¿Te imaginas poder comprar una camisa Tommy Hilfiger por tan solo cinco euros?, esto es una realidad. Humana es una de las tiendas punteras en la venta de ropa “secondhand” — como ellos mismo la llaman— que ofrece una variedad inimaginable de indumentaria de todo tipo, con calidades y precios muy por debajo del mercado. Un negocio que se resguarda bajo el lema de “moda sostenible”.
En los últimos años, la venta de ropa de segunda mano ha experimentado un auge masivo. Ya en el 2023 se situó bajo la friolera de 211.000 millones de dólares estadounidenses; y no hay previsiones de que vaya a decrecer. Humana, antes que una tienda donde comprar gangas, es una fundación que desde 1987 promueve la protección del medioambiente a través de la reutilización de textil, y ejecutan programas de cooperación internacional para el desarrollo de sociedades emergentes en África, América Latina y Asia. Y dentro de España, se inclinan por el apoyo local, sensibilización y agricultura urbana.
Con tanto capital entre manos, esta fundación ha sabido extrapolar sus misiones medioambientales y de desarrollo al mundo de los negocios, al de los tiburones. Humana, en lo que a la reventa de moda se refiere, es un coche de Fórmula 1, va a toda velocidad. En el 2023, finalizaron el año con un volumen de facturación de 28,1 millones de euros, un 19% más respecto al 2022 y un 49% con el 2019; y nada más y nada menos que 2,7 millones de clientes, cifra que va en aumento cada año, un 36% más después del estallido de la pandemia.
¿Cómo lo hacen?
La respuesta es estremecedora: recuperando 72,7 millones de prendas. Toda esta cantidad de ropa utilizada —cerca de 18 mil toneladas— la consiguen a través de las donaciones depositadas en los 5.300 contenedores que la entidad tiene en la vía pública, que se tratan en las plantas de clasificación de Leganés (Madrid) y la Ametlla del Vallès (Barcelona) y que luego distribuyen en 54 tiendas repartidas por todo el territorio nacional. 21 de ellas en Barcelona, una en Reus (Tarragona), 26 en Madrid, tres en Sevilla, una en Granada y dos en Valencia.
Siguiendo sus valores de “solidaridad”, “persistencia”y “transparencia”, Humana emplea los recursos obtenidos de la gestión de residuos textiles obtenidos en España para lograr sus objetivos: sostenibilidad y desarrollo. Aunque según las cuentas que la ONG hace públicas en su web, destinó el año pasado un 8,1% del total, 1.899.663 millones, a financiar proyectos para ese desarrollo y la protección del medio ambiente en países del sur de África y en España. Los casi 20 millones restantes, explica que lo destina a "gastos de acciones encaminadas a la venta de la ropa", pero sin entrar en grandes especificaciones.
La realidad
Para comprobar este fenómeno, EL ESPAÑOL visita una de sus tiendas en pleno centro de la capital madrileña. Ubicada entre Argüelles y Moncloa, el funcionamiento de esa tienda Humana no deja indiferente a nadie. Diez de la mañana y los empleados abren las puertas, desde entonces hasta las nueve de la noche que vuelva a cerrarlas, el flujo de clientes es constante. Quienes entren a esta tienda se darán cuenta de que no están en las típicas como las de Inditex: perfectamente iluminadas, organizadas, con equipos de visuals encargados de vestir y lucir los conjuntos de los maniquíes… No, aquí no se lleva eso.
[El chef Mario Sandoval: "Doy servicio al 3% de la sociedad. Yo mantengo la excelencia culinaria"]
Humana es como un campo de batalla. En poco más de 120 metros cuadrados, es complicado distinguir las diferentes partes de la tienda, la ropa acapara la mayoría del espacio. Un espacio simple, sin grandes lujos ni diseños, donde los burros están repletos de textiles, y donde la abundancia de los mismos te pierde y marea hasta hacer una elección. Es como “un mercadillo bien ordenado”, o una tienda como H&M en los últimos días de rebaja, algo desbaratada. Entre todos los transeúntes que entran y salen como si no hubiera un mañana, Laura destaca que es una de sus tiendas favoritas, ya que puedes encontrar ropa casi nueva a precios “increíbles”, y que así gente con menos recursos pueden tener accesos a prendas mucho más económicas que en una tienda convencional.
Al igual que se aprecia el movimiento de los clientes, también se hace con los empleados, que no paran de reponer y colocar todo lo que se compra o prueban. Si lo que buscas es un sitio con secciones de hombre o mujer, diferentes tallas y ordenado por colores, no es el sitio adecuado para encontrarlo. En Humana la mayoría de los productos es al gusto del consumidor, si encuentras algo que te gusta te lo llevas. Sencillo, ¿verdad? Además de variedad de prendas también tienen variedad de precios, que depende del día que los visites, disfrutaras de una oferta u otra.
En el día que este diario visita a este negocio la novedad era “todo a 2 €”, aunque el “todo” es algo relativo, una estrategia de marketing más. “Me encantan este tipo de días, está la ropa tirada de precio y hay muchas cosas que merecen la pena, suelo venir bastante cuando sacan promociones así”, declara María con el brazo como barra de perchero. Cierto es que la mayoría de las prendas están a 2 € pero depende de la calidad y los filtros a los que las sometan.
Camisas de Pull & Bear, Bershka, camisetas de Springfield, polos del Primark, ropa deportiva de Décimas…, y mil tiendas reconocidas más, por no mencionar la cantidad de ropa que no se sabe de dónde es. Firmás también hay, Polo Ralph Lauren, Lacoste, Levis, Hugo Boss, Guess, son algunas de las más comunes. Eso sí, no son fáciles de encontrar, no es llegar y comprar. Más bien, es como buscar una aguja en un pajar o una lucha entre las miles de manos que intentan agarrar el mejor “chollo” posible; y que si consigues tendrás una buena pieza entre tus manos, a un precio “casi regalado”.
Humana está comprometida con el medio ambiente, la industria textil es la segunda más contaminante del mundo y gracias a iniciativas como estas se crean puntos verdes en las grandes sociedades. “Compro en esta tienda para no fomentar la explotación y el impacto ecológico”, resalta una consumidora. La compra de ropa de segunda mano cada vez está más masificada, y la búsqueda del tesoro es el aliciente para que se sumen más y más consumidores.