Eran las 14:30 de la tarde del jueves 24 de octubre cuando la imagen pública de Íñigo Errejón se empezó a despeñar. En su caída, la imagen del chico que quiso asaltar los cielos, su discurso feminista, el del ‘solo sí es sí’, el ejemplo de nieto perfecto que bailó un chotis con Manuela Carmena en San Isidro, el joven educado y reflexivo, el moderno y tierno, amante de los animales y lector empedernido.
La duda apareció tras un comunicado atormentado y de doble lectura, el preludio de una serie de denuncias en redes que avivaron la mecha del 'cuéntalo'. El rumor, dormido en los pasillos y reafirmado en el perfil de Instagram de la periodista Cristina Fallarás, cobró finalmente fuerza con la primera denuncia con nombres y apellidos. La actriz Elisa Mouliaá dio el paso y el jueves por la noche se atrevió a contarle a la policía que había sufrido acoso sexual.
En el capítulo de hoy, con la ayuda de la psicóloga Ana Villarrubia analizamos el comunicado de despedida de Íñigo Errejón y la denuncia presentada por Elisa Mouliaá. Además,Villarrubia traza un perfil de hombres que maltratan a las mujeres desde una posición de poder laboral o social.
Su partido ha abierto una investigación que sugiere muchas preguntas. ¿Desde cuándo lo sabía en Sumar? ¿Si lo sabían, por qué no hicieron nada? ¿Qué sabía Yolanda Díaz? ¿Cuántas víctimas tienen que denunciar para que alguien les haga caso? Luis Casal, periodista político en EL ESPAÑOL, relata cómo se gestó la dimisión de Íñigo Errejón y las repercusiones en la coalición de Gobierno.