Damián Mollá, 'Barrancas' en El Hormiguero,

Damián Mollá, 'Barrancas' en El Hormiguero, Carlos López Álvarez

Reportajes

Cuando Damián Mollá no es la hormiga 'Barrancas': de la radio con Ayuso a crear libros en inglés

Más allá de su papel en 'El Hormiguero', ofrece la posibilidad con sus libros de aprender "hasta 3.000 palabras en inglés con risas, sorpresas y nada de esfuerzo", reconoce a EL ESPAÑOL. 

27 abril, 2024 02:24

Pablo Motos define a las hormigas Trancas y Barrancas como las estrellas de 'El Hormiguero', pero debajo de los muñecos de felpa que encantan a niños y mayores están Juan Ibáñez y Damián Mollá, que se conocieron en la universidad y, décadas después, siguen juntos e inseparables.

Ambos llevan en El Hormiguero desde el primer día, siempre debajo de la mesa para encajarse en las manos a las hormigas más irónicas de la televisión, aunque también han tenido la posibilidad de estar en el plató como Juan y Damián a cargo de alguna sección o participado en las tertulias de cómicos que Pablo Motos se suele hacer los lunes junto a Luis Piedrahita, Marron o El Monaguillo.

No obstante, algunos espectadores del programa de Antena 3 desconocen que detrás de Damián Mollá (Barrancas) hay un gran dibujante, y experto en idiomas y mitología, con varios libros publicados sobre esos temas. O que su carrera empezó en la misma radio que la de Isabel Díaz Ayuso. 

Mollá ha atendido a EL ESPAÑOL para hacer un repaso de su trayectoria profesional y personal, recordando su época universitaria, sus comienzos en El Hormiguero, cómo un suceso en el programa de Pablo Motos le hizo ponerse a estudiar inglés, tanto, que ya ha sacado al mercado tres libros, y nos explica que estamos rodeados de mitología por todas partes sin darnos cuenta.

Su faceta literaria

Aparte de su trabajo en El Hormiguero, Damián Mollá ha publicado varios libros para aprender inglés de una manera divertida, lógica y fácil, “demostrando que sabes mucho más inglés del que creías que sabías”, afirma. This book is the milk!, This book is the Remilk!!, This book is the Milk Too!, This Book is the Mini Milk o This book is the Sh!t, escritos junto a Alberto Alonso, ofrece la posibilidad de aprender "hasta 3.000 palabras con risas, sorpresas y nada de esfuerzo".

Pablo Motos con Arturo Valls y las hormigas en El Hormiguero.

Pablo Motos con Arturo Valls y las hormigas en El Hormiguero. Carlos López Álvarez

Además, hace un par de años se puso a estudiar Cultura Clásica, y también ha publicado un libro sobre el tema, Oh, my God! La mitología que no sabías que sabías: “Hay muchísimas cosas que puedes aprender de cultura clásica que tienes alrededor y no te das cuenta, desde los días, los meses, las películas, los superhéroes…”, explica.

El mundo del cómic, que tanto le atraía en la universidad, también lo ha desarrollado con Conejo-Man contra el coronavirus: “Tenía la historia, tenía el súper héroe, pero me faltaba un villano que me lo proporcionó la pandemia”, señala el madrileño.

P: ¿Cómo surgió la posibilidad de escribir libros para enseñar inglés?

R: Empezó porque yo me pensaba que sabía inglés, como la mayoría de los españoles. Cuando vino Matta Dallas, el actor que protagonizaba la serie Kyle XY, me dijo Jorge Salvador que si podía hacer la traducción simultánea. Le dije que sí y lo hice fatal, cometí un montón de errores, no conseguía llevar el ritmo… fue un desastre absoluto. Me pusieron a caldo en otros programas como en 'Sé lo que hicisteis', pero con razón.

Con lo cual me puse a estudiar y descubrí en televisión que en Vaughan TV enseñaban inglés 24 horas los siete días de la semana, así que me puse a verlo como un loco, como tres horas al día tomando apuntes de lo que decían. Uno de los profesores que salían era Alberto Alonso, que era como el más guay, más enrollado. Venía de Nueva York, era actor, me convertí en su fan.

Nos entrevistó a Juan y a mí para Vaughan TV, nos hicimos amigos y quedábamos para charlar en inglés y practicar. Ahí empecé a darme cuenta de que realmente sabía mucho más inglés del que pensaba, lo que pasaba es que había que colocar las cosas en su sitio, no tenía memoria para recordar todo el vocabulario, así que yo me hacía mis propios trucos en la cabeza para recordar las cosas de una manera lógica en un chiste, con un dibujo… y empezamos a desarrollar un sistema, dándonos cuenta de que teníamos un libro extraordinario para aprender inglés. Con ese sistema hemos llegado a hacer que puedas aprender 3.000 palabras. Evidentemente, luego tienes que dar clases, aprender la gramática en profundidad y hacer gimnasia gramatical.

P: ¿Qué otros idiomas habla?

R: Hablo francés y chapurreo italiano. Todo lo que sea idiomas latinos se me da bien en general porque tengo instinto para el idioma y me es fácil. De pequeño aprendí francés porque estudié en el país vecino y trabajé allí varios veranos porque mi tía, que es artista, vive en Francia.

P: Y después publicó Conejo-Man contra el coronavirus…

R: Era un cómic que yo tenía iniciado desde hace mucho tiempo. Había hecho un inicio, el de planteamiento de personaje, que me hacía muchísima gracia y me encantaba, pero luego no encontraba el malo, no hallaba la aventura, hasta que apareció la covid. Entonces, el personaje se tenía que enfrentar a la pandemia mundial y encontrar al responsable de la Covid y luchar contra él. Es una parodia muy divertida de lo idiotas que hemos sido durante la pandemia y de las tonterías que hemos hecho porque nos lo mandaban.

Damián Mollá en El Hormiguero.

Damián Mollá en El Hormiguero. Carlos López Álvarez

P: Y por último, Oh, my God! La mitología que no sabías que sabías…

R: La cultura clásica es una cosa fundamental en la vida que en Occidente la hemos perdido. Hemos desconectado del saber del pasado, algo que es gravísimo. En este libro lo que hay es lo que los antiguos Platón, Aristóteles… sabían las bases de la cultura occidental. Sus dioses han conformado muchísimas cosas súper importantes y esto forma un cóctel de historia, mitología, astronomía, astrología que no puedes estudiar por separado. Es como un puzzle que necesitas ver todas las piezas con perspectiva para unirlas y entender todo. Cuando lo haces, te explota la cabeza. Es súper chulo saber mitología, astronomía… Lo que se llama cultura clásica.

Juan y Damián, amigos de universidad

Damián Mollá era un estudiante de Publicidad muy tímido y reservado en la universidad, ya que “siempre estaba en la fila del fondo dibujando con mi proyecto de hacer un cómic”, mientras que Juan Ibáñez era “el popular de la clase, el más guay. Siempre estaba rodeado de gente. Él contaba un chiste y todos se reían”, recuerda el madrileño.

Un día, por casualidad, se conocieron, Mollá le vendió su cómic y se hicieron amigos: “Empezamos a coincidir por la universidad y un día en un botellón nos conjuramos para empezar a trabajar juntos”, apunta. Mientras que Ibáñez estaba en la radio de la facultad, Mollá publicaba viñetas en periódicos universitarios, así que se juntaron para hacer ambas cosas: un programa de radio de humor y cómics “que intentábamos vender en las redacciones de los periódicos”. Desde aquellos años, no se han separado.

Se pusieron al frente de un programa en Radio Complutense, que en aquella época tenía como directora a Isabel Díaz Ayuso: “La gente se compraba unas cervezas y venía al estudio a vernos. Luego dimos el salto a Radio Tentación, donde repasábamos la actualidad con el periódico delante recortado para que no hiciera ruido al pasar las páginas, inventando sketches sobre la marcha… fue muy divertido, la verdad”.

Pregunta: ¿Cómo conoció a Pablo Motos?

Respuesta: Mientras trabajaba en Radio Tentación, un día, paseando por Gran Vía, Juan y yo vimos a uno de nuestros ídolos, Luis Piedrahita, que por aquel entonces era muy conocido por sus monólogos. Vencí mi timidez y me acerqué para invitarle a nuestro programa. Jamás vino de invitado, pero empezó a escucharnos. En esa época, Piedrahita estaba de guionista en el Club de la Comedia, pero se iba a ir para dirigir su película, 'La habitación de Fermat'. Para no dejar a Pablo Motos sin parte del equipo, le dijo que nos conocía y que teníamos bastante gracia. Piedrahita nos avisó para hacer una prueba de guion, nos enseñó a escribir un monólogo, a Pablo le encantó tanto que nos hizo escribir otro.

El problema surgió cuando nos dijo que solo se quedaba un hueco libre en el equipo de guionistas, pero nosotros le dijimos que o los dos o ninguno, así que al final nos fichó a ambos. Cuando surgió la oportunidad de hacer el programa de radio 'No somos nadie' de M80, Pablo nos llevó como colaboradores. Es verdad que desde la productora de 'El Club de la Comedia', Globomedia (ahora The Mediapro Studio) nos dijeron que no nos fuéramos, ofreciéndonos el doble de lo que cobrábamos, pero teníamos clarísimo que Pablo era la persona a la que debíamos seguir, teníamos mucha fe en él y nos marchamos perdiendo dinero.

Damián Mollá en El Hormiguero

Damián Mollá en El Hormiguero Carlos López Álvarez

P: ¿Cómo fue ese salto a la M80 con 'No somos nadie'?

R: El proyecto fue muy bien, ten en cuenta que ficharon a Pablo y crearon el programa para sustituir a Gomaespuma. De pronto estábamos en la silla donde habían estado Guillermo Fesser y Juan Luis Cano, nuestros ídolos. Sustituir a alguien tan querido y tan potente costó, pero como hacíamos una cosa completamente distinta con 'No somos nadie', y al final, a la gente le gustó.

El paso a la televisión

Su éxito en la radio era muy grande, y desde Cuatro le ofrecieron a Pablo Motos hacer un programa de televisión en la recién nacida cadena. Al principio fue semanal, pero caló tanto en los espectadores que se convirtió en diario, ‘obligando’ a todo el equipo a abandonar la radio por la televisión.

“Llegó la propuesta del programa, que era algo que le llevaba un tiempo rondándole en la cabeza a Pablo, un formato de entretenimiento, pero con ciencia, que en su momento era algo muy novedoso. En el primer año de vida de El Hormiguero, todo el equipo lo compatibilizó con el programa de radio. Los viernes nos íbamos a Barcelona, ensayábamos el programa, lo grabábamos el sábado, volvíamos por la noche a Madrid, librábamos el domingo, y el lunes, otra vez a la radio. Fue agotador”, recuerda el madrileño.

P: ¿Cómo surgieron Trancas y Barrancas?

R: Como me daba un poco de miedo el salto a la televisión porque no quería ser famoso, me encantó la idea de ser una de las marionetas que salían de debajo de la mesa junto a Juan. Al principio no iban a ser hormigas, sino unos calcetines con orejas, también se planteó unos gusanos, pero como Pablo llamaba hormiguitas a los oyentes del programa de radio, Trancas y Barrancas terminaron siendo hormigas. También se barajaron multitud de opciones de nombres como Troche y Moche o Pipa y Popa, pero fue Marron el que acabó bautizándolas.

P: Después de 18 años manejando a Barrancas, ¿tiene alguna lesión por la postura debajo de la mesa del programa?

R: Desde el hombro derecho hasta la lumbar izquierda, todo está más cargado, por lo que tengo que cuidarme yendo al fisioterapeuta y entrenando para fortalecer los músculos. En los inicios teníamos unas sillas de plástico ahora son asientos de coche, tenemos unos cascos para escuchar lo que se dice en todo momento en el programa para poder intervenir, una pantalla para saber hacia donde tienen que mirar cuando aparecen por encima de la mesa, otra con un cronómetro para ver lo que queda de programa... Hemos mejorado mucho.

Las hormigas Trancas y Barrancas.

Las hormigas Trancas y Barrancas. Carlos López Álvarez

P: ¿Puede manejar a la hormiga con ambas manos?

R: Por poder, puedo, pero pierdo bastante la naturalidad que tiene el muñeco con la derecha, algo que no puedo replicar con la izquierda. La hormiga no tiene esa expresividad tan perfecta que se consigue con la derecha, que la tengo integrada.

P: ¿Cómo fue el primer día de El Hormiguero?

R: Recuerdo que hicimos un ensayo con las hormigas, nos metimos de debajo de la mesa y empezamos a hacerlo ¡y es que iban solas! No me lo podía creer, salía todo fluido, era como si hubiéramos nacido para hacerlo, estaba todo en su sitio, fue una sensación muy buena. Pablo encantado porque vio que funcionaba y al día siguiente, ya hicimos el programa en directo.

P: ¿Cómo definiría a Juan Ibáñez? ¿Y a Pablo Motos?

R: Juan y yo somos como hermanos, es mi mejor amigo y tenemos una relación buenísima, nos llevamos súper bien, es una persona muy generosa y graciosísima. Para Pablo, la concentración es su clave, siempre está centrado en el tema que tiene que abordar y eso le ayuda mucho. Tiene una capacidad de que si quiere algo, toma la decisión y, con su determinación, lo consigue. Lo hemos visto en el programa, en el deporte, en sus recuperaciones de las lesiones… Me impresiona mucho verle porque es una persona que es capaz, si quiere, de cambiarse a sí mismo.