Una tradición familiar. Generación tras generación, en la familia Casañas llevan la pasión por la cocina en la sangre. Una casa llena de libros de cocina, e incluso un recetario tradicional familiar hizo que dar el paso para adentrarse en el mundo de la cocina fuese algo natural para Mateu Casañas. Tal era la adoración por la cocina en la familia, que sus padres regentaban un bar, que a día de hoy sigue existiendo, donde el chef Michelin dió sus primeros pasos.

Tras su paso por el bar familiar, piso una cocina profesional por primera vez en el año 1997, en El Bulli, en Cala Montjoi. Y fue ahí dónde se conocieron los tres, Oriol Castro llegó en el año 1996 y Eduard Xatruch dos años después. Poco a poco la relación profesional se fue transformando en una relación de amistad, que continúa hasta día de hoy. El trío de chefs consideran como referente a nivel culinario a Ferrán Adriá, con el que se enamoraron del arte gastronómico. "Es el restaurante en el que más tiempo pasamos y donde nos formamos, desde un punto de vista de como entender el producto, como entender la creatividad, y entender en definitiva como cocinar", explica Mateu a EL ESPAÑOL.

Los chefs catalanes se consideran personas normales que tienen mucho respeto por los valores sobre los que se cimientan su proyecto, tanto a nivel individual como colectivo. "Somos un gran ejemplo de que tres personas que no son familia ni nada han podido crear un proyecto tan importante como Compartir y Disfrutar". A finales de 2011, en un viaje que realizaron los tres amigos por Estambul, y una vez el proyecto de El Bulli había finalizado, comentaron sus inquietudes a nivel profesional y las posibilidades que tenían para dar una paso al frente, paso que decidieron dar juntos.

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Fue entonces el la primavera de 2012 cuando nació Compartir, su primer restaurante en Cadaqués. La Costa Brava fue el lugar ideal para abrir Compartir, una zona donde abunda el trabajo en verano y en invierno está más sosegado. De esta manera, podían combinar, tanto el trabajo que realizaban en El Bulli, como el de la apertura del nuevo restaurante. Compartir nace del concepto popular "pica pica", típico en las casas catalanas. "Se pone comida en el centro de la mesa y vas picando poco a poco, e intentamos llevar ese concepto al restaurante". Un restaurante a la carta, en el que puedes pedir entre siete u ocho platos y así formar un pequeño menú para probar la cocina de los chefs. Y diez años después abrieron un segundo Compartir, pero esta vez en Barcelona.

En el caso de Disfrutar (Barcelona), su segundo restaurante, lo inaguraron en 2014 con la intención de que los clientes se lo pasaran bien y disfrutaran de una buena experiencia. A diferencia de su "primogénito", en Disfrutar los clientes no pueden elegir que platos quieren comer, únicamente se les da la posiblidad de escoger entre el menú clásico, con platos que los chefs consideran imprescindibles para conocer la casa y el menú festival donde incluyen sus nuevas creaciones culinarias.

Y precisamente con esta innovadora propuesta consiguieron posicionarse como el mejor restaurante del mundo este año, un galardón que les llena de orgullo y felicidad. Pero este no es el único premio que han ganado, también cuentan con tres Estrellas Michelin, "cuando recibimos la primera supuso una ilusión tremenda, al final es un galardón que todo el mundo que se dedique a la cocina sueña con él, ya cuando te dan dos es la repera y cuando te dan la tercera es el sueño de por vida", recuerda con felicidad Casañas.

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Oriol, Eduard y Mateu tienen claro cuáles son los mejores lugares de Cataluña para disfrutar de un buen manjar. Los chefs catalanes han compartido con este diario sus bares y restaurantes favoritos para desayunar, tapear, comer y cenar en su región de origen.

Desayuno

Para empezar el día los chefs se decantan por una pastelería tradicional, pero con una visión muy actualizada de los que es la pastelería tradicional. La Pastisseria Oriol Carrió, "más que un negocio donde ir a desayunar, es un lugar ideal para ir a recoger postres para celebrar un momento especial". Lo último que han disfrutado los chefs son las cocas de san juan.

Coca de crema.

Tapeo

Para tapear seguimos en la capital, concretamente en el barrio del Born, para disfrutar de unos buenos vinos en Vila Viniteca. A parte de tener una cartera de vinos realmente excepcional, es un pseudo bristró en el que puedes degustar quesos trabajados de forma impecable. Además de pasar un muy buen rato para conocer el mundo del vino y las conservas.

Selección de quesos, en Vila Viniteca.

Comer

Para comer nos dezplazamos a la provincia de Tarragona, al restaurante L' Esportell del Bou. El lugar ideal para ir con la familia y amigos y disfrutar de una buena calçotada. Otra gran opción se encuentra en Girona, el restaurante Cal Campaners, que trabaja exclusivamente con pescado fresco de la bahía de Roses, cocinado únicamente a la plancha o a la brasa.

Calçots.

Cenar

Esta fue la decisión que más les costó elegir, pero finalmente se decantaron por quedarse en Tarragona, en el restaurante Voramar Cal Vitali, con una cocina marinera tradicional con arroces. Un lugar ideal para disfrutar de una buena cena con vistas al mar y disfrutar de un buen atardecer.

Un plato de arroz del restaurante Voramar Cal Vitali.

Oriol, Eduard y Mateu son unos apasionados de la cocina, que intentan cada día hacer una búsqueda constante de técnicas y conceptos que abran nuevos caminos en este mundillo, tanto para ellos, como para el resto de compañeros de profesión.