Vicco, durante la entrevista.

Vicco, durante la entrevista. Cristina Villarino

Reportajes

Vicco, la cantante de 'Nochentera': "Tuve momentos tóxicos y fue por falta de conocimiento"

Estuvo a punto de dejar la música hasta que su triunfo en el Benidorm Fest lo cambió todo. No fue a Eurovisión, pero sonó en todas las fiestas.

19 mayo, 2024 01:47
María Paredes Cristina Villarino

Vicco es también Victoria Riba Muns; Victoria es también Vicco. Todos contenemos multitudes, como decía Walt Whitman, y en el caso de la cantante de Nochentera, Vicco juega el papel del riesgo y Victoria aporta al combo sensibilidad y prudencia.

Entre las dos han conseguido reflotar una carrera que parecía hundida. "Yo componía para otros, pero mis canciones no tiraban y el Benidorm Fest fue la última bala que disparé", narra a EL ESPAÑOL. E hizo diana.

No llegó a Eurovisión, ni falta que le hizo. Su tema se expandió por cada centímetro de chiringuito y verbena el pasado verano en España y la fama lograda le ha llevado a publicar ahora el álbum Noctalgia (Sony).

Vicco posa en un sofá durante la entrevista con EL ESPAÑOL.

Vicco posa en un sofá durante la entrevista con EL ESPAÑOL. Cristina Villarino

El término, que nace de la combinación de nocturno y nostalgia, habla de la tristeza por no poder ver las estrellas en la ciudad. Vicco las busca incesante, aunque se le apagara la noche por una ruptura sentimental.

Todo el disco gira en torno a la gestión emocional que hizo de la misma, y en él desgrana las etapas del duelo: "El rencor es necesario, yo creo. No ayuda realmente a superar, porque lo único que ayuda es escucharte a ti mismo y saber dónde quieres estar. Pero forma parte del proceso".

Las toxicidades en las relaciones, cree, vienen por falta de trabajo personal: "Yo en el pasado también tenía momentos tóxicos y me preguntaba ¿por qué me pasa esto, si yo no soy así? Y es por una falta de conocimiento".

Comenzó a cantar a los once años por Mariah Carey y Whitney Houston, así que su sonido predilecto siempre fue ochentero. Por eso el álbum suena festivo, pese a la temática, porque en los ochenta todo era más suave o más estroboscópico: el dolor se diluía en haces rápidos de luz.

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Así es también Vicco. Dice que busca "inconscientemente vivir experiencias fuertes", pero igualmente se trabaja en terapia para no desvivirse por nadie. Ahora se prioriza: "Cuando te gustas, no tienes relaciones así (de tóxicas)".

Sí que ha pasado noches enteras bailando —"que no desfasando", aclara—, porque la noche es esa hora de posibilidad en la que la música retumba fuerte en el pecho y una se pone pivón (sic). Aunque ella va a por lo que quiere en cualquier franja del día, sin remilgos: "Las mujeres estamos mucho más a las cosas claras: me apetece conocerte y te lo digo. Yo al menos estoy en ese plan. Si quieres algo en tu vida, go for it". Vamos a por ello: comenzamos a charlar.

PREGUNTA.– Reconoce haber dado palos de ciego para encajar en el mercado, haber pasado incluso por el trap. Al final se ha quedado con el sonido ochentero que, contra todo pronóstico, le ha dado muchas alegrías. ¿Qué le gusta de los ochenta? ¿Cuáles son sus referentes de esa época?

RESPUESTA.– Para mí los ochenta son mis inicios cantando. Empecé a los once años versionando a artistas, y las primeras fueron Whitney Houston y Mariah Carey. Mis padres me ponían muchísima música, además, tanto de los 60, 70 como 80. Por tanto hay un componente emocional de recordar esa etapa de mi vida.

Vicco, en la sala donde se realizó la entrevista.

Vicco, en la sala donde se realizó la entrevista. Cristina Villarino

P.– ¿Qué hay de Mecano, le gusta? Algunos de los estribillos del disco me han recordado a ellos…

R.– ¡Hombre! Mi padre es súper fan de Mecano, y a mí me flipan. Y es verdad lo que dices, hay muchas canciones que dices ‘si Mecano hiciera algo ahora, sería esto’.

P.– ¿Ha podido hablar con ellos?

R.– No, pero me encantaría. Me encantaría.

P.– Lo de Vicco viene por su hermana Andrea, que la llama así desde los 7 años. Y dice que es también un alter ego con el que desarrolla otras capacidades.

R.– Exactamente, eso es.

P.– ¿Qué tiene Victoria que no tenga Vicco, y viceversa? ¿Cómo se llevan?

R.– Son bastante iguales. Victoria soy yo como persona, y Vicco es mi proyecto artístico. Cuando lo creé quería que fuera un personaje, un alter ego como decías, un lugar en el que yo pudiera salir de mi zona de confort. Pero con los años han acabado dándose la mano. Vicco me da esa seguridad, ese empoderamiento; y Victoria le da a Vicco la parte de humildad y de tener los pies en el suelo. La sensibilidad y la parte emocional, también.

P.– ¿Y también le ayuda Vicco a Victoria a superar el pánico escénico? ¡He leído que tiene pánico escénico!

R.– Tengo pánico escénico. ¡Mucho! Muchos artistas tienen. Es algo que me viene desde pequeñita. Supongo que es miedo a abrirte en canal delante de la gente, que al final salir a un escenario y ver a un montón de gente mirándote con lupa, ese exponerse al juicio, es algo que a todos nos da cosa. Pero el año pasado, con lo que pasó con Nochentera, me quité muchos miedos: cada vez estoy más segura y me gusta más cantar en directo, ver a mi público vibrando conmigo.

Las manos de Vicco y sus tatuajes.

Las manos de Vicco y sus tatuajes. Cristina Villarino

P.– ¿Y qué es lo que siente exactamente? Quiero decir, yo soy poeta y me gusta recitar. Unos minutos antes estoy destrozada de los nervios, pero luego salgo y se pasa todo, absolutamente.

R.– Me pasa exactamente igual. A la segunda canción o a la tercera voy bajando, pero salgo atacada, que no quiero salir. Pero lo hago y enfrento el miedo, que lo guay de la vida es enfrentar los miedos que nos llevan a sitios maravillosos. Y luego lo disfruto un montón, se me hace corto y quiero salir otra vez. Entonces me lo repito mucho: antes de salir me digo ‘piensa que ya has actuado’, para salir con esa mentalidad. Como que ya lo has hecho y ahora estás más tranquila y lo haces más natural.

P.– ¡Buen truco! Con Nochentera no fue a Eurovisión, ni falta que le hizo, porque la canción reventó y ahora saca disco gracias también a todo eso. Quería preguntarle cómo valora el resultado de este año en Eurovisión, y la actuación de Nebulossa.

R.– No he visto nada porque empezamos la gira el viernes y hemos estado todo el finde viajando. Pero yo con Nebulossa a muerte, los admiro y es una muestra clara de que la música no tiene edad, no tiene caducidad. Me encanta la canción, me parece muy guay el mensaje y muy necesario, a día de hoy.

P.– ¡Parece que tenemos una maldición en el concurso!

R.– A España le cuesta, le cuesta. Bueno, es un concurso político al final.

P.– Voy a leer algunas de las letras del disco, y conforme a eso vamos hablando si le parece.

R.– Perfecto.

Vicco mira a la entrevistadora.

Vicco mira a la entrevistadora. Cristina Villarino

P.– En Volver a nacer canta ‘quiero morirme para evitar conocerte otra vez’ y ‘ni tú ni yo nos supimos querer’. ¿Cree en las personas tóxicas o en las mezclas tóxicas?

R.– ¡Uh! Existen ambas, ¿no? Creo que hay gente que no está bien consigo mismo y eso le hace ser tóxico o tóxica. No significa necesariamente que sean malas personas, sino que no están en su mejor momento y mandan más las inseguridades y los miedos que lo que son en esencia. Quizá no se han encontrado.

Los momentos vitales de cada uno son importantes: yo en el pasado también tenía momentos tóxicos y me preguntaba ¿por qué me pasa esto, si yo no soy así? Y es por una falta de conocimiento. Por eso es muy importante trabajarse la cabeza en terapia, yo lo hago y me encanta.

Y luego sí creo que también existen mezclas tóxicas, como dices. Por ejemplo, en este disco creo que lo explico: son dos personas correctas encontradas en momentos equivocadas. La vida a veces nos pone a personas increíbles que no sabemos valorar, o porque no tenemos un buen momento nosotros, y eso se convierte en algo tóxico. E igual en unos años te reencuentras con esa persona, estáis bien los dos con vosotros mismos y funciona.

P.– Me está pasando en cierto modo, esto.

R.– Ah, sí, ¿eh? Es que eso ocurre. Yo por ejemplo con esta relación (la que se muestra en el disco) nos quedó muy claro que teníamos que estar separados para poder brillar. Un poco como La La Land. Y ahora nos llevamos muy bien y tenemos una relación de amistad súper bonita.

P.– ¿Después de cuánto tiempo? Porque para eso normalmente tiene que pasar tiempecito…

R.– Tampoco tanto. Año y medio, dos años. Pero lo hemos conseguido. Creo mucho en eso: la gente conociéndose mejor y trabajándose puede reencontrarse y coincidir en otro punto.

P.– Hay que tener ganas también para hacer ese trabajo. No todo el mundo las tiene.

R.– Totalmente. Ganas y valentía.

Vicco posa en una sala de reuniones.

Vicco posa en una sala de reuniones. Cristina Villarino

P.– En Como Britney dice ‘El veneno va creciendo en mí, intoxicada como Britney Spears’. ¿También han intentado controlarla desde alguna esfera, profesional o personal?

R.– En ese fragmento de la canción quiero expresar que a veces hay relaciones que nos desgastan y nos sacan de nuestro ser porque requieren mucha energía, y terminamos que no sabemos ni quiénes somos, como envenenados. Y hago referencia a Britney por su tema Toxic y porque es un gran referente para mí en la música, la admiro mucho por su carrera y por su vida, por cómo ha llevado sus cosas.

P.– Ahora está liberada por fin.

R.– Total, totalmente.

P.– Luego dice en la misma canción "rezo pa’que te quedes solo’. ¿Ayuda el rencor a superar una ruptura, al menos durante un tiempecito?

R.– (Vicco ríe). El rencor es necesario, yo creo. Yo al menos necesito experimentar todas las emociones, y el rencor es muy normal sentirlo. No ayuda realmente a superar, porque lo único que ayuda es escucharte a ti mismo y saber dónde quieres estar. Pero forma parte del proceso. Y en esa canción expreso eso: desearle el mal a alguien no me define, pero necesitaba expresarlo así para sentirme fuerte. Es una parte del duelo.

P.– En Sorteo canta "Tú y yo tendríamos que terminar, todo lo hacemos mal" y "Parece un sorteo, a veces me gusta cómo eres y otras no te tolero". Está bien esa idea de sorteo. Al final el puñetero refuerzo intermitente es lo que nos hace no alejarnos de la otra persona, aunque debamos. ¿Cómo se corta esa cuerda? ¿Cómo la ha cortado Vicco?

R.– Es difícil y es algo que tendremos que trabajar mucho a lo largo de nuestra vida, pero creo que al final se trata de darte valor. Es decir, ¿qué me aporta que me des ahora una cosa buena y luego me la quites y juegues con eso? Es importante priorizarse, y aunque sea un proceso duro y doloroso, no queda otra más que enfrentarse a vivirlo, porque si no no hay cambio a mejor.

P.– Pasa eso. Hay veces en que nos gusta tanto la otra persona que permanecemos ahí, aunque nos pasemos por encima.

R.– El tema es que si no te gustas aceptas estas cosas. Cuando te gustas, no tienes relaciones así.

Vicco durante un momento de la entrevista.

Vicco durante un momento de la entrevista. Cristina Villarino

P.– Ese caminito complicado, sí. En Nunca volverás hace un tremendo guiño a El sueño de Morfeo cantando su estribillo. ¿Y eso?

R.– Sí, me vino componiéndola. Empecé con el puente, y cuando iba a hacer el estribillo me vino "que nunca volverás, que nunca he estado aquí" (Vicco canta) y dije ‘ay, voy a hacer el juego’. Porque además yo trabajaba mucho con Juan, uno de los componentes, en Asturias. Y se lo pasé para que lo viera y le encantó, le hizo mucha ilusión. La canción suya es de luz, muy alegre, aunque sea triste la letra, pero da una vibra de buen rollo.

P.– Y llegamos a Nochentera. ¿Cómo la compuso? ¿Recuerda el momento exacto?

R.– Me acuerdo perfectamente, fue en mayo del 22. La compuse con los productores de la canción, en Caldes de Montbui, donde tienen el estudio ellos. Y fue literal el encuentro de tres amigos, con cervezas, con ganas de hacer una canción para disfrutar. Queríamos contar una historia, ese momento de preparación, de invitar a la gente para una fiesta temática ochentera. Y decidimos ir contando todo como si fuera una peli para que el oyente se pudiera hacer una idea. Y además dimos en el clavo porque todos hemos tenido una fiesta en casa o en casa de alguien que se ha acabado yendo de madre y en la que la vecina se ha quejado. Es una canción que igual hacía falta en el mercado español, que contara esas vivencias de todos y con la producción ochentera que toca a la gente de esa época.

P.– Y la compusieron muy libremente, ¿no? Que es importante no estar constreñido pensando en el éxito.

R.– No estábamos pensando en hacer un hit ni de coña. No lo esperábamos. Siempre que voy a estudio, o produzco, quiero hacer una buena canción que hasta a mí se me pegue, esa es la clave. Pero luego un hit no lo es hasta que la gente lo hace. Sabíamos que teníamos una buena canción, pero no sabíamos qué iba a suceder.

P.– Para los escritores siempre es más difícil sacar el segundo libro que el primero, sobre todo si este ha tenido éxito. Sólo gente como García Márquez se supera y escribe un El amor en los tiempos del cólera después de ganar el Nobel con Cien años de soledad. ¿Cómo ha llevado escribir después del éxito?

R.– Me costó al principio. Fue tan heavy el año pasado… Yo venía de casi no esperar nada con mi proyecto artístico. Yo componía para otros, sabía que me podía dedicar a la música al menos desde la sombra, componiendo para artistas, produciendo… Pero mis canciones no tiraban y el Benidorm Fest fue la última bala que disparé, y me ocurrió. Gestionar eso, pensar meses atrás que no tenía futuro como artista y pasar a ser de pronto número 1 en todos lados, era heavy. No me dio mucho tiempo a sentarme a componer, pero cuando retomé la composición en septiembre sí pensaba que la gente que se juntara conmigo en el estudio iba a esperar todo el rato ‘Nochenteras’, y yo misma sentía la presión de hacer un hit. Pero contraatacaba mentalmente pensando ‘no pensabas que esto sería un éxito cuando lo hiciste, con lo cual entra con el mismo mindset: vas a hacer música y para crear tienes que no tener ninguna pretensión’.

P.– Otra vez un contraataque mental, como el de los nervios escénicos.

R.– Literal. Es conocer por dónde va a ir tu cabeza para hacer que vaya para atrás.

La cantante durante la entrevista.

La cantante durante la entrevista. Cristina Villarino

P.– ¿Vicco sale aún la noche entera?

R.– ¡Hombre, claro, yo soy fiestera de sangre! Me encanta salir con mis amigos, con mis amigas, con mis hermanas. Me encanta la fiesta, es un lugar en el que me siento artista. Desde adolescente me gustaba mucho arreglarme, sentirme guapa y bailar, escuchar la música súper fuerte, que te vibra el pecho y estás en sintonía con todo: con la música, con tu gente… Es una hora muy chula. Me gusta mucho la fiesta así, pero no me gusta el desfase, acabar de after no lo he hecho…

P.– ¿Y qué tiene la noche que hace más fácil los encuentros amorosos, al menos los primeros? No nos planteamos que sucedan a las tres de la tarde con un café, no normalmente…

R.– (Vicco pega una carcajada). Bueno, claro, la noche y estar con gente, que es más cómodo por no estar solo, te lleva a desinhibirte un poco más. También por los cócteles o los combinados que te tomes, que eso también ayuda, aunque si te pasas también mal (vuelve a reír). Pero es verdad que la noche ayuda a socializar, es un espacio donde salimos a conocer a gente, un espacio de entretenimiento. Por eso la música que suena en los clubes es de entretenimiento. No suena indie.

P.– En Me muero por ti canta "si tú supieras que quiero conocerte y ver adónde va". ¿Cree que somos nosotras las que esperamos y nos quedamos en ese plano de ‘hasta que no me tires la caña, no voy’, o esto ha cambiado?

R.– Mmm, yo creo que está cambiando. Las mujeres estamos mucho más a las cosas claras: me apetece conocerte y te lo digo. Yo al menos estoy en ese plan. Si quieres algo en tu vida, go for it. No hay roles, no hay cosas que tengan que ser siempre de una manera.

P.– ¿Y ve que si somos nosotras las que decimos ‘me apetece conocerte’, ellos se achantan?

R.– Muchas veces, porque una mujer segura de sí misma impone y no están acostumbrados. Necesitan sentir que han conquistado a la princesa, pero eso ya está pasado. Y lo pasado, pisado.

P.– Hablaba hace poco con Rozalén de que ya está feo eso de morirse por alguien, que es un poco banderita roja. ¿Cómo lo ve?

R.– Morirse por alguien es una gran red flag porque te dejas a ti. Es algo que puede pasar, puedes vivir una ruptura o una no correspondencia muy a flor de piel, depende de lo sensible que seas. Yo soy súper emocional, soy Piscis y vivo las cosas hasta aquí de intenso (señala con la mano un nivel alto), busco inconscientemente vivir experiencias fuertes porque me gusta sentir cosas. Pero quiero trabajarme también ese desvivirme por alguien. Las cosas fáciles son las mejores. Si está complicado es que ahí no es.

Vicco, en una de las fotos realizadas en la entrevista con EL ESPAÑOL.

Vicco, en una de las fotos realizadas en la entrevista con EL ESPAÑOL. Cristina Villarino

P.– ¿Qué espera Vicco de este año?

R.– De este año espero que la gira vaya increíble. En Madrid estaré el 25 de mayo en el Ocho y Medio, y quiero que la gente haga este disco suyo porque llevo tres años trabajando en él y creo que es muy redondo. Y que sea un año lleno de música. Y que pueda tener una carrera larga.

P.– ¿Y de la vida?

R.– De la vida espero sólo una cosa: ser feliz. Nos ponemos en modo automático y a veces ser feliz nos cuesta porque olvidamos lo que nos hace disfrutar del presente y del camino. Para mí eso es mi gente.