Si las playas tuvieran aforo, las de Santiago de la Ribera habrían colgado este domingo el cartel de sold out. El Festival Aéreo de San Javier se ha convertido en el gancho perfecto para llenar el litoral del Mar Menor de turistas que han vibrado con las cuatro horas ininterrumpidas de vuelos protagonizados por más de 50 aeronaves.
"Acabamos de empezar y ya hemos vendido todas las gorras", tal y como celebraba este domingo un cabo primero del Ejército del Aire, sorprendido porque no daba abasto para atender a la cola de curiosos que se acercaban al puesto de venta de merchandising de la Patrulla Acrobática de Paracaidistas del Ejército del Aire (PAPEA).
Este domingo era el gran día del Festival Aéreo de San Javier que había arrancado este viernes y las acrobacias de las aeronaves no han defraudado a los asistentes que una hora antes del inicio del espectáculo, ya estaban 'en sus puestos', para ocupar un buen sitio en algún punto del idílico paseo de Colón en Santiago de la Ribera.
"Vivimos en Torrevieja y hemos venido a San Javier a pasar el día para ver el Festival Aéreo", según explican expectantes dos turistas inglesas que esperan el comienzo de la exhibición aérea, que tenía como grandes ganchos a la Patrulla Águila y a Juan Velarde: comandante de Iberia y único piloto acrobático español que compitió en la Red Bull Air Race de 2014 a 2019. El olor a crema solar se confunde con el de las parrillas de los chiringuitos, que aún no han terminado de montar las barras.
Con puntualidad militar, a las once de esta mañana, un avión C-212 de la PAPEA surca el cielo, acabando con las animadas tertulias de los espectadores que se ven sorprendidos por el rugido de sus motores.
Los 'paracas' saltan en parejas, en tríos y con una gran bandera de España en los pies. Los miembros de la PAPEA descienden desde cientos de metros de altura, demostrando que son unos saltadores muy hábiles, realizando complicadas maniobras en el cielo como el relativo de campana o giros imposibles. Todos los saltos son ejecutados con una precisión que pone de manifiesto que son los mejores del mundo.
Prueba de ello es que los miembros de la PAPEA han saltado sobre el Mar Menor, tras participar en los actos conmemorativos por el 2 de mayo: Día de la Comunidad de Madrid donde realizaron saltos de alta complejidad técnica.
"El clima de Murcia nunca falla", destaca por los altavoces el speaker del evento. Y es que el tiempo este domingo era excepcional: soleado y con una agradable brisa. Pero cuando la climatología se ha complicado, convirtiendo una operación sencilla en una misión arriesgada, los audaces pilotos del Servicio de Emergencias de la Región de Murcia, no han dudado en arrancar los potentes motores del Bell 412.
Este helicóptero con sus más de 1.400 caballos de potencia en cada turbina, afronta en sus operaciones grandes riesgos y se ha llevado una ovación del público. Sus pilotos cuentan con una amplia preparación para superar con éxito todas las complicaciones que puedan presentarse en una situación de emergencia.
Algo parecido ha ocurrido con los pilotos del helicóptero de la Policía Nacional: un ágil y veloz Eurocopter EC-135. A diferencia de su compañero del Servicio de Emergencias, esta aeronave ligera se pasea ante las cámaras destacando por el sigilo, debido al escaso ruido que ejercen sus motores. El trío de helicópteros lo ha cerrado la Unidad Aérea de la Guardia Civil, cuyas maniobras también se han ganado el aplauso y el cariño del respetable congregado en la playa disfrutando de algún aperitivo.
Guiño a Juan de la Cierva
Otro de los protagonistas de la jornada ha sido el autogiro del inventor murciano Juan de la Cierva: una aeronave que muchos consideran el primer helicóptero de la historia. Hace un siglo sobrevolaba las playas del Mar Menor desde la Academia General del Aire (AGA) de San Javier y este domingo, los vecinos han sido testigos de un vuelo con tintes históricos.
Durante años, el autogiro se consideró obsoleto, pero la empresa española ELA Aviación lo ha rescatado del olvido, para renovarlo y convertirlo en una aeronave con muchísimas posibilidades. Así lo ha demostrado este domingo, al realizar vuelos en caída libre, rápidos giros sobre su propio eje y un sinfín de acrobacias.
ELA Aviación ha conseguido innovar este aparato para que tenga grandes cualidades técnicas de las que ha hecho gala sobre las playas del Mar Menor y que evidencian que está listo para escribir una nueva página en la aeronáutica española.
Otro avión histórico que ha formado parte del certamen ha sido el HA-220 Super Saeta. Se trata de uno de los únicos dos modelos que quedan en vuelo en todo el mundo del que fue el primer avión de reacción producido por la industria española.
El Super Saeta ha enmudecido a los espectadores con el característico sonido de sus reactores. Esta exhibición también ha supuesto una vuelta al pasado, debido a que este modelo de avión estuvo al servicio del Ejército del Aire y de la Academia General del Aire (AGA) de San Javier.
El que tampoco ha querido perderse este espectáculo ha sido el formidable piloto madrileño Juan Velarde. Este comandante de Iberia se ha consagrado en las competiciones de aviación. como uno de los mejores pilotos de vuelo acrobático del mundo. No en vano, entre 2014 y 2019 compitió en la Red Bull Air Race: la 'Fórmula 1 del aire'.
Velarde no ha decepcionado con sus acrobacias de infarto, sus giros imposibles desafiando la ley de la gravedad y su habilidad en su mítico Edge 540. Hay una palabra que define muy bien las exhibiciones de Velarde: sobrehumanas. Para realizar esas maniobras a 400 kilómetros por hora, soportando la resistencia de la fuerza g que impide a la sangre llegar al cerebro, no solo basta con habilidad, es necesario mucho talento.
El Festival Aéreo de San Javier en el que también han participado otros equipos y aeroclubs ha demostrado el motivo por el que esta localidad murciana tiene el sobrenombre de la Ciudad del Aire.
El colofón a la jornada lo ha puesto la impresionante exhibición de la Patrulla Águila. Los inconfundibles C-101 han protagonizado la última demostración de este espectáculo, cuya asistencia el Ayuntamiento ha cifrado "en más de 200.000 personas".