Ferraz era una fiesta, como el París de Hemingway. Y como en toda fiesta, hubo jarana, amagos de llanto, aplausos, algún conato de bronca y altavoces que escupen temazos: el tecno-chunda viral de Raffaella Carrà —Pedro, Pedro, Pedro, Pedro, Pé—, el Perra de Rigoberta Bandini, el Quédate de Quevedo... Mensajes subliminales muy poco sutiles. A tope los bafles, que se oigan en Moncloa.
En la fiesta de este sábado hubo también puños en alto y el libro de Pedro Sánchez ondeando entre banderolas y rosas rojas. ¿El epicentro? La calle Ferraz de Madrid, frente a la sede central del PSOE.
Quien esgrime Manual de resistencia es Juan, navarro, residente en Cuenca y militante socialista desde 1980, mismo año en que la Carrà comenzaba a cantar su Pedropé. Unos metros más allá, dos afiliadas conversan sobre el futuro de Sánchez. "Yo creo que el lunes dice que se va", pronostica una. "No me digas eso, que me pongo a llorar, eh... Pedro se queda", augura la más optimista.
Juan es de esta segunda opinión. "Pedro Sánchez ha dado muestras de tener una resistencia terrible. Mira cómo se llama su libro", expresa mientras señala la portada de su Manual de resistencia. "Se queda, yo creo que sí", añade. "Es que es un clamor, mira", explica mientras señala a las 12.000 personas a su alrededor que se concentran en Ferraz para pedir que el presidente del Gobierno no tire la toalla, pese a las denuncias presentadas en los juzgados contra su mujer, Begoña Gómez.
Al igual que Juan, centenares de simpatizantes acudieron a Madrid, desde diversos puntos de España, para asistir a la concentración. "Aunque bueno, una cosa es nuestro deseo y otra lo que acabe pasando...", admite el entrevistado.
"Se meten con su familia"
El veterano militante acudió a Ferraz "a apoyar a Sánchez, a animarle para que resista, como dice su libro". "Se han metido con su familia, con críticas hiperbólicas, exageradas, han llegado a lo personal y han cruzado todos los límites", se queja. "Van a por él, a por su mujer, a por sus hijas, a por su suegro...", lamenta. Ése vendría a ser el mantra que repiten todos los congregados en Ferraz, antes de cantar La Internacional o corear el guerracivilista No pasarán.
—Hombre, Juan, un juez ha recibido una denuncia y tendrá que investigar, ¿no?— le pregunta EL ESPAÑOL.
—Pero si estaba llena de recortes de prensa y uno de ellos era un bulo...— denigra el navarro la denuncia de Manos Limpias contra Begoña Gómez. —Yo creo que esto ha sido la gota que colma el vaso y parte de la culpa es de los jueces que admiten denuncias que sólo son recortes de prensa— insiste Juan.
Una militante socialista interrumpe la entrevista para cerciorarse de que el arribafirmante no sea "de la ultraderecha".
—¿Qué le parece la carta abierta que difundió Sánchez este jueves, deslizando que se podría ir del Gobierno? Se reconoce como "un hombre profundamente enamorado" de su mujer...— prosigue EL ESPAÑOL la entrevista con Juan.
—Muy sentimental y muy sincera. Yo creo que la carta buscaba abrir conciencias y dejar claro que con la familia de otro, uno no se puede meter— detalla el entrevistado.
Suena, por segunda vez en la mañana de este sábado, el hit de Quevedo y Bizarrap que lo petó en las discotecas durante el verano de 2022 y que ahora hace bailar y vociferar a los militantes socialistas. Lo corean en las puertas de la sede con intención de que se escuche en Moncloa, donde el secretario general del PSOE sigue recluido.
Juan lo grita y vuelve a colocar Manual de resistencia en alto, moviéndolo al son del Quéeeeeedate del vocalista canario. El lunes sabremos si Sánchez le hace caso.