Los amigos de Melani le organizaron una despedida de soltera con toda la ilusión del mundo, a caballo entre La Manga y Cabo de Palos, pero al llegar a la vivienda que alquilaron en Booking, previo pago de 720 euros por un solo día, se encontraron con el que bien podría denominarse: 'El piso de los horrores'. Así lo admite la propia Melani a EL ESPAÑOL, directora técnica de una ITV, de 30 años, y cuya boda se celebrará el próximo 2 de noviembre: "Cuando vi la casa me dio un bajón".
La anfitriona hace la siguiente descripción del piso que oferta a través de Booking en la Urbanización los Geranios de Cabo de Palos que cuenta con zonas verdes y una piscina: "La característica especial que hace que mi alojamiento sea único es la hospitalidad, amabilidad y respeto con el que trato a mis clientes. La limpieza y su ubicación que está a 50 metros del puerto y de los centros de buceo. Tiene aparcamiento gratuito en la misma puerta y cada habitación tiene su baño [...]".
Pero la realidad con la que se topó esta prometida y su grupo de amigos fue bien distinta: había cucarachas en varias estancias -unas vivas y otra 'momificadas'-; el suelo y los enseres de la cocina estaban pegajosos; se quedaron una hora sin luz; las sábanas de las camas tenían manchas y pelos del perro de la dueña del piso; el microondas albergaba un tupperware con queso que debía llevar allí desde el Pleistoceno porque estaba recubierto de moho, era de color verde tipo alienígena y su olor nauseabundo; en medio del salón había una bicicleta y recipientes de comida vacíos...
Tal listado de deficiencias viene expuesto en un escrito de reclamación presentado a Booking y al que ha accedido este diario. "Mi despedida de soltera fue anecdótica como poco", se lamenta la afectada: Melani. "Mi novio se puso a buscarme casas para que nos cambiásemos, pero nos pedían demasiado dinero en pleno agosto". De forma que el pasado sábado les tocó lidiar con ese panorama y la guinda: una casera con espíritu okupa porque una vez arrendado el inmueble, trata de colarse a hurtadillas por la noche, para 'planchar la oreja' con sus huéspedes dentro de la vivienda.
"La casera intentó entrar al piso para dormir", tal y como denuncia esta treintañera. "Tuvimos que poner dos sofás para atrancar la puerta y escuchamos cómo esta señora trató de abrirla. Yo me quedé en la cama asustada. No sabíamos qué era capaz de hacer porque es una persona que no conocíamos de nada". De hecho, grabaron a la dueña del piso que alquilaron en Cabo de Palos, merodeando por el residencial en plena madrugada.
Este disparatado episodio viene detallado en la reclamación presentada ante la plataforma de reservas on line y lo suscribe Ángel: amigo de la prometida y encargado de alquilar el piso para un grupo de diez personas. "Nos acostamos y empezamos a escuchar cómo intenta forcejear la puerta para entrar y vemos cómo la manivela se mueve, intentando abrir la puerta", según expone Ángel. "La dueña desiste, pero al rato vemos cómo estaba apoyada en un coche, mirando fijamente la casa".
"Sabemos que la dueña seguía ahí toda la noche porque su perro no paraba de ladrar. Más o menos serían las 5 o 5.30 de la madrugada. Hemos dormido atemorizados porque no sabíamos de qué era capaz esa señora, ya que, en varias ocasiones, los vecinos nos advirtieron de que no se encuentra en todos sus cabales".
Este escrito lo acompañan con fotos y vídeos que ilustran este reportaje, para denunciar que la propietaria del inmueble no se marchó del residencial durante toda la estancia, privando de intimidad a sus inquilinos. "Esto sería aproximadamente a las 4 de la madrugada. Nos damos cuenta de que Elisa no había abandonado el recinto y que estaba durmiendo sobre el suelo, en la zona de la piscina", tal y como detalla Ángel en su reclamación. "Ya bastante atemorizados, nos fuimos al alojamiento, cerramos todo y tuvimos que poner los dos sofás atrancando la puerta".
Melani insiste en que pasó "miedo" durante su estancia. "Cuando íbamos a ducharnos para salir de fiesta, la luz se nos fue durante una hora y la casera no respondía a nuestras llamadas. Entonces, un vecino bajó al sótano a ayudarnos con el cuadro eléctrico y nos dijo que era una mujer problemática. En ese momento, buscamos reseñas y había comentarios de clientes que denunciaban que la casera trataba de dormir con los inquilinos".
- ¿Qué hicieron al leer eso?
- Melani: La casa era regulera. Era como para tomarte un chupito de tequila para estar allí dentro. El frigorífico olía mal, con fruta y verdura podrida: daba asco el olor que salía. Yo me bañé con chanclas para no pisar la ducha porque el suelo estaba sucio. Encima de las sábanas de las camas pusimos toallas para dormir... No era fácil encontrar otro sitio en pleno agosto para tantas personas y en Booking nos dijeron que solo nos devolvían el dinero en caso de incendio, de inundación, de que la casa anunciada no existiera o si la anfitriona aceptaba la cancelación de la reserva.
- ¿Y trataron de cancelarla?
- No parábamos de llamarla, pero ella no nos respondía. yo intenté no darle vueltas a la situación porque veía a todo el mundo agobiado y decidimos quedarnos porque solo íbamos a pasar una noche.
Ni las cucarachas iban a arruinarle una despedida de soltera que arrancó con una idílica salida por La Manga, a bordo de un velero en el que disfrutaron de una buena comida. De modo que salieron a bailar y tomar unas copas por Cabo de Palos, pero al regresar se produjo el incidente okupa con su anfitriona de Booking. "La casera tenía el coche estacionado delante de la casa, con una maleta, como si fuera a dormir dentro", según recuerda Melani. "Estaba todo el rato dando vueltas por el residencial".
Su anfitriona, Elisa, seguía por la zona pasadas las cuatro de la madrugada, cuando lo lógico sería que estuviese pernoctando fuera del residencial, cuyo inmueble oferta para su alquiler en Cabo de Palos: una de las joyas del litoral de Cartagena por sus calas y sus fondos marinos para los aficionados al buceo. "Cuando entramos al piso atrancamos la puerta con los sillones", apostilla esta treintañera.
- ¿Por qué tomaron esa decisión?
- Melani: Como los vecinos nos dijeron que la casera se metía a dormir en el piso que alquilaba y leímos las reseñas, dejamos unas chanclas pegadas a la puerta antes de marcharnos de fiesta. Al regresar, vimos que estaban desplazadas: alguien había entrado en la casa mientras estábamos en la discoteca. Después de atrancar la puerta, vimos a través del cristal la silueta de alguien que intentó entrar. Así que a primera hora de la mañana del domingo nos marchamos, antes de agotar el tiempo de estancia.
Booking es una compañía de reservas a la que recurren un millón de personas a diario y ya se ha disculpado por lo sucedido durante la despedida de soltera de la murciana Melani: "Lamentamos profundamente todos los inconvenientes que han experimentado durante su estancia en el alojamiento reservado a través de nuestra plataforma. Hemos revisado detenidamente su relato y comprendemos la gravedad de la situación a la que se enfrentaron".
Incluso incluyen en su respuesta una 'indemnización' por la calamitosa estancia que les causó su anfitriona y dueña del inmueble: "Como gesto de compensación, por las molestias y el estrés causado, queremos ofrecerles un crédito de 122 euros en la billetera virtual que podrán usar en futuros viajes a través de nuestra plataforma".
Esta compensación no es suficiente para el grupo y así se lo ha hecho saber Ángel en un segundo escrito a la compañía: "Agradezco de antemano la predisposición para buscar una solución en forma de compensación. Aún así, me parece insuficiente para la experiencia que he narrado. La dueña tiene problemas psicológicos y la casa se encontraba en unas condiciones avanzadas de insalubridad. Había comida podrida tanto en el frigorífico como en el microondas y en la basura".
"La dueña nos acosó durante toda la estancia y encima tenemos sospechas y confirmaciones de los vecinos de que fue ella quien nos cortó la luz". "Booking debería ser conocedor de la situación de cada uno de sus anfitriones para que no pase ninguna desgracia. Quién nos niega a nosotros que, cuando la dueña se quedaba mirando la casa a las 5 de la madrugada no tenía otras intenciones…".
"Hemos puesto en riesgo nuestra seguridad y salud, hospedándonos en ese alojamiento [...]. Vosotros sois los que dais la cara por el alojamiento y quienes tenéis que garantizar la seguridad de todos los huéspedes. Hubo un momento en el que realmente temimos por nuestra integridad y consideramos que tanto las condiciones del alojamiento, como las condiciones mentales de la dueña, no se cubren con una compensación de 122 euros. Además, nos hospedamos un grupo de 10, por lo tanto, pedimos que el rembolso del dinero sea en la cuenta bancaria de la reserva".
"Vuelvo a señalar la gravedad del asunto y en las condiciones de insalubridad en las que se encontraba el alojamiento", según insiste Ángel en su reclamación. "La cocina y todos sus electrodomésticos estaban inutilizables, debido a la gran cantidad de alimentos podridos o suciedad que contenían. De las 4 habitaciones que tenía, solo 1 de ellas tenía las sábanas limpias, las demás estaban llenas de polvo, cucarachas muertas y pelos de perro sobre las camas. De los dos baños, uno olía a tanta humedad que era prácticamente imposible pasar más de 5 minutos en su interior".
Tan traumática ha sido la experiencia de su despedida de soltera que Melani ha decidido conceder una entrevista a EL ESPAÑOL, para evitar que otras personas alquilen este piso en la Urbanización de los Geranios en Cabo de Palos y que sus vacaciones se conviertan en un infierno: "La plataforma no ha retirado el anuncio y las fotos no responden a la realidad".