Hace poco más de una semana, Pascual Cabedo recibió una llamada. Una llamada de auxilio. Al otro lado del teléfono estaba un viejo conocido, José Alfonso Soria, un agricultor de origen valenciano derrotado por las circunstancias. Harto de que los supermercados le pagasen sus sandías “a cinco céntimos el kilo”, el hortelano decidió tirar su cosecha antes que malvenderla a las grandes superficies y los intermediarios. “¡Esto es una ruina!”, exclamaba dolido el hombre. Sí o sí iba a perder dinero.
Pero cuando las primeras sandías de los 30.000 kilos producidos este 2024 empezaban a pudrirse en el campo, José Alfonso Soria se acordó de Pascual Cabedo. Recordó que antaño había conocido a este otro agricultor nacido en 1970 en Pedralba (Valencia) y se enteró de que había iniciado un proyecto para ayudar a salvar el campo español: la plataforma Europa Agricult Product (EAP).
Fue cuando José Alfonso marcó el número de Pascual, pues para un agricultor tirar su cosecha es como dar la espalda a un hijo pese a estar harto de que los intermediarios se aprovechen de la agonía de los agricultores españoles. Pascual Cabedo era su única esperanza. Su ángel de la guarda. Pascual habló con José Alfonso y decidieron poner a la venta las sandías.
“Y desde hace una semana no hemos parado de vender online, por toda España, las sandías de José Alfonso. Las hemos vendido casi todas y sólo quedan 500 cajas. En este caso, desde la plataforma las vendemos a 95 céntimos el kilo, de los cuales el agricultor se queda entre 30 y 40 céntimos”, explica a EL ESPAÑOL Pascual Cabedo.
José Alfonso Soria, aliviado, no sólo no ha perdido su cosecha de sandías o la ha malvendido a cinco céntimos el kilo, sino que está obteniendo un beneficio que le permitirá continuar con su labor en el campo gracias a la EAP. “Pero lo triste es que el 80% de los agricultores al final acaba aceptando los cinco céntimos que ofrecen los supermercados para comprar las sandías –en este caso–, porque si no venden al final se pierde todo”.
¿Por qué? “Por ejemplo, para que un agricultor de sandías obtenga un beneficio para seguir con su trabajo debe ingresar por kilo unos 25 céntimos. Pero claro, con la llegada de fruta del extranjero, los intermediarios y los supermercados pagan muy mal, a cinco céntimos. Por ello, los agricultores al final acaban cediendo porque si no lo aceptan, pierden la cosecha. Hay mucha vulnerabilidad del campo y la agricultura española y nadie los defiende”, denuncia Pascual Cabedo.
El agricultor Cabedo
Pascual Cabedo, de hecho, sabe de lo que habla. Él lo ha vivido en sus propias carnes. Desde hace 25 años el valenciano trabaja como agricultor. “Tengo varias tierras y en su momento empezamos a producir cítricos, frutas de hueso, hortícolas y, posteriormente, en los últimos 10 años producimos muchas frutas tropicales”, explica el empresario agrícola.
En este cuarto de siglo, el agricultor ha vivido –y sufrido– la degradación del sector agrícola. A su juicio, son muchos los problemas estructurales que han dañado las condiciones laborales en el campo. Y, en buena medida, entra en juego la competencia desleal al importar frescos procedentes de otros países de fuera la Unión Europea, cuyas producciones son más baratas y, por tanto, baja el precio de los productos españoles.
La diferencia es que en la Unión Europea se exigen unas condiciones fitosanitarias muy altas y, por ello, el coste de producción aumenta para los agricultores españoles. Sabedor de la dificultad de impedir que otros productos agrícolas extracomunitarios ingresen en el mercado español, Pascual Cabedo por lo menos ha querido que los productos europeos se diferencien. Por ello, inició hace tres años la plataforma Europa Agricult Product (EAP).
“Fue el inició de todo. Desde la EAP patentamos un logo que, visualmente, recuerda a la bandera de la Unión Europa –azul con estrellas amarillas– y que pone el nombre de la plataforma. Costó bastante, pero lo hicimos con el objetivo de que todos los productos españoles o de otros países de la UE, como Francia o Alemania, pusieran este logo distintivo en los etiquetados de las frutas”, desarrolla Pascual Cabedo.
¿Para qué? “Para que los consumidores sepan perfectamente, de un modo muy visual, de dónde proceden las frutas y verduras que compran. Los agricultores sabemos que muchos consumidores quieren comprar productos de proximidad, pero también sabemos que los etiquetados son muy vagos en España y a veces es difícil determinar la procedencia. Por eso se nos ocurrió esto. Le ofrecimos la idea a los supermercados y ellos te dicen palabras bonitas, pero luego no han querido aplicar el sistema”, confiesa el agricultor líder de la EAP.
Hacia la venta 'online'
En el último año, la EAP, con Pascual Cabedo a la cabeza, ha querido dar una vuelta de tuerca a la plataforma. Una plataforma que, según cuenta su fundador, tiene cuatro pilares fundamentales: “Garantizar a los agricultores un precio rentable; garantizar al consumidor que el origen del producto es español o europeo; garantizar la frescura; y garantizar una gestión muy eficiente para que los productos lleguen al consumidor final”.
“En otras palabras, queremos poner a los agricultores en el lugar que les corresponde, que son la piedra angular del sistema. Queremos cuidarlos para que tengan y tengamos una rentabilidad continuada en el tiempo para poder subsistir. Eso sí, siempre siendo justos y pidiendo compromiso a los agricultores. Por ejemplo, si el productor de sandías obtiene beneficio ganando 40 céntimos por kilo, tampoco podemos vender caro para que obtenga 60 céntimos, porque nadie compraría. Tiene que haber equilibrio en el sistema”, apuntala Pascual Cabedo.
La vuelta de tuerca mencionada, en este sentido, tiene que ver con la EAP ahora se ha alzado como intermediaria o “enlace necesario” entre el agricultor y el consumidor. Ahora vende online los productos de muchos agricultores para que se les pague la cosecha de un modo sostenible y por el que puedan obtener beneficios. Presentan, de este modo, una batalla a los supermercados y a sus ofertas. “Cada oferta de sandías que hay en el supermercado, hay un agricultor detrás llorando porque las ha tenido que vender a cinco céntimos el kilo”, dice Pascual, severo.
Por ello, desde finales del mes de mayo, Pascual Cabedo y los 15 participantes de la EAP ya han ayudado a 15 agricultores de toda España que, como José Alfonso Soria, estaban asfixiados y dispuestos a tirar la toalla. Cabedo dice que “ayudar” le ameniza “la gran carga de trabajo que está teniendo la plataforma”.
“Lo único que lamento es que aún somos pequeños y no podemos ayudar a todo el mundo. Tengo en mi bandeja de entrada 1.000 correos sin contestar porque no damos a basto. No quiero que esos agricultores crean que pasamos de ellos, sino que aún no tenemos la capacidad de atenderlos a todos, pero esperamos tenerla”, culmina. De momento, ya ha habido casos como el de José Alfonso Soria, quien está pudiendo dar salida a sus 30.000 kilos de sandía a un precio razonable gracias a Pascual Cabedo.