Desde que es niño, David Cuadrado (Madrid, 2003) ha crecido rodeado de ordenadores. Sus padres, Miguel Ángel y María Luisa, son informáticos y el joven ha mamado en casa la pasión por ese mundo cibernético y digital. Casi de manera inconsciente, aparte de por los gustos propios que ha desarrollado, el madrileño decidió seguir los pasos de sus padres. Por ello, el chico empezó a estudiar hace tres años el Grado en Ingeniería del Software.

Esta carrera, como otros estudios universitarios o ciclos de formación profesional, abre las puertas para acceder al trabajo del presente y el futuro: programador. Y David lo sabe, por ello está cursando su grado, porque tiene claro que, gracias a él, podrá llegar a un sector con 100% de empleabilidad. De hecho, según el Mapa de Empleo realizado por la Fundación Telefónica, en España hay 55.400 ofertas laborales relacionadas con profesiones digitales, entre las que se encuentra programador o desarrollador software.

Precisamente ese es el trabajo más demandado en España, con 9.676 vacantes regadas por todo el país. Además, no sólo es una profesión con una gran empleabilidad, sino que los salarios medios de programador o desarrollador software van desde los 30.000 hasta los 40.000 euros brutos anuales, según varios portales consultados por EL ESPAÑOL. La demanda de estos perfiles profesionales es creciente, así como sus buenas condiciones.

Los alumnos de la U-tad en una clase. Cedida

Pese a ello, desde el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital (U-tad), universidad en la que estudia David Cuadrado, explican a este medio las múltiples formaciones que permiten a cualquier persona ser programador. Una profesión que, por cierto, ha celebrado este jueves su día mundial. Pero, como se viene contando, no hay una única vía para llegar a ella.

“Las formaciones que habilitan para desarrollar la carrera profesional como programador pueden ser ciclos formativos de Grado superior o Grados universitarios. Dentro de los primeros, señalar los ciclos formativos de grado superior en Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma y en Desarrollo de Aplicaciones Web”, explica a este diario Alfonso Castro, coordinador académico del grado en Ingeniería del Software de la U-tad. Un Grado que, junto a la tradicional Ingeniería Informática, también permite alcanzar el trabajo de programador.

La trayectoria de David

David, no obstante, cuando tuvo la oportunidad de elegir la carrera que quería estudiar se decantó por Ingeniería del Software en detrimento de lo que habían estudiado sus padres: Ingeniería Informática en la Universidad Politécnica de Madrid. “Lo hice porque, en teoría, mi carrera tiene un enfoque más práctico y no tantas asignaturas de memorizar, que no me gustan mucho. De hecho, mis padres me contaron que ellos lo pasaron mal cuando estudiaron porque había mucha teoría y poca práctica. No como ahora”, se sincera David Cuadrado.

El chico reconoce que era algo natural que acabase estudiando alguna carrera de ciencias. Cuenta que cuando estudiaba en el IES José García Nieto, situado en Las Rozas de Madrid, sus asignaturas preferidas siempre fueron las de ciencias. “Aunque tuve una media alrededor del siete, en general, casi nunca suspendía. La que tuve que recuperar un par de veces fue Lengua, que no se me daba tan bien”, recuerda el chico.

El estudiante, David Cuadrado, programando. Cedida null

Lo suyo con las asignaturas de ciencias como Física y Química, Matemáticas o Tecnología era un idilio. Esos gustos le formaron para estudiar ahora con ilusión y ser de los mejores de su promoción, como ha explicado su universidad. Acaba de empezar su último curso, en cual hará prácticas y, a partir de ahí, comenzará a despegar laboralmente.

“No creo que estudiar un máster, a priori, sino que me apetece empezar a trabajar y más adelante ya veremos. Me gustaría trabajar como desarrollador web en alguna empresa o, a lo mejor, mezclar la Inteligencia Artificial y las finanzas, que es un mundo que me llama mucho la atención. Lo que tengo claro es que quiero trabajar. Por ello descarté otras carreras como Física o Matemáticas, porque para empezar a trabajar tras estudiarlas pasan muchos años”, cuenta el universitario.

La buena empleabilidad

David Cuadrado, en este sentido, tiene claro su meta: el trabajo rápido y bien remunerado. Algo que, según los datos del sector de empleabilidad, será fácil de conseguir. Ejemplo de ello sería Juan Carlos Ávila, un compañero de su universidad recién graduado, es decir, está una promoción por delante de David.

Juan Carlos, de esta manera, se graduó el pasado 8 de junio. Dos días después, el 10, ya tenía un trabajo fijo relacionado con su carrera. No tuvo que esperar ni 48 horas para acceder al mercado laboral. Es más, este universitario madrileño ni siquiera había terminado la carrera y ya se lo rifaban, al igual que al resto de estudiantes que se gradúan del Grado en Ingeniería del Software.

Juan Carlos Ávila acaba de graduarse en el Grado en Ingeniería del 'Software'. Cedida

Lo que está claro es que tras cuatro años cursando una carrera que ha costado cerca de 41.000 euros, Juan Carlos Ávila ha conseguido el título de Ingeniero del Software, lo que le ha abierto el camino laboral. Ha sido contratado como indefinido “con seis meses de prueba” en la empresa Stratesys. Será Functional Analyst y, aunque de momento lleva poco tiempo, el recién graduado cuenta que se siente “muy cómodo y preparado”. “Todo lo que tengo que hacer ya lo había visto en mi carrera y en prácticas anteriores”, añade.

Pregunta.– Juan Carlos, ¿explique de manera sencilla en qué consiste la carrera de Ingeniería del Software?

Respuesta.– Un ordenador se compone de dos cosas: el hardware y el software. Y yo siempre digo que, en un símil con el cuerpo humano, equivalen al cuerpo y al cerebro. Pues bien, yo me dedico a enseñarle al software, al cerebro del ordenador, a aplicar soluciones lógicas a los problemas. A hacer que el ordenador realice ejecuciones lógicas en función de los que le pedimos. En eso consiste mi carrera, en resumen.