Ser guardia civil en Oñate, donde los niños 'disparan' a agentes: Es el peor sitio. Nadie lleva mujer e hijos

Ser guardia civil en Oñate, donde los niños 'disparan' a agentes: "Es el peor sitio. Nadie lleva mujer e hijos"

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Ser guardia civil en Oñate, donde los niños 'disparan' a agentes: "Es el peor sitio. Nadie lleva mujer e hijos"

Agentes y asociaciones de víctimas del terrorismo explican la implicación ética que supone que un menor encañone a un cabezón con forma de Guardia Civil. "Los pequeños están expuestos a una radicalización violenta".

26 junio, 2024 02:43

Sábado, 22 de junio. En las calles de la localidad guipuzcoana de Oñate se celebra el Fan Hemendik Eguna, 'Que se Vayan de Aquí', una festividad organizada por un grupo de vecinos vinculados a la izquierda abertzale que reivindica, de forma militante y mediante manifestaciones y charlas, la expulsión de la Guardia Civil del País Vasco, y a través de la cual apelan a una 'nación' libre de la influencia de las FyCSE de España.

A pesar de las implicaciones éticas que supone tal reivindicación en un territorio sobre el que ha pesado el fantasma del terrorismo durante tantos años, el acto se celebró con total normalidad. Sin embargo, hubo un momento en el que se vivió un acto insólito: un niño con una escopeta de juguete encañonaba a un cabezón con la forma de un agente de la Benemérita y simulaba dispararlo.

El acto fue calificado de "grotesco" y "terrible" por organizaciones policiales y asociaciones de víctimas del terrorismo y corrió como la pólvora en redes sociales hasta hacerse viral y saltar a los telediarios. Hasta logró que la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) decidiera presentar una denuncia formal ante la Fiscalía por "la utilización inadecuada de un menor" y "la difusión de su imagen aparecida en noticias y contenidos que atentan contra los derechos fundamentales del niño y promueven el odio hacia los miembros de la Guardia Civil".

Cartel de la celebración del Fan Hemendik

Cartel de la celebración del Fan Hemendik

"Resulta del todo inadmisible que a estas alturas, y tras décadas siendo golpeados por el terrorismo en el País Vasco, los guardias civiles continúen siendo señalados por los radicales de una manera reiterada, y más aún utilizando a menores de edad", señalan desde la AUGC. "Esto es una nueva muestra del aislamiento y acoso al que son sometidos a diario en ese territorio unos trabajadores cuya labor es la de garantizar la seguridad de todos los ciudadanos y el cumplimiento de las leyes". Además, han exigido "la prohibición" de este tipo de actos y campañas que "generan odio en torno a la institución de la Guardia Civil y sus miembros".

Sin embargo, en Oñate reina el silencio tres días después. "Sí, hemos visto que se le ha dado mucho bombo en la televisión, pero nosotros nos lo hemos tomado con normalidad. Sin más", aseguran desde el ayuntamiento de la localidad, en la que gobierna Izaro Elorza, de Bildu, quien el año pasado obtuvo el bastón de mando con el apoyo de los once ediles de su bancada y el voto en blanco de los seis del PNV. "Lo organizan un grupo de vecinos del pueblo. Pidieron permiso para organizar una comida popular, pero la manifestación de por la tarde no la aprueba el ayuntamiento, depende directamente del gobierno del País Vasco", continúan los funcionarios oñatiarras.

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Quienes no lo han visto con tanta normalidad son los agentes de la Guardia Civil que trabajan en la zona. Un representante de la UniónGC Gipuzkoa asegura a este diario que "Oñate siempre ha sido un destino duro, especialmente en los años de plomo", asegura, no sin cierta amargura. "Cuando un guardia civil acaba destinado allí, lo primero que hace es meterse en internet. Lo que ve, asusta. El acuartelamiento está situado en un entorno maravilloso, casi de postal, pero nuestros compañeros allí destinados casi ninguno trae a su mujer e hijos porque son conscientes de las dificultades sociales que van a sufrir". Principalmente, las del lenguaje.

Ya en 2019, fuentes asociativas de la Guardia Civil contaban a EL ESPAÑOL que Oñate era un "entorno conflicto" cuyos agentes estaban sometidos a una gran "presión", lo que lo convertía en "el peor destino" que le puede tocar a un agente en el País Vasco. Todos los años se celebra en sus calles el Fan Hemendik. A veces, como en 2018, las manifestaciones se convierten en escraches frente a las puertas de la casa cuartel. "Es una vergüenza que cada año tengan que soportar este acoso y odio de unos intransigentes que se hacen llamar demócratas cuando sus acciones nos demuestran que no aceptan a los que no piensan igual", decía la Asociación Española de Guardia Civiles (AEGC) entonces.

Momento en el que el menor encañona a un personaje vestido como un guardia civil en las calles de Oñate.

Momento en el que el menor encañona a un personaje vestido como un guardia civil en las calles de Oñate.

Las instituciones vascas, inefectivas

El festival, efectivamente, se celebra de forma anual. Sin embargo, las autoridades vascas no hacen nada para impedirlo, a pesar de que asociaciones como el Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (Covite) reclaman, una y otra vez, que se adapten medidas preventivas. Al fin y al cabo, las marchas contra los agentes requieren de una aprobación institucional. "Las instituciones vascas no hacen lo suficiente para evitar este tipo de actos. La ley vasca de Reconocimiento y Reparación a las Víctimas del Terrorismo, la 4/2008, dice que se evitarán todo tipo de actos que supongan una afrenta a la memoria y dignidad de las víctimas. Como si este acto no lo fuera".

Tanto el ayuntamiento como el gobierno vasco, a través de la conserjería de Interior, podrían intervenir de alguna forma, señalan desde el colectivo, "porque para hacer este tipo de actos en espacio público han tenido que pedir un permiso", añaden de Covite. "Todo esto es desolador para las víctimas. Ver cómo se legitima públicamente a las personas que contribuyeron a asesinar o herir de por vida. Que los propios niños estén expuestos a un relato y a una radicalización violenta. El entorno de la izquierda abertzale presenta a estos señores como héroes. ¿Qué sucedería si exaltáramos a violadores y asesinos de otra naturaleza?".

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Por su parte, UniónGC Gipuzkoa asegura que, a pesar de todo, ellos, los agentes, están "para servir al ciudadano con la misma profesionalidad, amor y dedicación que se sirven en el resto de España, y es frustrante ver esas diferencias se podrían estar superando encaminándonos juntos a una sociedad mejor, que ha sufrido mucho durante demasiado tiempo y en la que todos tengan, tengamos, cabida. Pero aquí estamos y seguiremos trabajando por y para ellos. Nos aprecien o no, estamos y estaremos siempre cuando nos necesiten".

Este último Fan Hemedik, no obstante, ha sido especialmente devastador para ellos. "Estamos acostumbrados al rechazo de parte de la sociedad y lo aceptamos con la esperanza de que un día esa errónea concepción que tienen de la Guardia Civil cambie. Ver a un niño de tan corta edad simulando disparar con un arma de juguete a un cabezudo disfrazado de agente ha sido duro, porque si estos son los valores que se transmiten, ¿qué posibilidades hay de conseguir que si un día ese niño tiene algún problema sienta que puede venir al cuartel a pedirnos ayuda?".