Daniel Molina, el supuesto ciberdelincuente detenido por la Policía Nacional y la Guardia Civil, durante su etapa como futbolista de las bases del Abarán.

Daniel Molina, el supuesto ciberdelincuente detenido por la Policía Nacional y la Guardia Civil, durante su etapa como futbolista de las bases del Abarán.

Reportajes

Dani Molina, el mayor ciberdelincuente español caído en Rumanía: "Con 12 años secuestraba móviles"

José Luis López, abogado del joven investigado, sostiene que es inocente: "No pertenece a un grupo criminal ni ha movido 10 millones de euros".

5 junio, 2024 02:56
Murcia

Cuenta un miembro de las Fuerzas de Seguridad que Dani, "siendo un veinteañero", un día acudió al cuartel de Abarán a realizar un trámite y le soltó una perla a un mando policial que todavía se recuerda: "Le dijo que podía meterse en el servidor de la Policía Local". No se trataba de la típica vacilada de adolescente, ya que la Policía Nacional ha confirmado el arresto de Daniel Molina (1995) como uno de los ciberdelincuentes más activos en España, situándole como cabecilla de un grupo criminal que ha movido 10 millones de euros a través de cientos de cuentas bancarias.

En Abarán, un pintoresco pueblecito murciano que se levanta a orillas del río Segura, sus 13.000 habitantes están ojipláticos ante el comunicado difundido por la Jefatura Superior de Policía donde se afirma que Dani "utilizaba 55 identidades usurpadas" y arrastraba "33 requisitorias de distintos juzgados" del país, hasta que ha sido cazado en Bucarest (Rumanía) con ayuda de la Guardia Civil en el marco de la 'Operación Kalinka-Tirano'.

"Era un cerebrito", resume un agente de la Policía Local. "Desde pequeño le gustaba la informática y todo lo ha aprendido de forma autodidacta. Tenía una cabeza privilegiada, pero en lugar de haber estudiado la carrera de Informática ha escogido el camino malo". Lo mismo asegura otro integrante del Cuerpo Policial: "En el Instituto Villa de Abarán destacaba entre los estudiantes por su manejo de los ordenadores". 

Tanto es así que entre los zagales era un secreto a voces que Dani era tan bueno con el teclado como con el balón en los pies, cuando jugaba de centrocampista en las categorías inferiores del Abarán Club de Fútbol. "Con 12 o 14 años ya decían que era capaz de 'secuestrar' móviles y meterse en los teléfonos de otros chicos: lo hacía por el simple placer de conseguirlo", ejemplifica uno de esos policías, conocedor de las "travesuras" que hizo Daniel Molina en su infancia. "En un pueblo se sabe todo". 

Tales conocimientos informáticos contrastan con la actividad tan primaria y tradicional a la que se dedican sus padres, al frente de una conocida empresa familiar de apicultores que produce artesanalmente miel de azahar y miel de romero. "Yo recuerdo verle en la tienda, vendiendo miel", según corrobora un empleado del polideportivo municipal donde Dani acudía a entrenar, cada semana, con la cantera del Abarán: un pueblo donde la juventud "o juega al fútbol o juega al balonmano".

La empresa familiar del investigado se dedica a la apicultura produciendo una miel de gran calidad.

La empresa familiar del investigado se dedica a la apicultura produciendo una miel de gran calidad. Ruralmur

"Nunca causó problemas de comportamiento, venía a jugar al fútbol y se marchaba, sin hacerse notar", recuerda este trabajador del polideportivo municipal. "Por lo visto se le daba bien la informática", subraya un antiguo entrenador de Dani. "Era un buen chaval, me ha sorprendido su detención", admite el míster. "Tuve a Dani en las bases del Abarán. Creo que no llegó a debutar en el primer equipo. Jugaba de centrocampista, era rápido, tenía habilidad y cumplía con sus labores en el campo".

Después de su paso por las aulas del IES Villa de Abarán, los lugareños cuentan que Dani trabajó en el negocio familiar, incluso de camarero en el sector hostelero y que se enamoró de una bella rumana que residía en la vecina localidad de Cieza. "Esta persona pasaba desapercibida, todo el mundo sabía que se dedicaba a cosas extrañas por internet, aunque no a esta escala", tal y como recalca un policía local.

La actividad de Daniel Molina, de 29 años, como supuesto crack de la ciberdelincuencia, comenzó a trascender en el pequeño Cuartel de la Policía Local de Abarán hace cosa de un lustro. "Nos llegaban notificaciones de Policía Nacional, de la Guardia Civil y de los juzgados de toda España para que se las notificásemos", recuerda el citado agente. "Era un goteo constante desde la pandemia. Cuando se sintió presionado, creo que en el 2021 cogió un vuelo desde Valencia a Bucarest. Y durante los últimos tres años, al pueblo han estado viniendo agentes de delitos informáticos de Policía Nacional y Guardia Civil: venían buscando las IP de ordenadores".

Lo mismo explica un abaranero que conoce las andanzas de Dani por el pueblo. "Cuando apenas era un crío, ya se le veían maneras de ser un manitas con los teléfonos móviles y los ordenadores: hacía filigranas, como meterse en los perfiles de otras personas. Hacía tiempo que no vivía por aquí". De hecho, la Jefatura Superior de Policía subraya que "desde hace varios años se encontraba huido en Rumanía" y contaba con tecnología sofisticada con la que "perpetraba su actividad delictiva".

La Policía Nacional le atribuye inversiones en el mercado financiero digital: "Se pudo comprobar que esta persona había adquirido una impresora industrial, para la impresión de documentos de identidad en soporte físico, los cuales empleaba para la apertura telemática de cuentas bancarias con identidades usurpadas o falsas, utilizando las mismas para la obtención y el blanqueo del dinero conseguido fraudulentamente, el cual posteriormente empleaba en la compra de criptomonedas".

Operativo de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que se ha saldado con la detención de Daniel Molina en Rumanía.

En la vivienda de Bucarest donde Dani convivía con su pareja, criando plácidamente a los hijos que habían tenido, disponía de una estación de minado de criptomonedas, dos ordenadores portátiles, discos duros de una computadora de sobremesa, varias tarjetas bancarias fraudulentas, cientos de soportes de tarjeta para su impresión y 55 documentos nacionales de identidad españoles falsificados.

EL ESPAÑOL ha comprobado que un portal de Internet sobre teléfonos spam, se alerta de la actividad de este supuesto ciberdelincuente: "Este teléfono lo utiliza un vendedor de cuentas piratas de Movistar, Orange, Netflix, etcétera, que se caracteriza por haber timado a bastante gente. Le pagas un servicio, y no te lo entrega, o no te lo arregla si se estropea... Es un delincuente en toda regla que tiene denuncias por doquier y que está huido de la justicia. Últimamente se comenta que está viviendo en Holanda". 

"Trabaja con varios nicks por Telegram: @diego_litri; @lord_infinix @mega_television; @Elrey_delstreaming; @duendetv. Y también trabaja con diferentes números de móvil. Casi todos ellos, si le pagas por Bizum, aparece un tal Antonio Fuentes Ruiz como titular, o la tal Paola que comentan otros denunciantes. Este personaje se llama Daniel Molina Valenzuela y es originario de Abarán: un pueblo de Murcia".

Incluso en YouTube le dedicaron un programa bajo el título: 'Especial Daniel Molina, el estafador más conocido en el mundo del IPTV en España'. El presentador oculta su identidad tras una máscara, la misma que lucía el protagonista de la película V de Vendetta, mientras profiere descalificativos contra este vecino de Abarán: "Lleva nada más y nada menos que más de cinco años, estafando y viviendo del cuento con las estafas que realiza con los diferentes servicios en este mundillo, como con la Televisión por Protocolo de Internet [IPTV] ...".

"Ya hemos desenmascarado a Daniel en varias ocasiones, incluso hemos expuesto denuncias suyas públicamente. Todos conocéis sus fechorías. Ha estafado muchísimo dinero y nosotros no lo decimos, eso lo dicen los usuarios: cientos de miles de personas a las que durante todos estos años, les ha quitado dinero, les ha vendido humo y se han quedado sin esa pasta, pero claro, todo está ahí [...]". "Por ahí, suenan las campanas de que son alrededor de unos 30.000 euros a una empresa de Málaga a la que hizo una estafa y el juicio está a la espera...".

El letrado José Luis López Cano, del bufete JLC Abogados.

El letrado José Luis López Cano, del bufete JLC Abogados. Cedida

De momento, la Jefatura Superior de Policía ha informado de la detención de este vecino de Abarán, de 29 años, como supuesto líder de una banda compuesta por otras cuatro personas que residían en Málaga, Alicante y Tenerife. En el comunicado policial se le atribuyen "más de 300 denuncias en todo el territorio nacional, por diferentes tipologías de estafas". Desde secuestro de cuentas de WhatsApp y solicitud de dinero a contactos; a estafa de alquileres vacacionales; contratación de micropréstamos fraudulentos a nombre de terceros; apertura de cuentas bancarias usurpando la identidad de otros; obtención de claves bancarias mediante phishing... El abogado José Luis López Cano, encargado de la defensa de Daniel Molina, lo niega todo: "No pertenece a un grupo criminal ni ha movido 10 millones de euros".

- Entonces, ¿por qué ha calificado la Policía Nacional a su cliente como uno de los ciberdelincuentes más activos de España?

- José Luis López Cano: Eso es una barbaridad. Este chico estaba investigado por cometer tres delitos de estafa a través de WhatsApp, con cuantías de 500 euros, 600 euros o 750 como máximo, pero no hay 300 denuncias ni tiene nada que ver con alquileres vacacionales ni con la compra de criptomonedas. Mi cliente tenía abierto un proceso en el Juzgado de Instrucción número 2 de Teruel.

- ¿Y cómo ha sido detenido su cliente en Bucarest?

- David se marchó de vacaciones a Rumanía a mediados de 2022, su pareja dio a luz allí y por problemas burocráticos se tuvo que quedar en aquel país porque no podían inscribir a su hijo en España. Como en febrero de este año no se personó en Teruel, cuando fue requerido por el juzgado, se dictó una orden de detención europea y se le arrestó en Bucarest. El 7 de marzo llegó a Teruel y finalizó ese proceso judicial, aunque todavía tiene abiertos otros procedimientos, lo cierto es que mi cliente ahora mismo está en libertad.

Además, no se le ha impuesto ninguna medida cautelar: ni se le ha retirado el pasaporte ni tiene prohibido salir del territorio nacional ni debe comparecer periódicamente en los juzgados. David está trabajando y nosotros estamos investigando si se le ha suplantado su identidad porque hay hechos que se le atribuyen que es imposible que haya podido cometer. Esto está manchando su imagen porque en el pueblo hay un revuelo enorme.  

Diez causas pendientes

Este veinteañero fue condenado en Teruel tras reconocer que había pedido dinero por WhatsApp a varias personas y luego no les devolvió un euro a sus clientes. En la actualidad, David tiene abiertas diez causas en Pamplona, Valencia, Málaga, Madrid y Alicante. La Policía Nacional le asigna ser el cerebro de estafas por la modalidad de smishing: un ataque de ingeniería social, consistente en usar mensajes de texto falsos, para que los destinatarios compartan información confidencial o envíen dinero.

También le acusan de recurrir al método del 'hijo en apuros': enviar mensajes por redes sociales o correo electrónico, para hacerse pasar por una víctima de una emergencia y solicitar dinero de manera urgente a la persona que recibe la alerta. El letrado de JLC Abogados insiste en que su cliente es inocente: "A ver si ahora le van a colocar a él todos los ciberdelitos cometidos en España. ¿Dónde tiene esos 10 millones de euros? Ahora está trabajando en el campo para sustentar a su familia y los fines de semana ayuda a sus padres en el negocio familiar. Este chico no tiene ni para comer".