La llegada del verano conduce a pensar en vacaciones, playa, montaña y actividades recreativas para desconectar de un invierno cargado de trabajo. Y ese poco tiempo libre que han tenido Los Mozos de Arousa entre las grabaciones de Reacción en cadena y sus proyectos personales lo han usado para viajar y disfrutar de la época estival.

Borjamina, Raúl y Bruno han disfrutado del verano por separado, cada uno en sus diferentes destinos, coincidiendo solo en el plató del programa de Telecinco, donde continúan imbatibles y en el que ya han ganado casi 2,3 millones de euros en más de un año de participación ininterrumpida.

Aunque si ha habido un momento del verano en el que los hermanos Santamaría sí que fueron juntos a un destino que se ha convertido en una tradición para ellos: “En julio tocó la escapada que ya es un clásico de cada verano junto a mi hermano Raúl y unos amigos al Parque Warner de Madrid”, comenta Borjamina. Que añade que no puede hacer muchos más planes porque desconoce cuánto tiempo estarán participando en el programa o el calendario de grabación de semanas posteriores, “por lo que tocará esperar para hacer más planes”.

Además, el mayor de los Santamaría aprovechó estas vacaciones para seguir con sus funciones como coordinador y cabeza visible de su organización, Arousa Moza. El gallego, junto a unos compañeros, viajó hasta Polonia para grabar un documental con refugiados ucranianos en el proyecto Futuro Sereno.

Mientras, su hermano Raúl coincide con Borja en que es muy complicado tener planes o poder organizar algo con tiempo por las grabaciones del concurso así que “los planes que tengo son los mismos que los del verano pasado, aprovechar cualquier hueco para descansar, desconectar y poder ir un rato a la playa”.

El tercer miembro del equipo, Bruno, también está exprimiendo su tiempo libre viajando todo lo que puede, pero, además, tiene un objetivo entre ceja y ceja, intentar sacarse el permiso de embarcaciones de recreo: “Ahora que domino la carretera, me quiero poner con el mar”, admite entre risas.

No obstante, si algo en lo que coinciden los tres es en lo complicado que es compaginar su vida personal con la ‘profesional’ como concursantes de Reacción en cadena, ya que las grabaciones les ocupan mucho tiempo, y eso que Telecinco ha dejado de emitir la edición de fin de semana, dándoles un poco de margen.

“Vamos conociendo el calendario de grabación con muy poca antelación y en ocasiones incluso se ve modificado. Ya nos ha pasado anteriormente el tener que cancelar planes a última hora”, explica Borjamina. Por eso, Bruno siempre coge un seguro de viaje que cubra el importe del mismo si al final no puede hacerlo, ya que “porque a veces se cambia alguna fecha de grabación por lo que sea, con lo que ya se te altera lo que ibas a hacer”. Raúl añade que pensar planes mientras están en el programa de Mediaset es muy complicado, ya que las escapadas tienen que ser casi improvisadas y de uno o dos días como mucho…

¿Playa o montaña?

Esa es la duda de todas las vacaciones, elegir una playa para descansar, tomar el sol y leer un buen libro, o evitar el calor y tirar hacia la montaña para rodearse de naturaleza y de un ambiente más fresco.

Mientras que en Reacción en cadena Los Mozos de Arousa tienen que poner de acuerdo en las respuestas para seguir acumulando dinero, en los destinos vacacionales no coinciden, y cada uno tiene sus preferencias.

Al vivir en Vilagarcía de Arousa, los gallegos tienen la playa al lado de casa durante todo el año para disfrutar de ella en su tiempo libre, por lo que en verano, Borjamina prefiere otros destinos: “Para unas vacaciones intento evitar la playa, que en Galicia, y concretamente en las Rías Baixas, las tenemos y muy buenas”.

Bruno Vila.

El gallego busca lugares diferentes que descubrir y perderse, y le da igual si son destinos rodeados de naturaleza o de asfalto y hormigón, totalmente urbanos, aunque, si se tiene que decidir por alguno de ellos, Borja lo tiene claro: “Sí que es cierto que desde que estoy en Reacción en cadena agradezco la tranquilidad de la naturaleza”, confiesa.

Su hermano Raúl apunta que él prefiere la playa, “aunque también me gusta conocer y explorar rutas por la montaña”. Y es que, además, como le gustan mucho los animales, acaba de acoger a un cachorro de cinco meses en una protectora llamado Golfo, “por lo que necesita pasear y correr mucho”, así que los destinos de campo son los elegidos por el gallego y su nuevo amigo.

Por último, Bruno tiene claras sus preferencias entre playa y montaña cuando tiene unos días libres en verano: “Soy de tomar el sol y leer en una tumbona”, admite el concursante, que disfruta de las playas gallegas, como la que tiene al lado de su casa en Vilagarcía de Arousa.

Sus destinos soñados

Los gallegos ya han acumulado casi 2,3 millones de euros en su más de 365 días que llevan participando en Reacción en cadena, por lo que les queda un amplio margen para invertir parte de ese dinero (el objetivo principal de su participación era tener un local para su asociación, Arousa Moza), en algún viaje con el que siempre han soñado a cientos de kilómetros de España.

Borjamina no duda, y elige Australia, pero por una razón de peso: “Tengo familia allí y me gustaría ir a verlos, pero mientras sigamos en Reacción en cadena va a estar complicado, ya que es un destino que requiere más que unos pocos días de viaje”. Algo parecido le sucede a Bruno, que le encantaría ir a Islandia, “pero creo que es un país que merece una estancia algo más extensa y en estos momentos no dispongo de tanto tiempo”, asegura.

Borjamina en Polonia.

Raúl, por su parte, es un amante de los parques de atracciones, por lo que parte de los más de 700.000 euros que le corresponderían del premio si cayeran eliminados los invertiría en viajar a Disneyland París, destino que tiene pendiente de ir con su pareja. “Y ahora, con el dinero que llevamos acumulado, quizás después de París tocaría visitar Orlando para valorar qué parque es mejor”, afirma entre risas. Otra opción, cuando sus obligaciones televisivas, laborales y políticas le permitieran, sería la de poder pasar un mes de desconexión en Tailandia, “pero con una mochila y a la aventura”, asegura el gallego.

Tras ver qué podrían hacer en el futuro, toca echar la mirada atrás para recordar esos veranos míticos de sus infancias, donde corretear por la playa, cumplir a rajatabla las horas de la digestión y dormir la siesta casi obligados era su guion aquella época.

El primero en pronunciarse es Borjamina, que asegura que no tiene un verano que recuerde especialmente en playa o montaña. “Pero sí que echo de menos todos aquellos en los que íbamos juntos en familia, con mis abuelos y Mina, nuestra perra (fallecida y en honor a ella se llama Borjamina), a alguna playa de la ría en la lancha de mi padre o todas esas mañanas de verano jugando con amigos por las calles de Vilaxoán, el bonito pueblo marinero en el que nos criamos”.

Su hermano Raúl recuerda que su mejor verano seguramente sea en el que tenía 12 años. Y es que en diciembre del año anterior sus padres, su hermano y él se habían ido a vivir a Málaga por motivos laborales de sus progenitores, dejando en Galicia a sus amigos y familiares.

Raúl Santamaría.

“Fueron siete meses largos y difíciles, en los que me tuve que adaptar a una nueva realidad. En verano pude volver a Galicia. Reconozco que fueron las vacaciones que más recuerdo porque fue el verano que más exprimí, el que más aproveché, porque sabía que al acabar, tenía que volver para Málaga”, recuerda. Raúl confiesa que no lo olvida porque la vuelta al sur tras las vacaciones estivales le costaron muchísimo, ya que sabía que no iba a volver a su Vilagarcía de Arousa natal hasta el año siguiente.

Y Bruno, si se tiene que quedar con un verano memorable en su vida, no lo duda: “El del 2008, era la primera vez que volaba en avión. Fue un viaje a Barcelona con mis padres por su cuarenta cumpleaños. Un gran recuerdo”.

Las vacaciones y la fama

Haber alcanzado la fama que han logrado en este año participando en Reacción en cadena también tiene un lado negativo que no les gusta y es que ahora, por ejemplo, reconocen que tiene que tener más cuidado con lo que comentan en la calle o en un restaurante porque “antes, al de la mesa de al lado no le interesaba tu vida, pero ahora puedes encontrarte con alguien que sí le puede interesar y escucha toda tu conversación. La semana pasada, por ejemplo, iba andando por la calle y alguien, desde un coche una persona me grabó. Eso es desagradable”, apunta Bruno

El gallego también destaca que ahora valora mucho más estar en su casa solo y aislado porque ahí nadie le está observando. En su día a día, los tres Mozos de Arousa han tenido que aparcar sus trabajos y estudios y les paran por la calle en todos lados, no sólo en Vilagarcía de Arousa, porque “salimos de allí y nos paran todavía más en otros sitios. Es lo que más percibimos”, reconoce Bruno.

Por eso, este verano, no pueden dar un paso por algunas zonas de España sin que alguien les pare, les pida una foto o comente sus actuaciones en algunas de las pruebas de Reacción en cadena, pero Bruno, por ejemplo, tiene un truco para pasar desapercibido: “Nada que unas gafas de sol y una gorra no puedan arreglar”, ya que, la fama le ha dado “una mayor autoestima, amistades, dinero e independencia”, pero le ha quitado intimidad. 

Los Mozos de Arousa.

Sus compañeros coinciden con él, como Borjamina, que admite que “sí que es cierto que el ser conocido no ayuda para desconectar y pasar desapercibido”. Y es que basta con que una persona le pida una foto para provocar una ‘reacción en cadena’ para que las personas que le rodean o bien le reconozcan o bien decidan acercarse para observar a ese famoso con el que la gente se hace fotos sin parar.

Por último, Raúl asegura que la fama le ha dado una experiencia nueva, conocer gente que seguramente de otra forma no habría conocido, y mucha visibilidad, ya que, probablemente le ha servido para ser más visible en la política. Pero todo tiene su parte negativa: “La fama te quita intimidad, estás mucho más expuesto y te obliga a estar más pendiente de todo lo que haces o todo lo que dices”, admite.

Y eso hace que irse de vacaciones sea mucho más complicado este 2024 que otros años: “Es cierto que viajar por España es un poco más complicado, porque la gente ya nos conoce y nos para, nos piden fotos y eso hace que la intimidad o la desconexión cueste conseguirla. Por eso si podemos nos gusta visitar otros países. Aunque también da mucha satisfacción ver el cariño que nos tiene la gente dentro y fuera de Galicia”, concluye.