El Juzgado de Instrucción Número 19 de Madrid ha procedido a investigar a Nacho Cano y a otras tres mujeres relacionadas con la empresa de 'Malinche SL' por un supuesto delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y otro en contra de los derechos de los trabajadores. La jueza Iglesias Sánchez destaca, en primer lugar, la manera en la que entraron a España los 19 falsos becarios del exmiembro de Mecano. "Los investigados tuvieron ánimo de engañar o inducir error en las autoridades españolas a la hora de trasladar a los bailarines dentro de las fronteras nacionales", dice el auto resultado de las diligencias previas.
"Les recuerdo que viajarán en calidad de turistas. No deben mencionar en migración que van a estudiar", se desprende de uno de los mensajes enviados a los jóvenes mexicanos por parte de una de las investigadas. Una información que ya fue publicada en exclusiva por EL ESPAÑOL y que definen que la intención de la dirección de Malinche no era la de formar a los jóvenes en España de manera legal, sino que intentarían cambiar el estatus migratorio de los mexicanos meses después de participar en el supuesto programa de práctica.
Un programa junto a la Escuela de Artes JANA que en realidad nunca existió y que, según explicaron los investigadores a este medio, se intentó crear ex profeso para regularizar a los inmigrantes mexicanos. Razón por la que la Delegación de Gobierno en Madrid declinó las solicitudes el pasado mes de abril tras no poder comprobar la veracidad de la formación por "no quedar acreditado que los estudios objeto de la solicitud conduzcan a la obtención de un título o certificado de estudios".
En las diligencias de la magistrada Iglesias Sánchez se explica, además, que en ese momento los inmigrantes mexicanos quedaron en situación irregular mientras se les instaba a abandonar el país en un plazo de 15 días. Pero aporta, además, nueva información relativa al rechazo de la visa de estudios: Malinche SL habría transferido 8.400 euros de una cuenta de su titularidad a otra cuenta de la misma empresa con la intención de simular los pagos realizados a los falsos becarios para que estos pudieran recibir el visado correspondiente.
"Mediante este documento [el relativo a las transferencias bancarias] se acreditaría que los bailarines presuntamente becados nunca tienen disponibilidad de la supuesta "beca" con la que los investigados intentan justificar el traslado de los bailarines mexicanos a nuestro país y su permanencia en España a través de una solicitud de estancia por estudios, una vez superado el periodo de estancia de noventa días como máximo establecidos en la normativa vigente, al ser la propia asociación que transfiere el dinero la que resulta recibirlo como beneficiaria", sentencia la jueza en sus diligencias.
Becarios sin beca
A los pocos días de entrar en España simulando ser turistas, los supuestos becarios comenzaron a realizar ensayos de canto y baile, siempre de acuerdo con las investigaciones judiciales, con el fin de participar formalmente en el musical. En el informe policial, fruto de una investigación que comenzó en enero, tras la denuncia de una de las bailarinas, se insertan imágenes en las que los jóvenes mexicanos forman parte del elenco de la misma manera que los trabajadores formales.
En las diligencias previas dictadas desde Plaza de Castilla hay más: un mensaje de la supuesta encargada y supervisora de los jóvenes, una mujer mexicana de 52 años, en un grupo de WhatsApp: "Hola a todos. Dirección me acaba de decir que hasta el domingo que viene quiere que salgáis todos en función. Miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo. Gracias a todos". Hubo periodos, por tanto, en el que los falsos becarios formaban parte a diario del musical de Nacho Cano, a pesar de no tener contrato, ni visado de estudios o formación en vigor.
A los cuatro investigados se les acusa de estar lucrándose, a través de la compañía "Malinche The Musical Spain SL", de la actividad laboral de los mexicanos seleccionados. A quienes, tras un breve periodo de aprendizaje de canciones y coreografías, pasarían a trabajar en el musical, representado en el recinto ferial de IFEMA en Madrid, percibiendo una cantidad económica por ello (300 euros, primero; 500 euros, después) por debajo del convenio. Algunos de ellos han expresado que han tenido que recurrir a familiares y a ahorros personales para lograr subsistir cada mes.