José Manuel Ruiz es chófer autónomo y este domingo se ha echado a la carretera para trabajar gratis, para llevar un porte de 14.000 kilos de solidaridad hasta Catarroja: uno de los pueblos de la Comarca de L’Horta afectados por la DANA más grave del siglo que se ha cobrado la vida de 217 personas. "Trabajo en Torrecotrans y suelo hacer la ruta entre Murcia y Valencia, conozco a muchos compañeros afectados por la DANA", subraya José Manuel, al volante de un enorme camión Mercedes de tres ejes, al inicio de un viaje de dos horas en el que le acompaña un periodista de EL ESPAÑOL. "Esto ha sido un desastre".
"Ni me lo he pensado a la hora de sumarme a este convoy solidario", tal y como insiste este chófer que este domingo se recorrerá 223 kilómetros de carretera, desde el Polígono Base 2000 de Lorquí con destino Catarroja, a pesar de que hay una alerta amarilla por lluvias torrenciales de hasta 100 litros por metro cuadrado, para sumarse a un convoy solidario que ha montado la conocida empresa Carrozas y Juguetes Belando, junto al Ayuntamiento de Murcia.
El convoy compuesto por seis camiones y furgonetas, cargado con más de 80.000 kilos de comida, agua, pañales para bebés, productos de limpieza y de aseo personal, así como ropa y estufas, parte a las 13.15 horas de este domingo, después de escuchar las últimas instrucciones del empresario Juan Pedro Belando, acompañado por el concejal de Deportes de Murcia, Miguel Ángel Noguera, junto a varios alcaldes pedáneos como José Burruezo, responsable de cuatro barrios del distrito norte de la capital del Segura que se han volcado donando productos básicos y enseres a Catarroja donde sus vecinos no tienen acceso a agua potable.
"Vamos directos al Polideportivo de Catarroja", subraya el empresario Juan Pedro Belando, equipado con un peto reflectante en cuya espalda se puede leer una palabra que deja claro que lleva la voz contante del convoy: 'Organización'. "Mucho cuidado por la carretera".
En el convoy nos adentramos por la Autovía del Mediterráneo (A-7) y un leve manto de lluvia nos recibe. "Pasaremos por Alzira y Alfafar", advierte el chófer José Manuel Ruiz, de 47 años. "Serán dos horas de viaje: si la autovía está cortada, nos tendremos que salir para meternos por la carretera nacional por la huerta de Valencia".
En la cabina de este camión rígido, también viaja su mujer, Santi Contreras Martínez, de 35 años, administrativa en Torrecotrans. "No iba a dejar que mi marido viajase solo, sin saber lo que se va a encontrar por el camino", reflexiona Santi, justo antes de romper a llorar. "La DANA del martes pasó por la Región de Murcia y no ocurrió nada, pero en Valencia lo han perdido todo en un momento. Conozco a muchos camioneros valencianos que han perdido sus casas, sus coches... La verdad es que esto nos podía haber pasado a nosotros. Esto ha sido una lotería".
Pasan 20 minutos de las dos de la tarde, el convoy está atravesando Caudete y la lluvia no cesa. En la radio, José Manuel tiene sintonizada la COPE para estar informado durante el viaje sobre cualquier incidencia de la DANA. El móvil lo coloca en un soporte para que Google Maps advierta en tiempo real del panorama que hay en la autovía. A las 14.36 horas nos encontramos un control de la Guardia Civil, a la altura de La Font de la Figuera. "Están desviando a los camiones de gran tonelaje por Madrid para ir hacia Barcelona. Solo pasamos nosotros porque llevamos ayuda".
Pregunta.- ¿Alguna vez en su carrera ha tenido que realizar un porte de estas características?
Respuesta.- José Manuel Ruiz: Llevo 30 años trabajando como conductor profesional, pero nunca he realizado un porte solidario de estas características. Aunque en la DANA de 2019 que afectó a la Región de Murcia, una patrulla de la Guardia Civil, cuando yo estaba en la redonda de los almacenes Marvimundo en el Polígono Industrial El Puente, me pidieron si les podía ayudar con el camión y no lo dudé un segundo. Me puse a rescatar a gente atrapada en sus casas en la huerta de Alguazas: les bajé la compuerta trasera y cuatro mujeres se subieron a la caja del camión.
José Manuel es uno de esos camioneros que se ponen la capa de superhéroe, como ocurrió durante el confinamiento de la pandemia de coronavirus, cuando los transportistas sen jugaron el pellejo para seguir distribuyendo comida a los supermercados de todo el país, o material sanitario. "Madre mía, hay una empresa de hierro a la que solía ir que está destrozada", apunta este transportista. "Esto es un golpe de realidad", apostilla su mujer, Santi, mientras el camión empieza a atravesar algunos pueblos afectados por la DANA.
En la autovía, apenas hay tráfico. En los márgenes de la carretera hay conos y señales advirtiendo de la presencia de obstáculos. Al fondo, se divisan montañas y montañas de enseres destrozados por la rabia de la lluvia. También se ven vehículos militares que están trabajando a destajo en la limpieza de los pueblos de la Comarca de L’Horta. El sonido de las ambulancias advierte de que cada vez estamos más cerca de la zona cero de la DANA. "Madre mía, cuánta perdida para la economía: hay muchas naranjas tiradas por los campos", resalta Santi de forma espontánea.
El ambiente que hay por la carretera, no tiene nada que ver con lo que José Manuel se encuentra a diario, cuando hace portes a Valencia de detergentes, piezas de plástico, hierro, conservas... "En cada viaje vas haciendo amigos en las paradas en las áreas de servicio o mientras que cargas o descargas en los almacenes de polígonos", recuerda apenado este chófer autónomo. "Un compañero que trabaja de transportista en una empresa de Paterna, lo ha perdido todo porque vive en Paiporta".
P.- ¿Conoce a muchos transportistas valencianos afectados por la tragedia de la DANA?
R.- José Manuel Ruiz: Sí. Un compañero que trabajaba en Ribarroja se quedó atrapado en la empresa por la DANA, junto a sus compañeros, y lo último sé es que seguían allí unas 40 personas. Le volví a llamar, pero su teléfono móvil ya no tenía línea. La verdad es que esta noche no he dormido más de dos horas seguidas, pensando en el viaje.
P.- ¿Qué le preocupaba?
R.- No sé lo que veremos cuando lleguemos a Catarroja y empecemos a repartir todo lo que transportamos. Espero no encontrarme con el cuerpo de ningún fallecido.