De acuerdo con el Observatorio de la Construcción, en 2023 solo un 11,2% de las personas trabajadores en el sector de la construcción eran mujeres. Una de esas mujeres es Kiki, una albañila de vocación que ha logrado hacerse viral en redes.
Kiki lleva dedicándose a la construcción cerca de dos décadas, un trabajo que afirma disfrutar en su día, pero empezar tuvo su dificultad. "Al principio sí me costó que me dieran una oportunidad. Hace 20 años en el país en el que estamos por ser mujer no te dejaban entrar en la obra, pero eso con los años ha cambiado", rememora Kiki a EL ESPAÑOL.
Albañila de vocación
Lo cierto es que a la hora de aceptar un término que defina su trabajo, Kiki no se autodenomina plenamente como albañila. "Realmente albañila es algo más general, yo soy alicatadora y soldadora, pero sí, digamos que soy albañila", cuenta Kiki.
La albañila afirma haber tenido siempre una vocación por la construcción: "Yo no tengo a nadie en mi familia que sea albañil. Quería aprender como fuera y me dieron la oportunidad de entrar en una escuela donde estuve 2 años para aprender a ser oficial de construcción". Después de adquirir los conocimientos, Kiki tuvo que buscarse la vida en la obra, donde no lo tuvo nada fácil.
"Esto no es un trabajo normal. Es llegar a la obra, pedir trabajo y si necesitan profesionales te llaman. Yo cuando empecé tendría unos 23 años, me veían joven y no me daban la oportunidad de trabajar", cuenta Kiki. Sin embargo, gracias a empezar a hacer trabajos para amigos y familiares pudo ganar experiencia de cara a las empresas.
A pesar de que el inicio fue complicado, a día de hoy a Kiki el trabajo le sobra y "tiene para elegir". De hecho se ha expandido a más ramas de la construcción como técnica instaladora de voltaicas o soldadora. "Yo pienso que, si no fuese por vocación, con lo duro que es este trabajo, no seguiría. Hay días que llego a mi casa y no tengo ni ganas de hablar después de armar una cocina", reflexiona Kiki.
La construcción es la gran pasión de Kiki, especialmente a la hora de poder ver el resultado de lo que construye con sus propias manos. "Voy contenta a la obra, me gusta lo que hago y sobre todo cuando veo como termina. Esa es la mayor satisfacción, especialmente la cara que ponen cuando ven el resultado", apunta la albañila.
Feminismo en la obra
Con las cifras que se manejan y los testimonios de Kiki, es evidente que la construcción es un sector donde no se ven a las mujeres pero tampoco son bien recibidas. "Me ha pasado de llegar a alguna obra y que haya algún jefe de obra un poco machista que te hace la vida imposible. No quieren a mujeres en una obra y no entiendo el por qué. Me parece un poco absurdo", cuenta la albañila.
En comparación a las cifras de mujeres en la construcción, en 2008 el porcentaje se situaba en un 7,6%. Es decir, un incremento de casi el doble en estos 15 años. "En los últimos años he visto más mujeres en construcción como arquitectas o de prevención de riesgos, pero de las que se ensucian las manos...muy pocas", afirma Kiki.
Gracias a las redes sociales y con su popular cuenta de TikTok ha podido conectar con más albañilas: "He conocido a mujeres albañiles de otros países como Perú, Argentina, una de Madrid…hay pero muy poquitas".
Como mujer en el mundo de hombres que es la construcción, Kiki asegura sentirse feminista y "haber hecho más que los políticos" en sus 20 años como albañila. "Defiendo la igualdad haciendo el trabajo como un hombre. Soy la única mujer donde hay 50-100 hombres, lo demuestro cada día", apunta Kiki.
Los jóvenes en la construcción
Según un estudio realizado por la Universidad Pompeu Fabra, solo uno de cada diez trabajadores del sector de la construcción tiene menos de treinta años. Por lo que es evidente que ser albañil se ha convertido en una profesión ninguneada por los jóvenes.
A Kiki no le hacen falta realizar estudios o investigaciones para vivir en carne propia la situación y darse cuenta que los jóvenes no quieren dedicarse a la construcción. "La generación nueva es la generación nini que no quiere nada, ni estudiar ni trabajar", cuenta Kiki. En su lugar, la albañila ve que los de su generación son los pocos que quedan de profesionales en este sector.
Sin embargo, Kiki está formando una cantera de albañiles en su propia casa. La albañila apunta que está preparando su "reemplazo", su hijo. "Uno de mis hijos se dedica a la construcción con 20 años, y lleva un par de añitos metido en todo este sector. Le llaman mucho para trabajar. Va cogiendo habilidades y destrezas", asegura Kiki.