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Usted, seguramente, no habrá oído hablar nunca del Paris FC. Lógico, porque no es un club de elite como el Paris Saint Germain, que entrena Luis Enrique y cuya anterior estrella era Kylian Mbappé, ahora en el Real Madrid. El Paris FC lidera la segunda división francesa, juega en el estadio de Charléty en el sur de París, que sólo llena su tribunas en las que caben menos de 18.000 personas porque la gran mayoría del aforo es gratuito.

Desde ahora, sin embargo, usted va a oir muchas veces hablar del Paris FC. Porque esta semana se ha sabido que el francés Bernard Arnault va a ser su nuevo dueño.

Arnault es el europeo más rico, según Forbes, que evalúa su fortuna en 195 mil millones de dólares, a fecha del 1 de octubre. Es el único multimillonario europeo que pude codearse en este ranking, dominado por los magnates americanos Elon Musk, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg o Larry Ellison. El único que no es del sector tecnológico, sino del lujo: su consorcio, Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), un conglomerado de 75 marcas que factura al año más de 86 mil millones de euros y del que Bernard Arnault

El Paris FC, fundado en 1972, ha fracasado cuatro veces en las eliminatorias de promoción a la Ligue 1, pero esta temporada marcha en cabeza de la segunda división del fútbol francés. Según L’Equipe, dispondrá de un presupuesto anual de entre 100 y 200 millones y está claro que la ambición de los nuevos dueños es que suba de categoría cuanto antes, y, en poco tiempo, dispute la Champions League.

Por primera vez en la historia, París tendría dos equipos en la máxima división, dejando de ser la única capital de la cinco grandes ligas europeas sin derbi. Un tercer equipo de la capital francesa, el Red Star, también de la Ligue 2, está en conversaciones para ser comprado por el inversor de Prívate Equity, Stevee Plagiluca.

Helene Mercier-Arnault, Bernard Arnault, Antoine Arnault y Natalia Vodianova en el Louvre. Reuters

Pero no adelantemos acontecimientos. Además desde el entorno del Paris FC se ha hecho saber que nadie espere “una revolución: ni el presupuesto va a dispararse ni el club va a lanzarse a una política de fichajes inflacionista”.

A todo esto, la noticia no es oficial aún. Los detalles y el monto de la operación deberían conocerse el próximo jueves 17 de octubre. Hasta entonces no esperen declaraciones de ninguno de los implicados. Lo que sí está confirmado es el esquema de la irrupción del rey del lujo en el mundo del balompié.

Arnault y sus cinco hijos se harán con el 55% del club de manera inmediata y con otro 30%, que seguirá en manos del actual presidente y accionista mayoriario, Pierre Ferracci, tras su salida, pactada para 2027. La familia Arnault comprará por medio de su holding familiar Agache. El mundo del fútbol está sometido a demasiada incertidumbres como para exponer a LVMH directamente. Cosa diferente serán los patrocinios que no han de faltarle a partir de ahora al Paris FC.

La entrada de Red Bull

También está confirmado que Red Bull entrará en el Paris FC con el 15%. El mismo miércoles en que saltó la noticia, Red Bull anunciaba el fichaje de Jürgen Klopp como nuevo director global de futbol. El ex entrenador del Liverpool no tendrá que ocuparse de las labores cotidianas de los directores deportivos de los equipos propiedad de la bebida que te da alas: Salzburgo (Austria), Leipzig (Alemania), Nueva York, Bragantino (Brasil) o el Leeds United inglés en el que tienen una participación minoritaria.

La marca del toro rojo y los Arnault van a coincidir también en la Fórmula 1 ya que LVMH acaba de firmar un acuerdo de patrocinio para diez años por mil millones de dólares, según estimaciones de Bloomberg. A cambio, TAG Heuer (una de las las marcas de la división de relojería del grupo) sustituirá a Rolex como cronometrador oficial de la Fórmula 1.

En este acuerdo así como en la negociación de la entrada de LVMH en el Paris FC ha estado en primera línea el hijo mayor del magnate, Antoine. También fue él artífice del acuerdo del grupo con el comité de organización de los Juegos Olímpicos de París del verano pasado. LVMH invirtió 200 millones.

A cambio, la exposición de sus marcas fue abrumadora. Louis Vuitton, primera enseña del grupo, fabricó la caja en la que se transportaba la antorcha olímpica.

La segunda en importancia, Dior, vistió a las cantantes Lady Gaga, Aya Nakamura y Céline Dion en la vistosa ceremonia de apertura. Berluti vistió a los equipos olímpico y paralímpicos de Francia en las ceremonias de aperturas de ambas citas. Las 5.084 medallas fueron fabricadas por la estatal casa de la Moneda de París pero se oyó muchas más veces que la creación fue obra de la joyería Chauvet.

En fin, las cajas de las medallas y las bandejas de presentación de éstas también eran made in Louis Vuitton. Ojo al detalle, como la presencia comercial está prohibida en los entregas de medallas, las bandejas -con el anagrama de la marca- eran la forma de darle visibilidad a la enseña. El recorrido de la antorcha -patrocinado por Sephora otra de las 75 firmas de LVMH- hizo escala en varias propiedades del grupo.

La llegada del rey del lujo al mundo del fútbol no va encontrar oposición. Once de los 18 equipos de la Ligue 1 son propiedad de fondos extranjeros. Además, el rival histórico de Arnault, François Pinault, dueños de Kering, cuya marca principal es Gucci, poseen desde hace más de 25 años el Stade Rennais FC. Parece que con poca hambre -de victoria y/o de exposición mediática- puesto que en sus vitrinas sólo hay un trofeo, la Copa de Francia de 2019.

Los Arnault, véase los réditos de su inversión olímpica, seguro que entran con más ambiciones en el mundo del fútbol. Además tienen ya varios altavoces mediáticos como Le Parisien, el diario popular de la capital que de todos los generalistas de la capital es, de lejos el que más y mejor cobertura deportiva hace. También son los propietarios del diario económico Les Échos y desde este mes, del semanario Paris Match que viene a sumarse a la escudería informativa del grupo.