Isabel García tiene sólo 15 años. Y, de acuerdo con su edad, debería de estar empezando primero de Bachillerato. Sin embargo, acaba de recibir la noticia de que ha sido de las notas más altas en la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU). A su corta edad, esta joven estudiante del colegio concertado Jaime Balmes (Las Palmas de Gran Canaria) ha obtenido un 13,2.
Fue diagnosticada con tan sólo ocho años como alumna de altas capacidades y, siete años después, cumplirá su sueño de estudiar el Grado de Biotecnología en Estados Unidos. "Si te organizas bien, hay tiempo para todo. En mi caso, no exagero con las horas pegada a los libros como pueden pensar los demás", cuenta a EL ESPAÑOL.
Isabel, hija de padres colombianos y natural del pueblo canario Tafira Alta, es la mediana de tres hermanas. Entró a la guardería con 15 meses, debido a la gran carga laboral que afrontaban sus padres.
Allí ya mostró un gran potencial, pero no fue hasta que entró en el colegio cuando sus profesores decidieron flexibilizarle dos cursos, de cuarto a sexto de Primaria. Lo mismo ocurrió cuando empezó Secundaria, y pasó directamente de segundo a cuarto de la ESO. "Me gusta desafiarme a mí misma, ver hasta dónde puedo llegar y ponerme nuevas metas", indica.
Deportista de élite
Carlos García, padre de Isabel, explica a EL ESPAÑOL que desde los cuatro años su hija practica tenis, una disciplina en la que también destaca. Ha tenido la oportunidad de participar en torneos en diversas provincias de España e incluso compitió en Francia en alguna ocasión. "La primera vez que viajó al extranjero fue en 2020, justo antes de la pandemia, y la última hace un mes", explica su padre, que siempre la acompaña allá donde va.
"Todo el esfuerzo que hacemos por nuestras hijas merece la pena, mientras tengamos buena salud todos, nada nos detiene. La mejor herencia que vamos a dejarles será su educación, que las llevará a ser personas independientes y responsables", manifiesta Carlos, que trabaja en una empresa de logística de almacén en Tafira.
Compaginar los estudios con el deporte, en la Federación de Tenis de Gran Canaria, le ha permitido ganar varios reconocimientos, como el de campeona de España sub-10 y semifinalista sub-12. "He aprendido a organizarme y disfruto todo lo que hago", señala Isabel.
"No me gusta presumir de lo que hago. Salgo con mis amigas, me llevo bien con todas, comparto con mis hermanas, como cualquiera de mi edad. Mis padres confían en mí y eso me da tranquilidad. No me siento superior a nadie", enfatiza la estudiante.
Biotecnología en Nueva York
Desde que empezó la ESO supo que su camino eran las Ciencias, aunque siempre dudó acerca de la especialidad. No sabía si elegir la rama de tecnología o salud, hasta que en una clase de Biología, su profesor Amado Rosario impartió el temario de genética y, sin saberlo, abrió los ojos a Isabel: en ese momento tuvo claro que su pasión sería la investigación.
Por eso se decantó por Biotecnología y no en cualquier lugar. En agosto aspira cursar la carrera nada más y nada menos que en la Universidad de Niagara, en Nueva York. De no conseguirlo, se quedará en España y tendrá que viajar a la provincia donde se enseñe esta profesión.
Así, dará comienzo su fase universitaria, una etapa que dice no afrontar con miedo, sino "con muchísimas ganas". Para Isabel, los idiomas siempre fueron muy importantes, y por eso lleva desde pequeña practicando inglés.
A pesar de que le apena alejarse de sus padres, Isabel sabe que es la mejor decisión para su futuro. "Esta nueva etapa me dará más independencia, y me siento preparada y lista para seguir el ejemplo de mis padres, que emigraron desde Colombia hasta aquí", explica la joven.
Necesidades específicas
Desde el colegio Jaime Balmes, la orientadora, Margarita Sosa, explica a EL ESPAÑOL que intentan hacer uso de metodologías activas, de manera que el alumnado se sienta partícipe de su aprendizaje y crecimiento académico, social, personal y emocional.
"Concretamente con Isabel, al tratarse de una alumna con necesidades específicas de apoyo educativo por Altas Capacidades Intelectuales (ALCAIN), la respuesta se ha basado en las adaptaciones curriculares de enriquecimiento que, según su informe psicopedagógico, requiere", señala la orientadora.
"Isabel ha sido flexibilizada en la Educación Primaria y en la Educación Secundaria buscando siempre la mejor respuesta para ella y teniendo muy en cuenta la madurez emocional que siempre ha mostrado", manifiesta.
Desde el área de tutoría, para identificar el potencial de los estudiantes, usan estrategias que favorece el desarrollo de competencias participativas y de construcción de valores para fomentar las relaciones fluidas entre el alumnado y la institución escolar, así como entre la escuela y la familia, favoreciendo el desarrollo integral del estudiante partiendo de sus intereses.
"Acompañando a estos fines, el Plan de Atención a la Diversidad recoge las medidas organizativas y metodológicas en las que se fundamentan la educación desde los principios de inclusión", detalla el colegio.
La orientadora explica que todas las acciones educativas van dirigidas a dar una respuesta acorde a las necesidades y características de cada uno, para adaptarse y favorecer el desarrollo de forma competencial.