El gobierno tiene un frente más abierto con la nueva Ley del Deporte. Las indemnizaciones para los accidentes de deportistas que acaban incapacitados son muy inferiores a las necesidades que denuncian los afectados. El Consejo Superior de Deportes asegura a EL ESPAÑOL que ya trabajan en un reglamento específico para actualizar las cuantías, pero varios juristas y los abogados de los accidentados lo consideran innecesario y reclaman la aplicación de la nueva Ley del Deporte.

Un día te levantas pensando en el entrenamiento que te prepara para un mundial y a la hora de dormir estás en coma en la cama de un hospital y paralizado para siempre del cuello para abajo. El día era el 5 de mayo de 2023, el Campeonato Mundial de Gimnasia artística se acabó celebrando en octubre de ese año en Amberes, Bélgica; y el protagonista se llama Adrián Márquez, gimnasta granadino que ahora sufre una tetraplejía. Una carrera deportiva truncada, una familia volcada en el cuidado de su hijo y una lesión medular permanente que, según la Federación Andaluza de Gimnasia, merece 15.000 euros por toda indemnización.

A las siete y media de la tarde de aquel día Adrián se dirigía a una de las esquinas del tapiz para practicar por última vez la segunda serie con la que esperaba deslumbrar en el mundial. Seis mortales correctos, doble salto agrupado con el cuerpo replegado, salió ligeramente más tumbado de lo previsto y al acabar el doble salto mortal en carpa cayó con el cuello doblado y una vértebra se vio afectada. “Son movimientos muy rápidos, no te da tiempo a pensar. Había hecho la serie quince o veinte veces y esa era ya la última”, cuenta el propio Adrián desde Granada. “Ese día había tenido errores y había tenido que poner la mano, pero esta vez no me dio tiempo”.

Adrián Márquez antes de sufrir la lesión que acabaría con su carrera.

En aquella caída fatídica la vértebra C3 se desplazó y afectó a la médula espinal. El resultado: tetraplejía. “Cuando lo intenté vi que no podía levantarme ni moverme”, recuerda el granadino. En ese momento sufrió un ataque de ansiedad y para cuando arrancó la ambulancia ya había perdido la consciencia.

Es lógico pensar que este tipo de sucesos están perfectamente regulados y actualizados en una potencia deportiva internacional como España para asegurar la recuperación y el máximo bienestar de sus deportistas. Sin embargo, las federaciones deportivas y sus compañías aseguradoras siguen indemnizando según lo establecido en el Real Decreto de 1993, con cuantías aún estipuladas en pesetas. Esa es la directriz del gobierno a través del Consejo Superior del Deporte, que niega que en estos casos los deportistas queden desamparados: “Puesto que sigue en vigor la anterior normativa y son las federaciones y sus aseguradoras las que establecen la cobertura de los deportistas”. De hecho la Federación Andaluza de Gimnasia ofrece a Adrián 15.000 euros de indemnización a pesar de que la nueva Ley del Deporte ya había entrado en vigor meses antes de su accidente.

Varios juristas consultados, entre ellos el abogado de Adrián, Jaime Machado, disienten la posición del gobierno porque la nueva ley estipula claramente en el artículo 23.3 que las cuantías mínimas a indemnizar serán, como poco, “las del baremo establecido para la valoración de los daños y perjuicios causados en accidente de circulación”. Adrián, de hecho, ha demandado a la Federación Andaluza de Gimnasia porque “con 15.000 euros a esta familia no le da ni para la silla”, cuenta el letrado. “Su madre ha dejado su trabajo para dedicarse al cuidado de Adrián, han tenido que alquilar una casa adaptada a las necesidades de la silla de ruedas, comprar una cama articulada con colchón anti escaras, adaptar los baños de la vivienda, la rehabilitación del propio Adrián y muchas otras cosas que necesita una persona en esa situación”, cuenta el abogado. En total, reclaman cerca de 3 millones de euros “aplicando lo que dice la nueva Ley del Deporte”, recalca Machado.



Es una situación similar a la que están viviendo ahora otros deportistas como el piloto de motociclismo Carlos Tatay, parapléjico tras un accidente en el Campeonato de Europa de Moto2; o el ciclista Sergio Román, accidentado al chocar contra una furgoneta mientras entrenaba. Todos ellos dicen sentirse desamparados por sus respectivas federaciones deportivas que, en el caso de Tatay, responsabilizan a instancias superiores u ofrecen indemnizaciones que califican de irrisorias, como la de Román, inferior incluso a la que ofrecen a Márquez. 

Seguros deportivos

Incluso teniendo todo esto en cuenta pocos deportistas piensan en un seguro privado. Muchos no se lo pueden permitir -como la mayoría de los que compiten en los Juegos Olímpicos este verano de disciplinas minoritarias-, porque no todos los deportes hacen a sus practicantes millonarios; pero de entre estos últimos, ni siquiera todos se lo plantean a lo largo de su carrera y muchos menos lo hacen al inicio, a pesar de que es uno de los momentos más determinantes.

Álvaro Benito, exjugador del Real Madrid y líder de la banda Pignoise, sí lo pensó pero el infortunio llegó demasiado pronto. La historia está de sobra contada. Era su segunda temporada en el primer equipo del Real Madrid: “En tu segunda temporada en Primera División, como se conocía entonces, no piensas en seguros, las prioridades son otras porque eres muy joven”. En cualquier caso Benito había concertado cita con la aseguradora para empezar las negociaciones de su seguro “justo un par de semanas antes de la lesión”, recuerda Benito. Había quedado en verse justo una semana después, “pero llegó la llamada de la selección sub-21 y decidimos posponerlo todo”.



Aquella convocatoria le enfrentó a Eslovaquia en Las Palmas la noche del 12 de noviembre de 1996, cuando sufrió lo que se conoce como la tríada: rotura del ligamento cruzado anterior, el colateral interno y del menisco interno de su rodilla izquierda. Según ha contado él mismo, la operación posterior destrozó su carrera y, por supuesto, no recibió una indemnización acorde a lo que podría haber supuesto su lugar en aquel momento como titular del primer equipo del Real Madrid. “Después de la lesión hablé con los del seguro, pero claro, me lo aseguraban todo menos la rodilla”. Ahora, Benito tiene reconocida una incapacidad permanente para desarrollar su profesión.

Aparte de los seguros incluídos en las licencias federativas, las primas que han de pagar los deportistas que contratan un seguro privado se pactan con las aseguradoras como en cualquier otra rama. El montante a pagar depende de factores como el propio salario, la peligrosidad del deporte, la categoría en la que compiten, el estado físico o sus gastos profesionales y personales. Por ejemplo, un jugador de la primera plantilla del Real Madrid paga, según fuentes conocedoras, hasta 20.000 euros al año para estar asegurado ante cualquier incidencia y cobrar más de 10 millones de euros.

Adrián Márquez tras sufrir la lesión.

El caso del fútbol es, de hecho, paradigmático. Con un impacto total de más de 3.000 millones de euros -según la fundación España Activa- pocos futbolistas de máxima categoría deciden contratar un seguro privado más allá de lo establecido en el convenio colectivo de los jugadores de LaLiga. La Asociación de Futbolistas Profesionales, por ejemplo, tiene convenio con AON para ofrecer ese seguro a sus futbolistas. Sin embargo, en España los clubes están obligados a pagar el total de la ficha a los futbolistas en caso de lesión, de ahí que pocos se planteen el hecho de contratar un seguro privado.

Aunque hay excepciones en nuestro país, tal como cuenta Antonio Sanz, portavoz de Bahía Internacional, sobre todo entre las grandes estrellas: “Suelen optar por un seguro que complemente la parte de sus ingresos provenientes del marketing que dejarían de cobrar si estuvieran lesionados y no pudieran acudir a eventos o realizar campañas”. También recurren a los seguros los futbolistas que entran en su último año de contrato y “se protegen de posibles lesiones de larga duración que les dejarían fuera del mercado de fichajes”, explica Sanz.

“Excusas para no pagar”

En los seguros federativos las primas son la clave, según los juristas, en casos de incapacidades permanentes: “Es una cuestión de dinero. Totalmente”, asegura Jaime Machado. “El CSD y las federaciones están poniendo una excusa para no pagar”. Lo que hay detrás, dice Lucas de Ulacia, piloto parapléjico y presidente de la fundación Lucas18, es “el negocio de las federaciones deportivas a través de los seguros”. Lucas18 es la asociación que está asistiendo a Márquez y otros deportistas accidentados y proponen que se establezca “un único seguro obligatorio para todas las federaciones, tal como marca la ley, para cubrir todos los accidentes y no uno por cada una de las federaciones; aunque esto suponga que dejen de hacer negocio con ello”.

Aunque hemos visto a Fernando Alonso asegurar sus pulgares o a Iker Casillas hacer lo propio con sus manos, la fundación Lucas18 y los familiares de Adrián, Carlos y Sergio, reclaman al Consejo Superior de Deportes y a las federaciones deportivas la aplicación de la nueva Ley del Deporte para continuar con una vida personal que, dicen, desde los accidentes de los deportistas se ha complicado hasta límites muy dolorosos.