El grupo de adolescentes llevaba flores, velas y lucía camisetas con el número 15 mientras se dirigía hacia la caseta de socorrismo de la playa de El Mojón. Los chavales caminaban con la emoción contenida, marcada por la amargura y la indignación de saber que este 2 de agosto se cumplían dos años del fallecimiento de su querido amigo Álvaro, aplastado por la citada caseta, pero a fecha de hoy sigue sin fijarse una fecha para que se celebre el juicio donde tiene que responder por la muerte de este chico, de 18 años, toda la cúpula del Servicio de Protección Civil de San Pedro del Pinatar: su jefe, su coordinador, y el responsable del área operativa.
"La Audiencia Provincial desestimó el recurso de los investigados en mayo y aún seguimos si saber cuándo se celebra el juicio: ¡Ya está bien de esperar que son 2 años!", clama con impotencia Altagracia García, la madre del difunto Álvaro. Un adolescente que en el verano de 2022 se matriculó en Magisterio de Educación Física y que aspiraba a convertirse en profesional del fútbol sala, por su agilidad bajo los palos, luciendo el dorsal número 15 con ElPozo Murcia Fútbol Sala o el Futsal Paulo Roberto.
Pero todos esos sueños se fueron al traste cuando se desplomó el Puesto Lima 1 de Salvamento de la playa de El Mojón, la madrugada del 2 de agosto de 2022, cuando Álvaro estaba sobre la pasarela junto a un amigo y dos amigas. Para la Guardia Civil está claro que la caseta de socorrismo se vino abajo por deficiencias en su montaje. Así lo expone el Instituto Armado: "En las seis imágenes del presente informe, se observa la terraza del puesto de socorrista. En las fotografías, no se observa ningún tipo de puntal o vigas de apoyo que apuntalen la terraza a la plataforma de hormigón".
Tan solo falta que se fije la fecha para celebrar el juicio, para que Altagracia, su marido, José, y sus dos hijos, puedan vivir el duelo de la muerte de Álvaro sin el nudo en el estómago que les ahoga a diario: ser conscientes de que los responsables del montaje del Puesto Lima 1 de Salvamento continúan con sus respectivas vidas, sin responder ante la Justicia por las consecuencias mortales que tuvo para un chico, de 18 años, el supuesto error que cometieron con una caseta que estaba sin anclar.
"Este tema judicial de seguir sin la fecha del juicio, sin ninguna señal del Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar, cuándo ya han pasado dos años: nos indigna, enfada y nos provoca cada vez más rabia", según reflexiona Altagracia, sobre el panorama que afronta la familia. "Me gustaría que pagaran toda su responsabilidad, sin ningún tipo de miramiento. El no hacer bien su trabajo ha tenido unas consecuencias muy trágicas, horrorosas y horribles para toda nuestra familia".
Sara Megías, abogada de los padres de Álvaro, lamenta la dilación que suma el proceso: "No tenemos ni acusación de la Fiscalía ni fecha de juicio y presenté un escrito de impulso antes de las vacaciones". Sin embargo, el periodo vacacional ha finalizado, el mes de septiembre afronta su recta final y el Juzgado de Instrucción número 4 de San Javier no fija en el calendario la vista que debe juzgar la muerte de un adolescente que causó una honda conmoción en todo el país.
El escrito presentado por la letrada del bufete MMB Abogados le recuerda al juzgado que los tres investigados ya han agotado todos sus recursos y deben sentarse en el banquillo de los acusados: "Por medio del presente escrito, dada cuenta de la firmeza y contenido del auto número 271 dictado por la Sección número 5 de la Audiencia Provincial de Cartagena, así como del último escrito presentado por esta parte en fecha 25 de abril de 2024, se solicita IMPULSO PROCESAL al presente procedimiento".
La Audiencia Regional es la que más tarda de toda España en tramitar los casos más complejos, con una media de 21 meses, pero en la muerte de Álvaro no hay complejidad porque se juzga un homicidio imprudente. Básicamente, se trata de aclarar cuál de las dos posturas tiene la razón:
La acusación particular sostiene que este joven, de 18 años, murió por un traumatismo craneoencefálico, por el impacto de una caseta que no se montó correctamente, mientras que los tres investigados del Servicio de Protección Civil, en esencia, se amparan en la irresponsabilidad del fallecido y de sus amigos por subirse a un puesto de socorrismo durante la madrugada del 2 de agosto de 2022.
Pasados 24 meses no hay fecha para la vista oral. "No pueden haber transcurrido dos años, un mes y quince días y que esas personas sigan haciendo su vida normal, cuando ni mi familia ni yo vamos a volver a tener una vida normal", tal y como denuncia Altagracia, ante la demora que acumula este proceso penal. La mejor prueba de este sufrimiento familiar es la publicación en redes sociales que ha hecho la hija de Altagracia, con una foto suya, de niña, abrazada por su hermano, Álvaro, con el siguiente mensaje: 'En la memoria nadie muere, pero no sabes cómo duele'.
El pasado 2 de agosto, los amigos de Álvaro, el líder de la pandilla por su carisma, dentro y fuera de los terrenos de juego, volvieron a guardar un minuto de silencio frente al Puesto Lima 1 de Salvamento de la playa de El Mojón. El silencio era desgarrador. La felicidad del verano se quebró durante sesenta segundos. Las risas de los turistas cesaron ante el nutrido grupo de adolescentes abrazados tras depositar velas, flores y camisetas -con el dorsal número 15- apoyadas sobre esa maldita caseta de socorrismo de San Pedro del Pinatar.
"Les estoy muy agradecida", remarca Altagracia, una docente para la que los veranos ya no son iguales y que no se atreve a pisar la segunda residencia que tiene con su marido en este punto del litoral murciano, en el que cada estío su hijo, Álvaro, disfrutaba de sus dos hermanos y de sus amigos. "Ni mi marido ni yo hemos vuelto a ir a nuestra casa de la playa ni al Mojón desde la muerte de Álvaro. Y no creo que podamos ir nunca, a pesar de que nuestros otros dos hijos sí van y nos piden que lo intentemos".
- ¿Qué siente cuando ve un elemento que forma parte del paisaje de la mayoría de playas españolas: una caseta de socorrismo?
- Altagracia García: Este verano hemos estado en playas de dentro y de fuera de la Región de Murcia, pero no en la del Mojón porque no somos capaces. Y yo que ando mucho por las playas, no he podido evitar fijarme en las casetas de socorrismo y me ha llamado mucho la atención la diferencia de materiales, de sujeción y de altura, respecto a la caseta de la playa del Mojón. Inevitablemente, pensaba que si el Puesto Lima 1 de Salvamento hubiera sido como esas que veía: mi hijo estaría aquí con nosotros.