El Atlético de Madrid y el Real Madrid empataron el domingo en el Metropolitano en un derbi deportivamente aburrido en el que los triunfadores fueron los radicales. El fútbol quedó empañado por la violencia desde la grada. El lanzamiento de objetos desde el fondo sur obligó a detener el partido durante casi veinte minutos ante la indignación de los aficionados, los que lo vieron por televisión y los 70.000 que pagaron la entrada.
Diego Simeone, entrenador de los rojiblancos, y dos referentes del club como Koke y Giménez negociaron con los ultras, algunos de ellos encapuchados, para que el partido pudiera continuar. Este incidente reabre el debate sobre la violencia en el deporte. Si el Real Madrid logró expulsar a los ultras del Bernabéu y el Barcelona hizo lo propio con los Boixos Nois en el Camp Nou, ¿por qué el Atlético no toma las mismas medidas en el Metropolitano? ¿Y por qué Simeone, tras el partido, equiparó el comportamiento de los provocadores con el de los violentos?
En este capítulo, Jorge Pacheco, redactor de Deportes, reconstruye el origen del altercado. Hablamos con Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, quien considera que "los ultras son un poder fáctico", algo que, según cuenta, le reconoció Jesús Gil en una de sus últimas conversaciones. "Me dio la razón, pero el Atlético tomó una dirección diferente", añade. Ibarra planea denunciar estos hechos ante la Fiscalía de delitos de odio de la Comunidad de Madrid. “Si encuentran indicios de delito, el caso llegará al juez”, aclara. “El mensaje de ‘esto lo arreglamos entre vosotros, sed buenos chicos’ no es válido; tienen que cumplir la ley”, concluye.
Juan Luis Cano, periodista, mitad del dúo Gomaespuma y miembro de los 50 del Atleti, fue uno de los 70.000 aficionados presentes en el Metropolitano el pasado domingo. En conversación con el pódcast En la Sabana, confiesa que estuvo a punto de irse, no por rabia, sino por "pena", aunque finalmente aguantó hasta el final del partido. "Estas actitudes deleznables deberían estar prohibidas, al igual que las personas que las practican", denuncia con firmeza. Cano critica el papel dominante de los radicales: "El club no puede seguir permitiendo que entren al estadio. Esta gentuza mancha a una afición maravillosa como la del Atleti, que no se lo merece. No es culpa de la afición, son cuatro cerdos", afirma rotundamente. Además, señala que ciertos medios de comunicación contribuyeron a avivar el fuego antes del partido, aunque subraya que "ante la violencia, nunca hay excusa".