Miguel López (Sevilla, 2000) es un estudiante que representa lo mejor de la academia española. Tras obtener 39 matrículas de honor en una carrera con 40 asignaturas, el joven ya ha terminado un máster que reafirma su validez. No sólo ha hecho méritos para que la Universidad de Sevilla, su alma mater, inscriba su nombre con letras doradas en el lugar de los más prestigiosos. Ahora también ha conquistado la Universidad de la Sorbona, en París, donde ha finalizado su posgrado.
Graduado en Historia en la Universidad de Sevilla, Miguel López explica a EL ESPAÑOL las razones que le llevaron a estudiar este grado. En buena media, lo que le llevó a decidirse por él no sólo fue una inspiración familiar, sino que influyó una buena conversación: “Cuando estaba eligiendo la carrera, recordé una conversación que tuve con el catedrático de Historia, Carlos Martínez Shaw, en la cual me dijo que la Historia aglutinaba el resto de disciplinas humanísticas. Por ello aposté por estudiarla. Además, fue todo muy fácil, porque mis padres, Silvia y Jesús, siempre me apoyaron”.
El resto de la historia de Miguel López en la universidad fue un escandaloso éxito. Sólo tropezó con una asignatura de 40. Y su tropiezo significó obtener el 10, en lugar de la matrícula de honor. La asignatura en cuestión fue Técnicas y Metodología de la Historia Moderna y Contemporánea, del primer cuatrimestre del cuarto curso. “No fue algo que me alegrase, pero prefiero pensar en otras cosas”, explica el joven con naturalidad y madurez.
Evidentemente, ese currículo dorado le abrió las puertas a estudiar lo que quería y donde quería. Por ello, Miguel López inició y cursó el Máster en Estudios Históricos Avanzados. El primer cuatrimestre lo realizó en la Universidad de Sevilla y obtuvo un sobresaliente en todas las asignaturas que cursó. “Luego, en enero, ya me trasladé a París para realizar en la Sorbona el segundo cuatrimestre del Máster”, cuenta este exitoso joven.
'Conquistando' la Sorbona
El segundo cuatrimestre de Miguel López en la Universidad de la Sorbona continuó con tan buenos resultados que se puede decir que el sevillano también ha conquistado este prestigioso centro. “Precisamente, hace tres días me llegaron las calificaciones finales y he obtenido una nota media alrededor del 19 sobre 20. Además, hay que tener en cuenta que el 20 en la Sorbona es casi una utopía”, explica este brillante estudiante.
El sistema educativo francés, según dice Miguel López, plantea que los estudiantes realicen seminarios obligatorios en los posgrados, además de conferencias, ponencias, congresos… El historiador, durante su estancia en Francia, culminó dos seminarios obligatorios: uno de Historia de la Compañía de Jesús, en el cual agradece las enseñanzas de Béatrice Perez, decana de la Facultad de Letras, y otro de Historia de América Moderna.
Los resultados obtenidos en esos dos seminarios, sumados al resto de actividades superadas en la Sorbona, han hecho que Miguel López haya rozado la perfección la universalidad más importante del vecino país. Sus buenas calificaciones provocaron que recibiera la beca Erasmus, además de una de excelencia patrocinada por la embajada de Francia en España y la Asociación Diálogo. “Les estoy agradecido. Por ellos me pude mantener bien en París”, dice.
Ahora, el joven ha vuelto a su Sevilla natal dispuesto a emprender una nueva aventura académica y a dar lo mejor de sí. Comenzará próximamente a realizar su tesis doctoral en la Universidad de Sevilla. A priori, el estudiante la hará sobre El siglo XVIII y la producción cultural de la Compañía de Jesús. En ella, el historiador aspira a revelar todos los secretos de las bibliotecas de los jesuitas durante ese periodo de la Historia.
Por si fuera poco, Miguel López no ha parado de recibir galardones académicos por su brillante currículo. “Además de la estancia en París, me concedieron una serie de premios por el expediente académico: el de la Real Maestranza de Caballería al mejor expediente de mi promoción; el Premio Beatriz de Suabia, por el Cabildo Alfonso X el Sabio; y, aunque todavía no han sido los actos de entrega, el del Ayuntamiento de Sevilla y la Universidad de Sevilla a los mejores expedientes académicos”, celebra.
El amor por la Historia
Pese a haber cosechado tantos éxitos, lo importante para Miguel López es seguir cultivando su pasión por la Historia. Espera algún día llegar a ser profesor de la misma e investigador, un sueño que a lo mejor puede cumplir cuando acabe el doctorado. Y es que, desde niño, Miguel siempre ha tenido auténtica pasión por la Historia.
Entonces su abuelo le leía cada noche libros e historias antes de dormir. Por ejemplo, “El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien o el Decamerón, de Giovanni Boccaccio”, dice el joven a EL ESPAÑOL. El abuelo de Miguel es José Luis López y era profesor de Filosofía en la universidad.
No sólo le encantaba leerle a su nieto, sino contarle historias de la Historia, con mayúsculas, hablar con él... En consecuencia, el pequeño adquiriría la pasión por las humanidades gracias a él, a sus padres y a sus otros abuelos –en especial a su abuela paterna, María de la Nieves Gómez, profesora de Historia de la Educación en la facultad–.
Esa pasión ha empujado a este talentoso joven a obtener 39 matrículas de honor –en 40 asignaturas– en el Grado en Historia en la Universidad de Sevilla y, ahora, a arrasar en la Universidad de la Sorbona con unas brillantes notas. El siguiente paso a superar será el doctorado, un paso que Miguel López está dispuesto a emprender y a superar. Su pasión le mueve.