La vida nunca se lo ha puesto fácil a Mariana. Hace veinte años dejó atrás a su familia en Bulgaria, para buscar trabajo en España; tuvo un hijo que nació con hidrocefalia; se separó de su pareja tras sufrir maltrato psicológico, y ahora se enfrenta al siguiente palo en la rueda de su existencia: tiene un plazo máximo de 15 días para buscarse un piso, o de lo contrario, acabará desahuciada, sin un techo para su hija, estudiante de Bachiller, de 18 años, y su hijo, de 16 años, con parálisis cerebral.
- ¿Cómo se afronta el día a día con una orden de desahucio a la vuelta de la esquina?
- Mariana Petrova: No vivo. No duermo. No estoy serena para pensar. Tengo un nudo en el estómago todo el rato. Siento miedo.
Esta ciudadana búlgara, de 40 años, no escurre el bulto sobre el origen de su proceso de desahucio: siete meses de impagos a su casero, el dueño de su casa en planta baja en la pedanía murciana de Aljucer. Pero pone en contexto el origen de este proceso de lanzamiento que la mantiene con el alma en vilo: "Empecé a retrasarme con las mensualidades del alquiler porque estuve mal económicamente al no poder trabajar".
Mariana trabajaba en la hostelería más horas que un reloj, "como pinche de cocina", unas veces, ayudando al cocinero, y otras, fregando platos a destajo, pero su hijo pequeño sufrió varios ingresos hospitalarios de carácter grave, a causa de su hidrocefalia. "Padeció una neumonía, también le operaron para ponerle una sonda, y por su enfermedad, cada vez que va al hospital se pasa allí una larga temporada". De forma que los impagos en las mensualidades comenzaron a acumularse.
"No tengo familia en Murcia, así que no podía ir a trabajar porque no tenía a nadie que fuese a cuidar a mi hijo al hospital". Por aquel entonces, su hija era menor de edad, debía acudir al instituto, y tampoco podía apoyarse en ella. "Era imposible acompasar los largos ingresos de mi hijo, con el trabajo en la hostelería y el alquiler". Básicamente, si Mariana no cubría su jornada laboral, no cobraba, y como estaba en el hospital, no podía pagar los 400 euros de la mensualidad de la casa.
Durante esos siete meses, acumuló 2.800 euros de deuda, y cuando quiso negociar con su casero ya era tarde porque había iniciado un proceso de desahucio contra ella y tenía inquilinos potenciales para su casa en planta baja, con dos habitaciones, en la pedanía murciana de Aljucer. "¿La he cagado? Sí. Pero yo he intentado arreglar la situación. Le he ofrecido pagar la deuda en varios pagos y que me suba el alquiler mensual, sin embargo, no ha querido, imagino que por consejo de su abogado".
- ¿Por qué dice eso?
- Mariana Petrova: Porque no quiso cobrarse ninguna mensualidad desde entonces y ya son dos años de impagos los que acumulo, pero debido a que no quiere cobrar el alquiler. Mis vecinos y amigos reunieron 3.000 euros para zanjar parte de la deuda y tampoco quiso. La Asociación Columbares le ha ofrecido pagarle tres meses de golpe y también lo ha rechazado. Este jueves llamé al casero para negociar un acuerdo y no quiso.
Esta madre coraje recibió el 28 de mayo la primera orden de desahucio, pero la mediación de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) logró retrasarlo hasta el 21 de junio. Este viernes se cumplía la fecha límite y la llegada de la comisión judicial se ha vivido con tensión. En la puerta de la casa había vecinos, activistas de la PAH, yayoflautas, y diputados regionales, como Víctor Egio de Podemos, o Magdalena Sánchez Blesa del PSOE, para frenar el desahucio de Mariana, de su hija, y de su hijo que va en silla de ruedas por su parálisis cerebral.
Mariana se ha reunido con representantes del Ayuntamiento de Murcia, los cuales, al término del encuentro han salido a la puerta de la vivienda, para anunciar a las personas concentradas que se retrasaba el lanzamiento de esta madre, de 40 años, y de sus dos hijos adolescentes: "Servicios Sociales la va a ayudar a que busque un alquiler y de momento, tiene un prórroga de 15 días". Pero el anuncio no ha templado los ánimos de los activistas. Todo lo contrario, les ha indignado: "¡No queremos 15 días, queremos una vivienda!" "¡No queremos 15 días, queremos una vivienda!"
Mariana se ha quedado en paro y tiene hasta el próximo 5 de julio, a las 10.30 horas, para buscar un techo para sus dos hijos: la mayor, de 18 años, no tiene empleo, debido a que acaba de terminar Bachiller y quería seguir estudiando, mientras que el menor, de 16 años, tiene un 88% de discapacidad por su hidrocefalia. "Necesita una vivienda social, pero la Administración no le ofrece nada: está entre la espada y la pared porque solo le han aplazado el lanzamiento", tal y como se lamenta el cura Joaquín Sánchez, miembro de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas.
El diputado de Podemos Víctor Egio ha alertado de que Mariana Petrova solo es el botón de muestra del duro panorama que hay en la comunidad murciana: "En la Región de Murcia hay 15 veces más desahucios (1.857) que denuncias por ocupación (126), según los últimos datos del Consejo del Poder Judicial. Sin embargo, cuando oyes a López Miras y Antelo: ¡Parecen dos comerciales de Securitas Direct!"
Por su parte, la diputada socialista Magdalena Sánchez Blesa ha subrayado que el secretario general del PSOE, Pepe Vélez, "se ha personado en los juzgados y ha paralizado el desahucio de esta ciudadana". Mariana Petrova advierte una cosa: "Yo no quiero vivir gratis. Desde que me llegó la primera orden de desahucio estoy buscando una vivienda de alquiler, pero no encuentro nada que sea normal".
Todo corre en contra de esta madre: en 15 días se cumple el plazo de su desahucio, ahora mismo no tiene empleo y el mercado inmobiliario vive una burbuja de precios en los inmuebles de alquiler. "Las inmobiliarias piden una nómina mínima, de 1.700 euros al mes, pero yo solo puedo garantizar unos ingresos de 1.100 euros entre la ayuda de dependencia que cobra mi hijo y la renta activa de inserción que cobro del SEPE [Servicio Público de Empleo Estatal]", ta y como detalla desesperada.
- ¿Qué otros problemas se encuentra para alquilar un piso?
- Mariana Petrova: Me han llegado a pedir que pague de golpe, tres mensualidades de 600 euros, más la comisión a la inmobiliaria, pero eso no puedo afrontarlo en paro y con dos hijos. También me piden que alguien me avale y no tengo a nadie en España.
Esta madre ha hecho público su caso para lanzar un SOS a las administraciones y al sector inmobiliario, para encontrar un alquiler que se ajuste a sus ingresos de 1.100 euros mensuales, así como para poder reinsertarse en el mercado laboral donde cuenta con años de experiencia en la hostelería, en la venta de productos a domicilio o en tareas de limpieza. "Yo no quiero vivir gratis, estoy tratando de arreglar mi situación, pero a veces pienso: ¿Si fuese okupa con hijos sería distinta mi situación?"