El homenaje del Ayuntamiento de Murcia a los 13 fallecidos en los incendios de las discotecas de Atalayas ha consistido en un acto que ha durado 5 minutos cronometrados, con unos cincuenta asistentes, ni un discurso institucional del equipo de Gobierno del PP y que ha culminado colocando una corona en un pequeño monolito, en memoria de las víctimas, ubicado sobre una isleta que regula el tráfico de la avenida del Rocío.
El plantón que la mayoría de familiares de los difuntos le han dedicado al Consistorio capitalino ha sido la guinda a semejante acto, organizado con motivo del primer aniversario de la mayor catástrofe en la historia de la noche murciana y española desde que en 1990 murieron 43 personas en la Discoteca Flying de Zaragoza.
"No es el homenaje que merecían", tal y como ha lamentado Rafael Miranda, uno de los cuatro familiares que han asistido al acto organizado por el Ayuntamiento, a raíz de la tragedia ocurrida la madrugada del 1 de octubre de 2023, cuando un incendio que se originó en la Discoteca Teatre acabó con la vida de trece personas inocentes en la Fonda Milagros.
La convocatoria municipal solo ha sido secundada por cuatro allegados de tres de las trece víctimas mortales que se cobró este incendio. En concreto, de los difuntos: Rafael Miranda, Jorge Enrique Batioja y Orfilia del Carmen Blandón. Los familiares se han colocado junto al monolito, marcando distancias respecto de la vicealcaldesa de Murcia, Rebeca Pérez, y del resto de concejales del PP y del PSOE, así como de la consejera de Política Social, Conchita Ruiz.
Tal imagen pone de manifiesto el malestar existente entre las familias de los fallecidos porque el Ayuntamiento no ejecutó la orden de cierre que pesaba sobre las dos discotecas desde marzo de 2022, por carecer de licencia de actividad. De hecho, por ahora, los abogados de seis familiares de los fallecidos ya han denunciado al Consistorio murciano, por responsabilidad patrimonial, para ser indemnizados con más de 5 millones de euros.
En el acto de homenaje no ha intervenido ningún familiar de los fallecidos. Tan solo se ha cedido el micrófono para dos discursos ofrecidos por una psicóloga de Protección Civil y una trabajadora del Servicio de Emergencia Móvil y Atención Social (SEMAS). Un dato llamativo porque Rafael ha denunciado que en el último año "no he recibido nada" por parte del Ayuntamiento de Murcia.
En el corrillo de periodistas que era más numeroso que el de familiares de las víctimas, se ha comentado la frialdad y brevedad del acto a pesar de la magnitud de la tragedia. Algunos redactores han comprobado el minutado de las grabaciones. El homenaje estaba previsto a las 9.30 horas y ha culminado a las 9.38, pero el tiempo real ha sido de 5 minutos por un retraso en su inicio. A la vicealcaldesa de Murcia, Rebeca Pérez, se le ha preguntando por la tensión existente con las familias de los 13 difuntos y ha respondido así: "Hoy es un día para recordar a las personas. Pido respeto".
El ecuatoriano Rafael lo que pide es "Justicia" para su hijo calcinado en la Fonda Milagros, después de que esta sala de ambiente latino terminase arrasada por las llamas que se propagaron supuestamente por los conductos de ventilación de la Discoteca Teatre. Allí se inició presuntamente el incendio, por una máquina de chispas comprada en AliExpress que en la madrugada del 1 de octubre se estaba utilizando en la fiesta 'We Are Remember'. "Aquella noche, mi hijo estaba celebrando su 38 cumpleaños junto a su amigo Éric que cumplía 30 años".
Rafael era de Ecuador, trabajaba en una empresa de globos del Polígono Industrial Oeste de Alcantarilla, y se llevaba muy bien con Eric Hernández, un repartidor de Coca-Cola, natural de Nicaragua. "Mi hijo era una persona tranquila, el 18 de septiembre había sido su cumpleaños, pero decidió celebrarlo junto a su amigo". De modo que reservaron el palco VIP número 18 de la Fonda Milagros que terminó arrasado por el fuego.
Esta doble fiesta de cumpleaños se saldó con la vida de Rafael Miranda, de 38 años, del otro cumpleañero, Eric Hernández, de 30 años, de su novia Orfilia del Carmen Blandón, y su madre, Marta Hernández, entre otros invitados que terminaron literalmente calcinados. "Mi hijo Rafael tenía dos niños de 11 años y 10 años y una niña de 9 años. Los amaba mucho".
- ¿Cómo llevan sus tres nietos la pérdida prematura de su padre?
- Ellos son niños y no demuestran lo tristes que están.
- ¿Cómo se enteró de que su hijo había muerto en el incendio de las discotecas de Atalayas?
- El hijo de un amigo mío había estado en la Fonda Milagros y pudo escapar del fuego. Me llamó a las ocho y media de la mañana del domingo para decirme que mi hijo, Rafael, también había ido a la Fonda Milagros. Yo salí de casa con lo puesto y en sandalias, para buscar a Rafael. Pero cuando llegué, los bomberos no me dejaron pasar por el cordón policial. Me subió la tensión y pasé mucha angustia. Hasta que no pasaron tres días no me confirmaron que hijo estaba dentro de la lista de los trece fallecidos.
- ¿Cómo se levanta un padre un 1 octubre justo un año después de la muerte de su hijo?
- Nada puede remediar la pérdida de un hijo. Es un peso que siempre llevaré conmigo. Todo este año he estado pensando que Rafael iba a entrar por la puerta de casa porque vivíamos juntos. Entro a su dormitorio y me parece que le voy a ver. Espero que los culpables de esta tragedia paguen ante la Justicia. También espero que el Ayuntamiento de Murcia remedie lo sucedido porque esto no puede quedar impune porque es un fallo de ellos: esas discotecas no tenían permiso.
El ecuatoriano Rafael explica que ha acudido al acto porque solo quería saciar su curiosidad, para saber cómo era el monolito que se iba a inaugurar en memoria de su hijo y del resto de fallecidos, con esta leyenda: 'No hay adiós para aquellos que estarán siempre en nuestros corazones. En homenaje a las víctimas del incendio del 1 de octubre de 2023'. Para este empleado agrícola, de 64 años, el verdadero homenaje tendrá lugar este martes por la tarde, en la misa que han organizado en la Catedral de Murcia junto a otros familiares de las víctimas del incendio de Atalayas.
"Luego depositaré unas rosas blancas en las discotecas, acompañado por una de mis hijas", tal y como prosigue detallando al periodista, mientras muestra el ramo que lleva en su furgoneta, junto a un retrato de su querido Rafael, con el que accede a posar junto a lo que queda de las salas calcinadas: Teatre y la Fonda Milagros, cuya demolición ha sido ordenada por el Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia. "Todavía me parece mentira que mi hijo haya muerto", insiste. "Le enterré en Ecuador".
El acto convocado por el Ayuntamiento de Murcia finaliza y algunos de los cuatro familiares de 3 de los 13 difuntos, se marchan visiblemente emocionados. También dejando entrever su indignación con el contenido del homenaje. Prueba de ello es la valoración de Lilieth Calderón, prima de Orfilia del Carmen Blandón, fallecida en la fiesta de cumpleaños de su novio, Eric Hernández: "No tengo palabras para esto".