Otro reto más superado. Como suele comentar Ion Aramendi, el presentador de Reacción en cadena, Los Mozos de Arousa “se han pasado el juego”. Y es que Borja Santamaría (Borjamina), Raúl Santamaría y Bruno Vila consiguieron esta semana superar la barrera de los 2,5 millones de euros, sumando un hito más a los muchos que ya han logrado en sus casi 500 programas en el concurso de Mediaset.
No obstante, los gallegos siguen teniendo entre ceja y ceja a un equipo histórico de los concursos televisivos en España, Los Lobos. Manu Zapata, Erundino Alonso, Valentín Ferrero y Alberto Sanfrutos ganaron en el concurso de Antena 3 (ahora en Cuatro) un total de 6.689.700 euros, logrando no uno, sino dos récord Guinness: el primero, ser los concursantes que han ganado más dinero en un concurso de televisión con continuidad; y el segundo, el de mayor permanencia en un concurso de televisión con 505 participaciones en dos años y dos meses.
De momento, Los Mozos de Arousa han superado el récord de dinero ganado, ya que Los Lobos consiguieron 2.509.700 euros acumulados en todas las entregas en las que participaron y Los Mozos de Arousa llevan casi 2.550.000 en más de un año concursando. De todas formas, el récord Guinness de más dinero ganado en un concurso de televisión con continuidad lo tienen lejos porque el equipo que participó en ¡Boom! sumó 4.130.000 euros más con el bote del programa, por lo que en total ganaron más de 6,6 millones.
También están cerca del de mayor permanencia en un concurso de televisión porque, si continúan unas semanas más, lo superarán. “Aunque aún está lejos, el objetivo que tenemos entre ceja y ceja es ese récord”, admite Borja Santamaría.
El gallego recuerda que, de pequeño, cada año le regalaban el libro Guinness de los récords y soñaba con aparecer en él: “Creo que nunca estaré tan cerca de cumplir ese sueño. Intentaremos conseguirlo. Además, hay un tal Émilien en Francia está también al acecho con una cifra de programas consecutivos muy similar a la nuestra. Que lo mantengan Los Lobos vale, pero que se lo lleve un francés… Por ahí sí que no paso”, asegura el gallego entre risas.
De todas formas, Borjamina, su hermano Raúl y Bruno no lo tienen fácil, ya que los rivales que acuden cada día a enfrentarse a ellos a Reacción en cadena llegan cada vez más preparados, y la dificultad de la Complicidad Ganadora también es más alta, “costándonos llegar a marcas que lográbamos con facilidad hace meses”, confiesa.
El concursante explica que "es la prueba que decide qué equipo se queda y cuál queda eliminado y en ella se trata de sumar el mayor número de aciertos en 60 segundos. Dos integrantes del equipo (en nuestro caso Raúl y yo) formulan preguntas diciendo una palabra cada uno de manera alternativa y el tercero (Bruno) trata de adivinar de qué palabra se trata. El acierto suma 1 punto y cada fallo resta 1".
El gallego reconoce que no es que sea su prueba favorita, pero sí la que mejor preparan, ya que es la que lo decide todo. "De hecho, es la que menos disfrutamos y más nerviosos nos pone porque un día malo puede significar el adiós definitivo al programa", afirma Borja.
Sus planes de futuro
El mayor de los Santamaría solía viajar mucho con su asociación, Arousa Moza, realizando intercambios internacionales del programa Erasmus. Esos cursos o intercambios de una semana o diez días en los que se juntaban entre 20 y 50 jóvenes de diferentes países a trabajar un tema en concreto. Era todo práctico, nada son clases, sino a través de escape rooms, teatro, arte... algo muy dinámico y participativo.
“Al principio comenzamos a hacerlos en el Liceo Casino, que es una sociedad de muchísimos años. ¿Cuál fue el problema? Que nosotros firmamos un convenio con ellos, pero entraron en una situación muy complicada, económicamente hablando, por la bajada del número de socios y el local se lo compró el ayuntamiento. Nosotros argumentamos que teníamos un convenio firmado y que tenían que proporcionarnos una alternativa. Pero ahí entraron temas políticos y de un día para otro nos cambiaron la cerradura dejándonos en la calle. De hecho, todas nuestras pertenencias todavía las tienen ellos en un almacén. Nosotros les decimos es que no es que no quisiéramos irnos, es que no teníamos donde meter todo lo que fuimos consiguiendo durante los años que estuvimos allí como futbolines, billares, muebles, mesas, sillas, juegos de mesa…”, comenta Borjamina.
El gallego apunta que, cuando acabe su participación en el programa de Ion Aramendi, volverá a la formación de proyectos internacionales, tanto los suyos de Arousa Moza como los de otras organizaciones. Y es que a Borja le llamaban de Italia o Rumanía para ir a impartir los cursos de formación. “Ahora me siguen contactando, pero no puedo decirles que sí porque tenemos las grabaciones del concurso y no sé cuando acabaremos, podemos caer eliminados cualquier día”, afirma.
Para este invierno no ha hecho muchos planes por esa incertidumbre, ya que desconocen el calendario de grabación y, entre el concurso, compromisos y la asociación Arousa Moza, tampoco es que le quede mucho tiempo libre. Además, se ha embarcado en otras aventuras como una sección semanal en la Radio Galega, que también le ocupa bastante tiempo.
¿Qué pasará después? “Sinceramente, cuesta imaginarlo. El programa suponía una pausa en nuestra vida y rutina diaria, pero se ha acabado convirtiendo en esa propia rutina. Seguro que vendrán nuevos proyectos, como los que han ido apareciendo en estos meses, teniendo que decir que no a algunos por no poder compaginarlos, y, si no, estaré muy contento de retomar una vida con la que estaba muy feliz y a la que añadiré un buen colchón económico”, asegura el concursante.
Pero el gusanillo de la televisión y los concursos sigue dentro de Borja, y tras hacer historia en ¡Ahora caigo!, participar en El Cazador o The floor, tiene claro que después de Reacción en cadena sus fans le seguirán viendo en televisión: “Seguro que esta no será mi última vez en la tele y que más pronto que tarde los espectadores podrán verme probando suerte en otros formatos”, promete.
Un colchón de 850.000 €
Borjamina, Raúl y Bruno ya han acumulado casi 2.550.000 euros en sus casi 500 programas en Reacción en cadena, pero mientras sigan participando, ese dinero seguirá aumentando, ampliando la finalidad del montante económico, aunque la primera sigue siendo el local para su asociación.
“Sigo como al principio. No tengo ningún plan más allá del local de la asociación. Hasta que no lo vea en mi cuenta, no seré consciente de lo que he ganado. Por ahora solo es un número y, de todas formas, la cifra que nos queda para cada uno está muy lejos de los 2,5 millones que llevamos acumulados como equipo, y sin restarle los impuestos”, destaca. Y es que, si fueran eliminados ahora, se llevarían unos 850.000 euros cada uno, a lo que habría que restarles lo que se quede Hacienda.
Y como todavía no se han llevado ni un euro del programa, de momento, el mayor de los Santamaría no se ha permitido ningún antojo especial pensando en lo que le llegará: “Sí que es cierto que vivo mirando menos la cuenta del banco, pero no me he dado ningún capricho que no pudiera haberme dado de no estar en el concurso”, asegura.
No obstante, que estén rozando el millón de euros por cabeza cada uno de los concursantes hace que les lleguen muchos mensajes a través de redes sociales pidiéndoles ayuda económica, tanto a él como a su hermano Raúl o a su amigo Bruno “para causas concretas o de personas que están ahogadas por las deudas”, apunta Borja.
El gallego es consciente de que su paso por Reacción en cadena tiene una parte positiva y una negativa. Lo que más valora de su paso por el programa no es tanto el dinero que llevan ganado, sino que tener tanta repercusión mediática es beneficioso para su asociación, Arousa Moza. Ésta da visibilidad a otras agrupaciones o iniciativas, promociona Vilagarcía… dando mayor alcance a otras causas que puede defender en la televisión o en redes. “También ayuda a que las instituciones hagan más caso”, apunta.
En cuanto a la parte negativa, el mayor de los Santamaría confiesa que la televisión le ha quitado tiempo que dedicaba a otras cosas como aficiones o a la propia asociación. “Aunque Arousa Moza está en buenas manos, echo de menos el trabajo diario, el estar presente en las actividades que llevamos a cabo o el poder viajar a menudo y participar en proyectos internacionales como hacía antes. Abandoné un proyecto para poder grabar un día y ahí seguimos tras año y medio”, señala.