando de este mundo y fluyó de una manera natural", reconoce. Y eso que su profesora en COU (el actual segundo de Bachillerato) le decía que practicara escribiendo cartas a amigos y familiares porque no se le daba muy bien. Después llegó su experiencia en Marca, La Razón y la televisión.
PREGUNTA.– ¿Cómo fueron sus inicios profesionales?
RESPUESTA.– Estuve en el diario Marca de becario y coincidí con Miguel Ángel Díaz que ahora está en la COPE, con Miguel Serrano que ahora en Radio marca le llaman 'El látigo'. Luego me fui a La Razón a hacer baloncesto y estando allí me salió una prueba Andalucía Directo, el programa mítico de reportajes, una referencia. La prueba la hice fatal, pero conseguí una segunda oportunidad, me cogieron y empecé a despegar. Eso fue en 1999 y estuve siete meses en él.
P.– ¿Qué hizo allí?
R.– Allí grabé por primera vez la historia a las hermanas del baptisterio, pero tuve la osadía de un niño bisoño de mandarle una cinta a Javier Sardá mostrándole lo que era capaz de hacer para ver si me contrataban de reportero. Pero lo que hicieron fue cogerla, fusilarme los personajes y luego empezaron a salir con Cárdenas. Andalucía Directo fue una experiencia brutal y compartí programa con Toñi Moreno, que estaba en Málaga, con Silvia Sánchez, que es la directora de Comando Actualidad…
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Luego me vine a Madrid a un programa que se llamaba Por la escuadra de Antena 3, que era una especie de Caiga quien caiga de fútbol, que perseguía a los futbolistas, pero no funcionó. El siguiente formato en el que estuve fue Ver para creer, un espacio de madrugada que presentaban Liborio García e Inés Ballester en el que la gente mandaba vídeos grabados con sus cámaras y nosotros los recreábamos.
P.– ¿Siempre ha hecho información o entretenimiento?
R.– También hice corazón una temporada en la época de Tamara (ahora Yurena), Paco Porras y esos personajes. Recuerdo que fui al cumpleaños de Leonardo Dantés en que solo había tres personas y me tuve que hacer una pieza con eso, imagínate.... También estuve en Pop Stars, el programa musical que presentó Jesús Vázquez. En esa época aprendí mucho y esa experiencia me valió para incorporarme a Mi cámara y yo en 2002, luego a un magacín de Agustín Bravo en Antena 3 que se llamaba La Carta; fui guionista de La vida de Rosa, que presentaba Rosa Villacastín y Olga Marchetti, y de ahí me fui a Callejeros.
El primer callejero
A los pocos días de que naciera Cuatro, el nuevo canal de televisión estrenó un programa llamado Callejeros. El primero que se emitió fue Simplemente María, donde Nacho Medina y el cámara que le acompañaba, Carlos Mori, grabaron un parto. En aquella época, el formato estaba dentro de un contenedor de programas y solo duraba unos 20 minutos cada reportaje, por los casi una hora que duran en la actualidad las nuevas entregas de 2024.
Callejeros estuvo en emisión de 2005 a 2013, logrando temporada a temporada que el público se enganchara a sus reportajes, lo que mostraban y también a los personajes que aparecían en algunos de ellos como Ramón el vanidoso a la salida del metro de Pitis; el joven de la frase 'pim, pam, toma Lacasitos'; la chica que tenía 'algo' en el pelo; las hermanas del baptisterio paleocristiano romano; o el Maki de Ibiza, entre otros muchos.
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Y es que el programa de Cuatro logró a lo largo de su emisión en esos años multitud de premios como cuatro Premios Iris a Mejor programa informativo en 2007 y 2008, Mejor programa documental en 2006 y Mejor dirección a Carolina Cubillo en 2008. Se llevó cinco TP de Oro como Mejor programa de actualidad y reportajes; un Premio Ondas en 2008 como Mejor programa de actualidad o cobertura especial; Premio Guardia Civil como Mejor Espacio de Televisión, Premio sociedad y riesgos por la Ciutat de Tarragona de Comunicación o Premios periodísticos de seguridad vial Línea Directa.
Este 2024 Cuatro ha decidido recuperar el programa y la marca que tantos éxitos le dio con un nuevo equipo de reporteros, encabezados por Nacho Medina, al que acompañan Fanny Boehm, Adolfo Zarandieta y Silvia Ruizsalen.
P.– ¿Cómo fue su fichaje por Callejeros?
R.– Me llamó la que fue directora de Mi cámara y yo, Carolina Cubillo, para que fichara por Callejeros. Curiosamente, en esa época también tuve una oferta de España Directo que volvía a Televisión Española, pero aposté por el programa de Cuatro y estuve allí los ocho años que se emitió como reportero, director… Luego pusimos en marcha Callejeros Viajeros, que también hicimos 200 capítulos…
P.– ¿Cómo fue aquel primer reportaje en 2005 de Simplemente María?
R.– Queríamos grabar un nacimiento y nos fuimos al hospital de Fuenlabrada que nos dio permiso para estar allí y grabar, pero no teníamos todavía la pareja que fuera dar a luz. Me puse a hacer guardia en la puerta del hospital y, gracias a la magia de Callejeros, apareció un conserje de la embajada de México, un chaval muy jovencito, muy majete, que venía corriendo.
Decidí seguirle y le acompañamos hasta la habitación donde se había puesto de parto su mujer, le convencí para que nos dejara pasar con él, imagínate la reacción de su mujer al verle entrar con un cámara detrás. Y ese fue el programa. Eso es la naturalidad, la espontaneidad y la cercanía de Callejeros. Ese primer reportaje lo grabé con Carlos Mori, que era uno de los cámaras que tenía en Andalucía directo.
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P.– En aquella época el programa se emitía en un contenedor de factuals.
R.– Sí, estábamos con otros formatos que se fueron cayendo por audiencia y nos mantuvimos nosotros. El primer año fue más discreto, pero la cadena apostó mucho, jefes lo aguantaron y a partir de la segunda temporada empezamos a mejorar para reventarlo en la tercera.
P.– ¿Qué se siente al estar en un programa que es historia de la televisión?
R.– Muchísima responsabilidad. Cuando me comunicaron que volvíamos con Callejeros, respiré hondo y dije: 'Vamos a por ello'. Por nuestro programa han pasado reporteros como Jalis de la Serna, Alejandra Andrade, Sonia López, Beatriz Díaz... gente muy humilde y muy buena. Yo era la única cara que quedaba de aquella época, pero me fui a grabar el primer capítulo de esta nueva etapa, el de Vecinos, que fue un éxito de audiencia hace dos semanas, y lo hice con los nervios de un debutante, que es bueno porque te mantiene alerta y con un alto nivel de autoexigencia.
P.– ¿Qué debe de tener un reportero de Callejeros?
R.– Actitudes, tesón y mucha resiliencia. Pero, sobre todo, que sepan mirar a los lados, es decir, que tengas la capacidad de que si estás grabando algo que tienes de frente y a la izquierda hay un burro volando, que te vayas corriendo a por el burro volando. Para los reporteros de esta nueva etapa hicimos un casting de más de 100 personas en televisiones nacionales, autonómicas y locales.
P.– ¿Qué ha supuesto para usted la vuelta de Callejeros?
R.– Creo que llega en un momento muy acertado pues, aunque no lo parezca, es cuando más solos estamos y cuando más necesidad tiene la gente de hablar y de contar su historia y su realidad. En un momento en el que la Inteligencia Artificial nos está sobrepasando es momento de recuperar la inteligencia emocional.
P.– ¿Qué aporta a la televisión este programa?
R.– Estamos ante la vuelta del periodismo de calle. La televisión ha estado de luto durante los últimos años por no tener un programa como Callejeros. Además, posteriormente nacieron otros programas que intentaron copiar su espíritu.
P.– ¿Los espectadores volverán a ver personajes míticos que aparecieron en el programa hace años?
R.– He hecho un reportaje de gente singular y vuelve a salir Pinturitas. La grabé hace 18 años, he vuelto allí y sigue pintando esa pared. También hemos grabado con la familia Jiménez, los forzudos de Astorga. Encarnita y Josefina han fallecido, pero si estuvieran vivas hubiéramos ido a buscarlas. Aunque Baptisterio sólo hay uno, hemos grabado a un personaje que puede estar en el podio. El patrimonio cultural de Callejeros es tan amplio que puede haber flashbacks.
P.– ¿Es más difícil acceder a un poblado o una casa de un rico?
R.– En un poblado es fácil entrar en el sentido de que tú les transmitas confianza, mires a los ojos al patriarca, le des la mano y le digas: "Me voy a quedar aquí una semana y quiero que me contéis vuestra vida". En un rico es más complicado, tienen una imagen pública y son más meticulosos. Cuesta más. Tienes que tener mucho más cuidado con los comentarios o lo que grabas. Es mucho más difícil grabar un rico que grabar a una persona humilde.
P.– ¿Qué reportaje le queda por hacer?
R.– No he grabado nunca dentro de una cárcel, así que me gustaría, aunque sí que hemos hecho algún especial. Pero sí que me gustaría entrar en una cárcel de mujeres, por ejemplo, para grabarla.
Compañero de Frank Cuesta
Medina fue el director de otro de los programas míticos de Cuatro, Frank de la jungla. El madrileño, Frank Cuesta, que hacía las veces de reportero, y el operador de cámara, Santiago Trancho (fallecido a causa de un accidente de motocicleta con 31 años), recorrían países como Laos, Malasia o Vietnam, en busca de la fauna más exótica y peligrosa. También pasaban épocas en Tailandia, residencia de Frank Cuesta.
"Los niños todavía me recuerdan de aquel programa y lo de 'Nacho, eres un cagado' que me decía Frank. Me marcó mucho aquel formato. Incluso luego sacamos un libro contando lo que hacíamos en el programa que fue un torbellino, un huracán, como si antes no hubiera hecho otra cosa", afirma Medina. No obstante, su labor como director y reportero de Callejeros o de los otros formatos en los que ha participado le han dejado a Medina dedicarle tiempo a una de sus mayores aficiones: el fútbol.
"Mi gran pasión es ver fútbol de categorías inferiores, de regional, de todo… y saberme todas las alineaciones. Como quería ser periodista deportivo de pequeño, estoy obsesionado con los partidos de las categorías regionales de Tercera División, de Segunda, viendo todo el día resultados y jugadores. Siempre me pongo la piel de futbolista y en su vida personal", comenta.
Madridista confeso, Medina es socio del club blanco desde hace 35 años e, incluso, ha viajado por Europa para ver las grandes gestas del Real Madrid en la Champions: "Fui a París, al Stade de France, cuando el Madrid ganó al Valencia (fue en la temporada 99/00; el resultado fue 3-0 con goles de Savio, McManaman y Raúl)", recuerda el periodista.
"En 2017 también fui al Millennium Stadium de Cardiff, en Gales, para ver la final entre el Real Madrid y la Juventus (ganó el equipo español 4-1 con dos goles de Cristiano Ronaldo, Casemiro y Marco Asensio). A las dos finales que he ido, las ha ganado", concluye.