Juan (izq.) y Sergio, dos jóvenes cuya formación no concuerda con la oferta laboral existente.

Juan (izq.) y Sergio, dos jóvenes cuya formación no concuerda con la oferta laboral existente.

Reportajes

Por qué España es líder en paro juvenil si hay trabajo: los casos de Sergio y Juan, sin éxito en "lo suyo"

La descompensación, según los expertos, es por un sistema productivo apoyado en solo dos sectores y una formación que difiere de la oferta.

6 abril, 2024 02:38

Somos abanderados de muchas cosas, pero en el trabajo juvenil seguimos suspendiendo. La tasa de paro entre los jóvenes españoles fue en 2023 del 28,36% según el Instituto Nacional de Estadística. Es decir, casi medio millón de jóvenes entre los 16 y los 24 años buscan empleo sin éxito en nuestro país.

A partir de los 25 años, la situación tampoco mejora en demasía. En el periodo de 2017 a 2022, aunque las tasas son algo menores, el paro también duplica la media de los Estados miembros de la Unión Europea.

Y nada de esto es nuevo. España ha ocupado históricamente el primer y segundo puesto de mayor paro juvenil en Europa desde 1986, cuando se incorporó al club comunitario. Al otro lado de la balanza están Alemania, con un 5,7% de paro juvenil; Malta, con un 7,8% o la República Checa, con un 8,1%.

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Noah Segura tiene 18 años y busca trabajo "de lo que haya, ya sea dependiente, camarero o en la obra". Lleva desde el pasado verano enviando su currículum a empresas de todo tipo –incluidas cadenas fast food-, y también a través de aplicaciones como Infojobs. Pero nada. Tampoco por ETT ha tenido suerte.

En realidad le encantaría trabajar como informático, pues tiene un grado medio en esta disciplina que le llamó la atención "desde chico", pero se siente en un bucle: "El problema es que al no tener experiencia me resulta más difícil aún que me cojan". Por eso en septiembre va a cursar un grado superior, "para tener más salidas".

Trabajar "de lo suyo"

Juan Moral tiene 34 años y es periodista. También por vocación, como suele suceder en el gremio. Ahora mismo lleva meses sin encontrar trabajo, y el último empleo estable lo terminó en marzo de 2022. Lo desempeñaba en una empresa dueña de una televisión provincial y periódicos digitales.

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Al principio se encargaba de la parte digital del periódico, pero después de la pandemia –y tras haberle repescado después de ser despedido con un ERE- las labores que se le asignaban fueron subiendo. No así el sueldo: "Fueron sumándome muchos otros trabajos, hacía temas para la televisión, labores de reportero e incluso puntualmente de presentador. A medida que pasaban los meses me pedían más y más, pero yo cobraba el salario mínimo interprofesional de 1.035 euros, así que me acabé yendo".

Juan Moral es un joven periodista sevillano.

Juan Moral es un joven periodista sevillano. Cedida

Al poco entró en un periódico local, pero reclamó las horas extra diarias –entre tres y cuatro-, y ese fue su pasaporte de salida: "Reclamé que o bien me las pagaran o que dejara al menos de hacerlas, pero al mes me echaron". Nunca más ha vuelto a trabajar de periodista, aunque ha echado un sinfín de currículums "para ofertas de redactor, de periodista, ayudante de redacción, técnico de comunicación o incluso community manager", puesto para el que ha hecho un curso específico. "La frase que más me dicen y que odio profundamente es 'tu perfil no encaja con lo que estamos buscando', pero no me dan explicaciones de qué es lo que buscan".

Por eso se plantea cambiar de sector, a pesar de la nostalgia: "Es como: ‘¿Y voy a tirar la toalla después de tanto tiempo estudiando e intentándolo como periodista?’. Pero tampoco me he ido porque no me ha salido la oportunidad, la verdad, y he echado a ofertas de camarero, de dependiente... Lo único que me salió fue de teleoperador y ahora estoy en una oferta del Servicio Andaluz de Empleo por la que doy un taller de radio en un cole, como monitor educativo, pero son sólo cinco horas".

Un caso similar es el de Sergio Vázquez, también periodista. Tiene 31 años y busca trabajo principalmente en los medios de comunicación: "Pero es todo tan precario que también estoy buscando en todo lo que sea Comunicación para empresas", reconoce.

Sergio tiene, además de la carrera, un máster en periodismo deportivo y ha estudiado tres años en una escuela de escritura porque la literatura también es su pasión. "He conseguido publicar un libro, pero ahora necesito volver a trabajar y llevo buscando trabajo desde enero. Si se alarga la situación, sí que me planteo cambiar de sector a otro en el que pueda tener más estabilidad. El periodismo es una profesión muy bonita, pero entre que empiezan pagándote en visibilidad y después cuesta encontrar un buen trabajo, conforme han ido pasando los años he perdido un poco la vocación".

La hostelería, siempre con trabajo

En las páginas de internet donde hay decenas de ofertas laborales recientes, casi todas son en el sector de la hostelería. Llamamos a una de ellas, la del restaurante El Quinto Gallego de Madrid. Hablamos con José, quien firma el anuncio, y le preguntamos si ha recibido muchas solicitudes de candidatos

R: Yo lo que le puedo decir es que llevo tres días con el anuncio puesto y habré entrevistado a unas 100 personas. Me quedo corto, igual. Hay mucha gente que demanda trabajo, al menos en este oficio.

P: ¿Y ha encontrado ya algún candidato?

R. –Sí, ya tengo a alguien, pero necesito dos personas más, así que estoy haciendo entrevistas durante todo el día. Yo tengo que verlos primero para contratar.

P. –¿Y siempre que ha buscado le ha resultado fácil encontrar gente?

R. –Siempre. La gente siempre anda buscando trabajo, y trabajo en hostelería hay.

En su restaurante ofrecen una jornada de ocho horas por 1.700 euros brutos, con dos días libres a la semana. "Así que el que quiera trabajar, ¡a trabajar!", apostilla.

Desde la Confederación Empresarial de Hostelería de España, la patronal del sector, confirman la tendencia. "Los datos de Seguridad Social de marzo, en los que se recogen ya los correspondientes a la Semana Santa, son espectaculares. El sector ha demostrado un reprise en la aceleración de creación de empleo con 81.000n empleos más directos, por lo tanto estamos muy orgullosos", dice Emilio Gallego, su secretario general.

La situación, reflexiona Gallego, consolida "un buen tono de la demanda, excepcionalmente bueno si nos fijamos en el turismo internacional, con una llegada de turistas muy importante durante los meses de enero y febrero que supera el 15% más de los recibidos en enero y febrero del año pasado". Desde la patronal esperan que el resto del año siga la misma senda esperanzadora.

"Yo califico esto de buenísima noticia para el empleo juvenil porque este sector permite a los jóvenes incorporarse por primera vez al mercado laboral, tener una primera experiencia de responsabilidad, trabajo en equipo y rendimiento, además de aprender el compromiso y la puntualidad. Y les permite esa opción en cualquier parte de España, que no todos los sectores están tan repartidos por el territorio nacional", incide el secretario, remarcando que el empleo en el sector puede llegar a ser "a la carta" al existir "franjas horarias amplísimas que permiten compatibilizarlo con los estudios".

Sistema productivo poco especializado

Pero es que ahí radica principalmente el problema. Así lo explica el sociólogo y economista Ignasi Meda, de La Salle Universidad Ramón Llul Barcelona: "Sobre todo es una cuestión de poca especialización del sistema productivo español; es decir, España se centra en el sector del turismo -y la construcción cuando hay un alza-. Y el desajuste viene por ahí, porque hay mucha gente formada con carreras, pero una buena parte de la oferta laboral es esta. Hay una descompensación entre la oferta y para lo que nos hemos formado".

Un grupo de alumnos en la universidad, en una imagen de archivo.

Un grupo de alumnos en la universidad, en una imagen de archivo. EFE

Meda aclara que se ha intentado paliar esta situación por ley durante los últimos años, luchando por que las empresas dejen de hacer contratos temporales, pero aún son necesarias políticas de diversificación. "¿Cómo diversificar? Eso es un tema de voluntad política y social, se necesita tiempo y dinero para pensar cómo reorientar un sector productivo a nivel nacional. Porque si el turismo funciona, un país no se para para hacer cambios a nivel macroecónomico".

Ir en la buena dirección implicaría apostar por el valor añadido, que reside ahora mismo principalmente en los sectores más tecnológicos: "No es bueno tener un sistema productivo centrado solo en dos sectores, que además a nivel de valor no aportan mucho. Si tienes un sistema productivo con una industria basada, por ejemplo, en los microchips, que sabes que las empresas de tecnología lo van a demandar, ahí tu economía va a mejorar", afirma. Y eso además resulta imprescindible para no depender tanto de otros países.

"En 2008 la crisis impactó aún más que en otros países, y aún la seguimos arrastrando. No somos sólo un país de camareros y obreros, pero siguen teniendo demasiado peso", desarrolla el sociólogo y economista, haciendo hincapié además en que estos son sectores "muy temporales" que alternan temporadas altas y bajas (algo que aún afecta más a las mujeres, con un porcentaje mucho mayor de temporalidad que los hombres). Si no batallamos contra eso, "seguiremos reproduciendo la precarización en el tiempo".