El Día del Libro es una celebración de la lectura, no nos cabe ninguna duda; pero las redes sociales, ¿a qué lectura están dejando lugar? Hoy, la "lucha de gigantes" por la atención enfrenta al formato físico con los diferentes formatos digitales. Perdemos capacidad de atención por culpa de las pantallas. Es un hecho.
La lectura en soportes digitales ha crecido año tras año. Ahora no es tan raro leer un libro en formato pdf y cada vez hay más gente que prefiere hacerlo desde su smartphone. Pero, mientras, un autor que no edita su libro en papel, parece que no existe: que si no hay un vínculo con lo físico, se carece de identidad. Igual que parece que no existe un autor o autora que no tenga un perfil en redes sociales.
TikTok e instagram nos ofrecen -de forma aleatoria y según los algoritmos- reseñas y resúmenes también de libros. Pero muchas veces, lo que se busca desde las pantallas es enganchar o reenganchar a la gente a la lectura. Que les pique el gusanillo. ¿Lo conseguirán? ¿Es eficiente tratar de 'enganchar' a leer desde unas pantallas que nos distraen y hacen que disminuya nuestra atención?
Javier Ruescas tiene en su haber más de dos decenas de libros. Se dice pronto. Empezó desde muy jóven a escribir y en estos tiempos se le ha llamado primero booktuber y ahora booktoker, por su creación de contenido en plataformas. Hoy nos debe una explicación de ambos términos, que como otros anglicismos ligados a las redes sociales, también se cuelan en nuestro vocabulario, que actualizan y en el que permanecen.
El autor madrileño publicará el próximo 8 de mayo su nueva novela de ficción, Lo que pasó, que narra una agresión homófoba por parte de un agente de policía y está basada en una experiencia personal. Así, cuenta que tras aquel episodio, que fue compartido también en redes sociales, el escritor y su pareja recibieron una ola de apoyo fundamental: "Me dio la energía o la necesidad de escribir esta novela".
'Booktok', un club de lectura virtual gigante
Las bibliotecas siguen perennes, pero la relación con sus libros ha cambiado muchísimo en los últimos 10 años. Hoy se consume mucha lectura digital y también los lectores se comunican y comparten sus impresiones a través de las redes sociales. El 'club de lectura' que tiene Javier Ruescas con sus seguidores, quizá no sea el más grande, pero "desde luego es uno de los más longevos en internet", admite.
Ahora Ruescas es, además de escritor y guionista, booktoker: "Un amigo que recomienda un libro", bajado al terreno, "alguien cercano que te da razones por las que cree que te puede gustar", tal y como él mismo traduce y define el fenómeno booktok, que convive con otras miles de etiquetas en TikTok. "Al final, todo tiene etiquetas y muchas -como esta-, las bebemos de Estados Unidos o de Inglaterra", señala el autor.
Antes fue booktuber, que básicamente era lo mismo pero en otra plataforma, YouTube, y sus contenidos en redes han evolucionado como lo han hecho las propias plataformas, lo cual también ha llevado su propio proceso creativo. "Ahora mis guiones son un poco distintos, tienen que ver con el orden y cómo enganchar, para que la audiencia aguante todo el tiempo posible", cuenta el escritor.
Curiosamente, la plataforma TikTok, tan aparentemente ligada al entretenimiento, a lo viral, al consumo rápido y a otro tipo de contenidos, fue colaboradora de la pasada edición de la Feria del Libro de Madrid. ¿Postureo o apoyo a la lectura? Ruescas, que sabe de lo que habla, lo tiene claro: "Ninguna plataforma ha apoyado tanto la lectura como lo ha hecho TikTok. Las razones que tengan más allá las desconozco, pero ha sido un apoyo increible a los creadores de contenido", sentencia.
"Reflexión profunda" en el mercado editorial
En 2023 se vendieron casi 75 millones de libros impresos, según CEDRO, el Centro Español de Derechos Reprográficos. La cifra creció un 0,6% respecto a 2022. Además, según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España (2023), el 53,2% de españoles "compró algún libro (no de texto)", tal y como lo expresa el Ministerio de Cultura en una nota. Esto nos da unas pinceladas para tratar de entender cómo es el mercado editorial de hoy.
"Es tan masivo el mercado ahora mismo, hay tantos títulos, tantos autores y novedades cada semana, que es muy difícil hacerse un hueco", comenta Ruescas, muy crítico con el modelo actual que existe en el mundo editorial. "El mercado está como está: como todos, colapsado", sostiene. Otra burbuja que corre el riesgo de explotar.
Es por eso que el propio autor, que ha publicado algunos de sus títulos en majors, y admite que está "abrazado a la comercialidad", pide una "reflexión más profunda respecto al mercado editorial". Al otro lado de la trinchera quedan las pequeñas editoriales independientes. "Actualmente hay muy pocas editoriales que no funcionen de esta manera: son capaces de hacer que vendas 10.000 libros, pero no que vendas 100 o 200 de primeras", considera el propio Javier.
Y mientras, este 'universo editorial' convive con las grandes plataformas de contenido en las que un autor necesita tener un número de seguidores para ser visible para las editoriales. Algo que es "evidente" para Ruescas, porque "si una persona ya viene con un público que puede asegurar unas ventas, eso aporta una tranquilidad. Y es normal que eso funcione así", considera, aunque añade: "También hay autores que empiezan de cero, que no les conoce nadie y que se apuesta por ellos desde las editoriales".
La atención también es un 'molino'
No podríamos hablar de libros sin sus referencias quijotescas. Y en estos momentos en los que la atención es una batalla, nuestras cabezas no pueden evitar irse a la más histórica de las batallas en la literatura, aquella que libró Don Quijote con los molinos que, a su parecer, eran gigantes. Hoy, esos molinos son la atención y la batalla se libra para capturarla.
Aun así, para Javier, la situación no es del todo desfavorable: "Lo que me demuestran los jóvenes es que la atención se mantiene", explica. Las pantallas son un hándicap, porque mientras que la tendencia es hacia la digitalización, las plataformas también sirven de distracción.
Con sus libros, este autor también ha tenido que reflexionar para poder captar la atención de los lectores. Pero esa es una historia que siempre ha estado ahí. "Intento que mis libros enganchen y por el momento lo que he descubierto es que los lectores me siguen el ritmo", explica para dar algunas claves.
Ritmo, ganchos, cliffhangers y plot twists están presentes en los borradores y guiones de Javier Ruescas desde hace mucho tiempo. Pero ahora las dinámicas que moldean los algoritmos le obligan a que estos recursos narrativos también estén presentes en sus vídeos, que compiten ya no en una clasificación digamos humana, sino que lo hacen en una ruleta imposible que son hoy las plataformas.
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