La crianza de los hijos es una de las tareas más desafiantes y gratificantes que pueden afrontar los padres. En un mundo en constante cambio, es fundamental conocer y adoptar diferentes estilos de crianza que se adapten a las necesidades y personalidades de cada niño. Desde el estilo autoritario, que enfatiza la disciplina y la obediencia, hasta el estilo permisivo, que promueve la libertad y la creatividad, cada enfoque tiene sus pros y contras.
Existen cuatro tipologías a rasgos generales para criar a los hijos: los padres autoritarios son inflexibles, exigentes y severos cuando se trata de controlar el comportamiento. Los padres con autoridad son cariñosos y ofrecen su apoyo al niño, pero al mismo tiempo establecen límites firmes.
Y los padres permisivos son relajados y no establecen límites firmes. Los padres pasivos son indiferentes, poco accesibles y tienden al rechazo y a veces pueden ser ausentes.
Dentro de esta clasificación podemos encontrar diferentes doctrinas que han ganado popularidad con el paso de los años. Los más conocidos son los padres "helicóptero". Estos establecen un control y vigilancia constante a sus hijos durante su tiempo libre, no los dejan nunca solos y toman las riendas de todos los aspectos de la vida del niño. En contraposición a este estilo están los padres "corral". Este tipo de padres tratan de supervisar lo mínimo a sus hijos. O también los conocidos como padres "tigre", supervisan todo el tiempo a los hijos e intentan inculcarles la idea constante del éxito.
Y por último encontramos a los padres "quitanieves". Son aquellos que se desviven por facilitarle la vida a los hijos en todos los sentidos. Desde hacerles los deberes, ponerles el bocata cuando ya tienen edad de hacerlo ellos mismos hasta intentar protegerlos de cualquier circunstancia. Esto no quiere decir que este mal cuidar de los hijos, pero la sobreprotección puede tener consecuencias negativas para los hijos, ya que los convertirá en dependientes e inseguros.
Es importante que los niños aprendan a gestionar conflictos, resolver problemas y buscar soluciones por ellos mismos. Ser un padre "quitanieves" puede suponer que el día de mañana tendrán, por ejemplo, problemas a la hora de tomar decisiones o afrontar conflictos y puede traer consigo un alto nivel de intolerancia a la frustración. Enric Soler, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) sostiene que, "sobreproteger equivale a inutilizar. Los padres "quitanieves" son fábricas de niños inútiles".