Álex tenía antecedentes contra la seguridad vial por un accidente de tráfico que causó en 2017 -cuando iba borracho al volante- y que le supuso la retirada de su carné de conducir durante dos largos años. Pero de nada ha servido aquella condena por vía penal porque Álex ha vuelto a las andadas al volante: ahora le investigan por otros dos nuevos delitos cometidos en la carretera y donde las víctimas son menores de edad.
En concreto, desde la madrugada del domingo 25 de agosto, cuando este ciudadano boliviano, de 48 años, al volante de una furgoneta Peugeot Partner, tuvo la sangre fría de abandonar a su suerte a Iván, de 17 años, y a su novia, Sonia, de 16 años, mientras se desangraban sobre el asfalto de la Avenida de la Ñora, tras reventar el patinete eléctrico sobre el que se desplazaba esta pareja de novios.
A pesar de su historial al volante, Álex ha quedado en libertad provisional con la obligación de comparecer en los juzgados, mientras que Iván y Sonia continúan hospitalizados con respiración asistida. La pareja de adolescentes suma diez días ingresada en La Arrixaca de Murcia, peleando por sobrevivir a un accidente de tráfico que deja en entredicho la tibieza de la legislación española en materia de seguridad vial.
De hecho, tanto Erik, padre de Iván, como Miguel, el padre de Sonia, se sienten "indignados" por esta decisión judicial. Tanto es así que sus abogados, Verónica Ene y Sergio Marco, ya han recurrido la puesta en libertad del conductor que supuestamente atropelló a sus hijos. Los letrados buscan su ingreso en prisión y argumentan ante el Juzgado de Instrucción número 4 de Murcia que Álex G. B. actuó aquella noche con una "maldad intrínseca" al volante, al huir del lugar de un siniestro vial, sin prestar auxilio a dos víctimas que estaban agonizando: Iván y Sonia.
"A mi hija le quitaron el tubo respiratorio y la pobre solo aguantó media hora. Estamos a expensas de que decidan si le hacen una traqueotomía y no sabemos si le tendrán que perforar un pulmón porque tiene líquido", tal y como detalla Miguel, sobre el último parte médico de Sonia. "A mi hijo le han tenido que hacer una traqueotomía y una prueba de estímulos cerebrales: mi mujer está destrozada", sentencia Erik, el padre de Iván."No sabemos de dónde sacan las fuerzas estos niños: son increíbles. Nosotros vamos a seguir en el hospital, al pie del cañón, hasta que salgan de aquí".
A falta de que la Policía Local de Murcia elabore un atestado definitivo, todo apunta a que se produjo un choque frontal entre la furgoneta y el patinete eléctrico en la Avenida de la Ñora: una vía de doble sentido, separada con línea continua y con iluminación. El atestado policial será clave para aclarar de quién es la responsabilidad en la colisión y para determinar si Álex cometió más delitos, al margen de los dos por los que ya se le investiga de lesiones imprudentes y omisión del deber de socorro, lo que endurecería mucho las penas de cárcel a las que se podría enfrentar.
Prueba de ello es lo que expone el auto judicial que deja en libertad con cargos a Álex G. B. (Bolivia, 1975): "No está claramente determinado, en este momento procesal, el punto exacto de la colisión, por la ausencia de marcas viales de los vehículos implicados, lo que dificulta atribuir claramente la responsabilidad del accidente".
Hasta ahora las versiones de ambas partes son diametralmente opuestas. El conductor de la furgoneta culpa a los menores de colisionar contra la Peugeot Partner que le prestó un amigo para hacer unos recados. Así lo afirmó Álex en el juzgado, antes de salir a la calle por la misma puerta por la que entró detenido: "Yo iba por mi carril, normal, de pronto sentí un golpe en el cristal frontal del lado izquierdo".
Tal versión contrasta con la que sostiene la acusación particular que asegura que este ciudadano boliviano supuestamente atropelló a la pareja de menores, tras invadir el carril por el que circulaba Iván, a bordo de su patinete, cuando se disponía a llevar a casa a su novia, Sonia, desde el Rincón de Beniscornia hasta La Albatalía: dos pedanías murcianas separadas por apenas 4 kilómetros y que están conectadas por la Avenida de la Ñora.
"A diferencia de lo valorado en el auto, consideramos que el hecho de que no existan huellas de frenada alguna, evidencia que el conductor ni siquiera se molestó en pisar el freno para evitar el atropello; precisamente, porque no estaría muy pendiente en la conducción", tal y como exponen en el recurso suscrito por los letrados Verónica Ene y Sergio Marco.
"Asimismo, resulta relevante que los cuerpos fueran recogidos junto a la acera de su carril de circulación, por lo que se entiende, a priori, que el vehículo del investigado invadió el mismo. También es importante la información que puedan arrojar las huellas de rozadura de neumático, que a lo largo de unos 20 metros existen en el bordillo del carril de circulación de las víctimas, lo que a todas luces parece corresponder al vehículo causante del accidente y que quizá, podrá informar sobre la velocidad de éste".
El atestado definitivo de la Policía Local deberá aclarar si Álex invadió el carril por el que circulaba la pareja en el patín eléctrico y a que velocidad iba con su furgoneta -por una avenida con tramos limitados a 30 kilómetros por hora-. Tales datos son importantes para dilucidar si hay que ampliar el número de delitos de la causa contra este ciudadano boliviano.
La mencionada cuestión se recoge en el recurso del bufete MMB Abogados, al tiempo que también hace hincapié en la posibilidad de que el conductor de la furgoneta abandonase el lugar del accidente porque iba bebido al volante, a la vista de que en el test de alcoholemia que se le practicó tras entregarse doce horas después del siniestro, llegó a arrojar 0,07 miligramos de alcohol. A lo que se suma el historial de Álex: el Juzgado de lo Penal número 4 de Murcia le condenó como conductor responsable de un siniestro vial en el que dio positivo en bebidas alcohólicas y se le retiró su permiso de circulación desde enero de 2018 hasta marzo de 2020.
Así lo exponen los letrados: "Quedando pendiente la conclusión del atestado para determinar la más que posible concurrencia de un delito contra la seguridad vial, por exceso de velocidad y falta de atención en la conducción, pues según ha manifestado el propio investigado, iba cansado, no se dio cuenta del vehículo (a pasear de que lleva luz frontal), continuando circulando después de un gran golpe que fractura la luna de la furgoneta y le hace perder una pieza del motor, según se puede apreciar de los daños en su vehículo. Lo cual hace sospechar, cuando menos, de la merma de sus facultades para estar pendiente de la conducción".
"Por otro lado, resulta cuanto menos extraño, la ruta elegida para acudir a su vivienda en Alcantarilla, así como la ambigüedad y falta de concreción en su declaración, al ser preguntado de dónde venía y qué estuvo haciendo, (recados, por muchos sitios, dando vueltas), pues teniendo en cuenta la hora de los hechos (1.24 de la madrugada) y que según el atestado, el investigado tiene antecedentes policiales por dos hechos contra la seguridad del tráfico (siniestro y embriaguez), no es descabellado pensar que tenía interés en ocultar la merma de sus facultades para conducir, destruyendo, con su huida, las principales fuentes de prueba de lo sucedido".
La cámara de seguridad de una vivienda le grabó circulando por la Avenida de la Ñora, a la 1.18 de la madrugada del domingo 25 de agosto. Y catorce minutos después, a la 1.32, esa misma cámara le registró circulando en dirección contraria sin un embellecedor de la furgoneta, es decir, huyendo del lugar donde se acababa de producir el siniestro vial. Pero a pesar de esta prueba, Álex llegó a afirmar al juez que no sabía que se había llevado por delante un patinete eléctrico con dos adolescentes:
"No sabía qué pensar y continué circulando. Más adelante, unos diez minutos después, empecé a tener curiosidad de lo que había pasado. Regresé [a la Avenida de la Ñora] y vi que había gente en la carretera, con una persona que estaba en el suelo y gente reunida. Iba rápido, me entró miedo y me marché. Todo lo vi muy rápido. Me entró miedo de que la gente pudiera tomar represalias". Tal explicación es puesta en duda por los abogados de las víctimas porque el móvil de Sonia quedó alojado en su parabrisas, de forma que insisten en que huyó del lugar para "encubrir" el atropello.
"Es cierto que su ambigua y parca declaración, unido al hecho de la fuga a toda velocidad y que sobre su parabrisas quedase el teléfono y el DNI de una víctima; así como los graves daños a su vehículo, hacen dudar de que fuese un golpe menor, del que no pudo saber que había sucedido; sino que más bien son indicios de la voluntad de encubrir un delito grave contra la seguridad vial". Incluso los letrados Verónica Ene y Sergio Marco muestran "dudas" sobre la participación de más personas en el atropello, tras confirmarse que Álex no era el dueño de la furgoneta, ya que les parece poco verosímil que estuviese haciendo recados de madrugada.
Los abogados de los padres de las víctimas solicitan la "prisión provisional" para Álex porque consideran que "debe tenerse en cuenta la gravedad y la trascendencia del abandono del lugar del accidente que no omisión del deber de socorro, cuyo delito, introducido por la Ley Orgánica 2/2019, lo que quiere sancionar es la maldad intrínseca en el abandono de quien sabe que deja atrás a alguien que pudiera estar lesionado o incluso fallecido, la falta de solidaridad con las víctimas [...]".
El recurso del bufete MMB Abogados contra el auto de libertad del conductor también se apoya en el riesgo de fuga que existe a juicio de Verónica Ene y Sergio Marco, debido a que se trata de un inmigrante boliviano, cuyo arraigo en España es una habitación alquilada en un piso compartido con un amigo, su trabajo de jornalero agrícola depende de una empresa de trabajo temporal y está divorciado. Además, los letrados alertan de que no es descartable que reincida en su conducta al volante porque no ha surtido efecto la retirada del permiso de conducir que sufrió años atrás.
"El investigado ya estuvo detenido como conductor responsable en un siniestro vial, en el que conducía bajo los efectos del alcohol y ha tenido pérdida de vigencia del permiso de conducir hasta el 12 de marzo de 2020, por lo que además de dejar clara su reincidencia, se desprende, la posibilidad de que vuelva a conducir un vehículo -a pesar de la retirada cautelar del permiso de conducción- y que vuelva a ser protagonista de un accidente, con las gravísimas consecuencias que ha tenido el que es objeto de autos, por lo que procede acordar su prisión provisional comunicada y sin fianza, para garantizar que no siga siendo un peligro para la seguridad del tráfico, tanto rodado como peatonal".
"Pero también tiene que tener presente que los hechos realizados por el investigado son de gravedad manifiesta, que han provocado que dos jóvenes menores de edad, se encuentren hospitalizados en la UCI, con el consiguiente dolor a las familias y conmoción social que conlleva".