El chef Alberto Prelcic, del restaurante Silabario, se ha propuesto conquistar la esfera gastronómica de Vigo con un menú degustación estrella Michelín al precio más bajo de España. Su local ofrece cuatro tipos de catas, a las que ha apodado Berbés, Tempo, Raíces y Solaina, cada una con un precio diferente, y es la primera, cuyo nombre evoca a los barrios pescadores vigueses, ADN de la capital gallega, el que se ofrece al precio más bajo: 38 euros. El menú Berbés, servido sólo en días laborables, pretende evocar el chillido de las gaviotas, el trajín de las pescantinas con los carretones y los espectáculos cotidianos que dan vida a los puertos y muelles de Galicia.

Su aperitivo es un mejillón en salsa bretona. Para el entrante, se ofrecen dos alternativas: una crema fría de hongos y ternera curada o un arroz de pato al wok. En segundo lugar, las opciones son un bonito a la parrilla con padrones y ajoblanco o un pollo de corral asado en su jugo con setas y ensalada César. El menú concluye con una créme brulèe y helado de vainilla e incluye pan pero no bebida.

Esta carta es válida de martes a jueves tanto para el almuerzo como para la cena, y los viernes sólo a la hora del almuerzo. En los festivos y en las vísperas de festivo por la noche, no está disponible. Su precio es de 38 €, bastante superior al que tenía en 2023, cuando estaba sólo a 29 €.

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"Creo que somos uno de los más baratos de España", asegura Prelcic a EL ESPAÑOL. "Seguimos en la misma línea de precios bajos y formato de menú que hace años. El precio ha subido un poco porque hemos sufrido, igual que todos, con el Covid y con la espiral de inflación. Además, aquí no sólo ofrecemos una buena comida, sino una gran experiencia personal, ventanales con vistas al mar, una excelente cata de vinos, y para colofón un personal muy cualificado. Siempre hemos tenido esa filosofía de trabajo donde lo importante es que la gente venga y la comida sea asequible, para que cualquiera pueda acceder a la experiencia. Queremos acercar la cocina a la gente".

Justo en el lado opuesto al Berbés está el menú Solaina, el más caro de su carta, de 168 €, una selección de productos degustación que incluye bogavantes, salmonetes, salpicones de centolla y cacheiras, angulas de temporada, gallos de corral, lomos de vaca y toda suerte de manjares de las lonjas.

Detalle de uno de los platos del menú degustación de Silabario. Silabario

Silabario, en honor a las madres

Silabario es el cuaderno que, desde antaño, se ha utilizado en los colegios para enseñar a los niños a escribir. Alberto G. Prelcic decidió tomar ese nombre como referencia para su local, en parte porque evocaba ese punto de inocencia, de sencillez, que impregna su propuesta culinaria y, en parte, porque su madre era profesora. "Mi madre lo sugirió. Me pareció un nombre muy poco escuchado, con un sonido bonito que evoca todo lo positivo que tiene la niñez", confiesa el chef.

"Somos una cocina de producto donde apostamos por lo más puro: un plato de bonito con una salsa bien elaborada, una guarnición trabajada, cuatro o cinco elementos que hacen que un plato quede redondo. Por supuesto, la técnica siempre está presente, y a pesar de que buscamos una sencillez meditada y pausada, preferimos colocar pocos elementos de forma limpia, clara, con la técnica presente pero en segundo plano. Lo importante es el producto, y con él hacemos honor a la cocina gallega, que es nuestro sello".

Comedor del restaurante Silabario. Silabario

Bonito del cantábrico, mariscos del día, lamprea, angulas: todo lo que recorre las rías y mares gallegos en cada temporada se convierte en un delicioso producto gourmet en manos de Prelcic y su equipo de cocineros. No en vano su trabajo ha sido galardonado con una estrella Michelín. "Abrimos el local en 2011, cuando yo tenía 29 años. Lo situamos en Tuy. Allí nos dieron nuestra primera estrella. Sin embargo, unos años después, nos trasladamos, y abrimos este nuevo, que está en Vigo. Al cambiar el local perdimos la estrella, pero en 2020 la recuperamos. Fue una reafirmación de nuestro trabajo; una forma de decirnos que nuestro perfeccionismo y trabajo iban por el buen camino".

En ese traslado de Tuy a Vigo, Prelcic y su equipo decidieron quedarse en un lugar muy especial: el edificio que el Real Club Celta de Vigo ostenta en la capital de Pontevedra. "Es su sede social, un edificio emblemático del centro de la ciudad que anteriormente era un club social del Círculo Mercantil. Dentro del plan de negocio del Celta, en la cúpula del edificio había un área destinada a la restauración. Nos cuadró y, en marzo de 2018, nos mudamos allí. El equipo come alguna vez, pero sobre todo acude la directiva y algún trabajador del club, los futbolistas son los que menos", asegura el cocinero.

Actualmente Silabario tiene capacidad para 30 comensales y suele estar lleno, pero ni de lejos es imposible conseguir una reserva en una de sus mesas. "Lo de que no hay hueco por tener una estrella Michelín es una leyenda urbana. Para estas semanas estamos completos, pero para el fin de semana que viene o el siguiente todavía tenemos alguna mesita. Con 10 días o 15 días de antelación, no hay problemas".