Quién le iba a decir a una joven Nuria Roca, que se animó a ir a un concurso de televisión de Canal 9 para intentar llevarse el premio y conseguir dinero para un viaje, que 30 años después seguiría trabajando en ese medio como colaboradora en El Hormiguero y presentadora en La Roca. Y es que así empezó todo, de casualidad. Participó en el programa Enhorabuena para conseguir fondos para el viaje de final de carrera y ganó, se llevó un dinerillo y la llamaron para un casting cuando su sueño era otro, ser arquitecta, por eso estudió Arquitectura Técnica en la Universidad Politécnica de Valencia.
En año 1994, debutó como presentadora en el formato Canal 9 que se llamaba La sort de cara, un concurso de preguntas. De ahí a Fem tele y, en 1998, el gran salto a la popularidad, cuando Chicho Ibáñez Serrador se fijó en ella y la fichó para ponerse al frente del programa de animales Waku Waku en Televisión Española.
Después vinieron Nos pierde la fama, Factor X, Grand Slam, Reforma sorpresa, Perdidos en la tribu o Factor X, entre otros, hasta la actualidad, 30 años después, donde los espectadores la pueden ver todos los jueves en El Hormiguero participando en la tertulia de actualidad junto a Pablo Motos, Tamara Falcó, Cristina Pardo y Juan del Val, haciendo magia algún lunes tras la tertulia de los cómicos, y todos los domingos en el magacín La Roca, donde hace un repaso a la actualidad de toda la semana durante horas en directo en La Sexta. En ambos comparte plató con su marido Juan del Val, su compañero inseparable desde que el escritor la entrevistó para una revista en la que trabajaba hace más de dos décadas.
EL ESPAÑOL ha contactado con Nuria Roca para hablar de la nueva temporada de ambos programas en los que trabaja, del duelo El Hormiguero y La Revuelta o recordar grandes momentos vividos en televisión durante estos años.
Pregunta: ¿Cómo está viviendo la gran competencia del 'access prime time' esta temporada con la llegada de David Broncano y La Revuelta?
Respuesta: Lo único que no me gusta de lo que estamos viendo es lo de los bandos porque, en el fondo, a lo que se perjudica es a la televisión. Se está hablando de algo que excede a la tele y creo que es un error, sobre todo para los que trabajamos y amamos este medio.
Entonces, quitando y poniendo a un lado los bandos, todo lo que sea que haga que la gente vea más la televisión, a mí siempre me parece absolutamente fantástico. Este medio está viviendo un momento de transformación, y sí en ese momento de transformación hacemos que venga más gente y nuevas generaciones a verla, pues bienvenida sea. Ojalá llegue a ese público nuevo y se quede a verla. Lo que se ha visto en estas semanas es que hay más gente delante de la televisión, y eso me parece que es fantástico porque todo ha subido, con lo cual, creo que es muy positivo.
P: Pero el programa de Carlos Latre ha sido cancelado, por ejemplo.
R: También existen víctimas colaterales, por supuesto, pero esta es la tele, que te voy a contar yo de programas que se ponen en marcha y se quitan a las dos semanas, también he estado en ellos. Pero la tele es esta, bienvenidos a la tele…
P: ¿Ha podido hablar con el 'showman' tras la retirada de Babylon Show?
R: No he hablado con Carlos, pero ha sido una faena para él porque no hay nada que te pueda hacer más ilusión que poner en marcha un proyecto y, además, uno tan personal como ese. Pero ahí está el mando a distancia, que es el que manda. Y luego, si ese mando a distancia lo metes en la misma coctelera que la paciencia de los que deciden, pues ahí está el que te aguanten más o te aguanten menos. Hay formatos con los que se es más paciente y otros con los que no.
P: ¿Cada programa tiene su hueco?
R: Es que la lucha por la audiencia en esta temporada está un poco complicada y está todo muy repartido. Los que vienen nuevos, se van al sitio nuevo, entonces, todo es más difícil.
P: ¿Falta paciencia en la televisión con los programas?
R: Esto ha pasado desde hace 30 años, no nos engañemos. Los programas, cuando no han funcionado, los han quitado. Depende mucho de las expectativas que tenga la cadena con un programa, si va a ser de largo recorrido, si tiene una duración determinada… si, por ejemplo, son ocho entregas y ves que en la tercera ya no funciona, pues lo retiran. Esto ha funcionado siempre así. Los que trabajamos en la tele le metemos toda la ilusión del mundo a los programas en los que estamos embarcados. En algunos me habría gustado más que hubieran tenido algo más de paciencia, pero también entiendo las decisiones cuando se toman.
Igual que disfrutas de un éxito de un programa, te duele personalmente cuando lo quitan porque tú le has puesto mucha ilusión y pensabas que la gente lo iba a ver. Te duele el corazón y el cuerpo entero cuando lo retiran por ti, por el equipo, la productora, la cadena... Existe una especie de duelo cada vez que un programa no funciona.
P: ¿Cómo es su día a día con varios proyectos a la vez?
R: Tengo que organizarme bien la agenda (risas). A El Hormiguero suelo ir solo los jueves, a menos que tenga que hacer la sección de magia, que es los lunes. Me gusta llegar pronto para preparar los temas e ir a maquillaje con tranquilidad. Luego tenemos el ensayo, que es como una masterclass de televisión, y luego comienza el programa. Disfruto mucho yendo a El Homiguero.
Para La Roca, los jueves hacemos la reunión de contenidos y decidimos qué temas vamos a llevar el domingo, cerrando la escaleta. Durante el viernes vamos desarrollando todos los temas, el sábado cerramos guion y el domingo hacemos el programa. Esa es mi dinámica todas las semanas. Y luego, el resto de días, los dedico a otros menesteres (risas).
30 años en la TV
P: De esos 30 años en televisión, 26 los ha compartido con Juan del Val.
R: Menos cuatro años, hemos estado trabajando codo con codo casi toda mi carrera profesional.
P: ¿Cómo es Juan del Val como compañero de trabajo?
R: Es que llevo trabajando con él desde que le conozco. Imagínate, toda la vida juntos y nos gusta mucho trabajar mano a mano, ser compañeros de trabajo, de vida, padres, viajar juntos... Entonces, todas las cosas que nos gusta hacer juntos procuramos llevarlas a cabo. Nos entendemos muy bien, nos complementamos y, en ese sentido, creo que formamos un buen equipo.
P: ¿Pero cómo evitan llevarse el trabajo a casa? ¿Hablan de mucho de trabajo?
R: Sí, no lo evitamos, sería ridículo no hacerlo. El trabajo forma parte de tu día a día, entonces, en una conversación en casa hablas del trabajo, de la hipoteca, de la compra… Creo que es muy enriquecedor también poderlo hablar fuera del entorno del trabajo y llevártelo a casa para tratarlo con cierta distancia.
P: ¿Es mejor lidiar con Juan en un plató de televisión o en casa?
R: Pues se parece mucho (risas). En ambos lados es Juan en estado puro, con lo cual, lidio bien con él tanto en el plató como en casa, no hay problema (risas).
P: Retrocediendo a sus inicios en televisión: ¿Qué queda de esa Nuria Roca que debutó como presentadora en La sort de cara?
R: Queda la ilusión. Porque creo que la ilusión en la tele no se puede perder nunca. A mí este medio me apasiona, soy una friki de la tele, me encanta y cualquier proyecto en el que me meto me ilusiono como la primera. Esto es una realidad. Luego, pues la inocencia del principio ya no la tienes, ya que ahí ya entra lo que sabes, lo que quieres, lo que no quieres, lo que eliges... Y eso, creo que es un punto a favor.
P: Y ahora que está de moda la vuelta a la televisión de programas míticos, ¿le gustaría que volviera WakuWaku?
R: Yo no lo volvería a presentar porque ya lo hice en su momento. A mí lo que me gusta es la novedad, por eso he hecho cosas tan diferentes, porque el poder aportar algo a un formato y que, a la vez, me pueda enseñar algo nuevo, me gusta. En alguna ocasión me han preguntado si volvería a dar las Campanadas (el 31 de diciembre de 1999 recibió el nuevo siglo en RTVE junto a Ramón García y, a continuación, presentó la posterior gala de bienvenida al 2000 junto a Andoni Ferreño y Mabel Lozano), pues si me toca hacerlas, las hago, pero no es una cosa que repetiría. En cambio, si dentro de 15 años me preguntas si volvería a hacer La Roca, te diría que sí porque tiene todos los ingredientes para repetir.
Cuarta temporada de 'La Roca'
P: ¿Cómo has afrontado esta nueva temporada?
R: Volvimos el 15 de septiembre, pero yo lo habría hecho mucho antes porque me lo paso muy bien haciendo La Roca, es un programa que me encanta.
P: En las primeras entregas contasteis con una sección de gastronomía, pero ha comentado en alguna ocasión que no es muy fan de los bodegones de comida en televisión: ¿Por qué?
R: Porque no me interesa. Me encanta la cocina y sigo mucho en redes sociales cosas de cocina. Como espectadora de televisión no me gusta consumirlo, la verdad. Tampoco me gustan los sucesos ni los hechos paranormales. Lo que hemos experimentado este años en La Roca es reunir todas las tendencias que se mueven en redes sociales respecto a la comida a través de vídeos y lo ponemos en práctica en el programa. Ya te digo que a mí no me gusta nada la comida en los programas de televisión, pero hacerlo de esta manera me parecía interesante, creo que es un contenido que a la gente le gusta.
P: De los temas de actualidad, ¿en cuál le gustaría profundizar más?
R: Todos son interesantes. Mira, a mí que, por ejemplo, los sucesos no me gustan, creo que el juicio público que está habiendo en París sobre la violación múltiple, el 'caso Pélicot', me parece tan terrible y tan horroroso que creo que es necesario tratarlo, no comprenderlo, porque es incomprensible, pero sí conocer los detalles para que jamás vuelvan a ocurrir cosas de estas. La crisis institucional que está habiendo entre Venezuela y España que veremos dónde termina... Creo que siempre hay temas de interés que tratar.
P: Son muchas horas de programa en directo…
R: Es que me gusta mucho el directo, no lo puedo evitar. El programa se me pasa muy rápido, así que no tengo problema. Eso sí, cuando terminamos, estoy hecha polvo, como si me hubiera pasado un camión por encima, pero es una sensación agradable porque es una manera de notar el gran esfuerzo que hacemos para sacar La Roca adelante. Además, para recuperarme bien, luego me voy de cena (risas).