Es mediodía, luce el sol y hace una temperatura veraniega. Unos 27 grados un 4 de noviembre. Eso, unido a la gastronomía, las playas, al carácter de la gente y a las facilidades que históricamente da el municipio, explican bien porqué la Base Naval de Rota (Cádiz) es el destino en el exterior más demandado por los militares norteamericanos, muy por delante de la base estadounidense en Yokota (Japón). El municipio, de 30.000 habitantes, acoge aproximadamente entre el 60 y el 70% de los 7.000 estadounidenses vinculados a la Base Naval, entre personal civil, militar y sus familias. ¿Y cómo viven la víspera de unas elecciones cruciales? Entre la preocupación, el desencanto y la indiferencia.
"Son muy suyos, y de política no suelen hablar. Al menos, los militares, por razones obvias", explica Rocío Ruiz, al frente de la oficina 'Welcome to Rota' que el ayuntamiento tiene abierta justo enfrente del control que da acceso al recinto militar. En septiembre, la administración estadounidense culminó la llegada de un quinto destructor para reforzar el escudo antimisiles. La traducción más terrenal es que han llegado 600 militares más, acompañados de sus familias. Para 2025 está previsto que Estados Unidos desplace un sexto destructor. Otros 600 marines más.
El tiempo medio de permanencia de los militares suele ser de un año o dos, "aunque la mayoría pide quedarse más tiempo, por lo que permanecen cuatro años", matiza Ruiz, quien enseña el calendario con los cursos de bienvenida que el consistorio roteño da a los recién llegados. En ellos se les ubica, se les enseña las distintas zonas de la localidad, dónde comprar... "Damos dos por semana y están completos. Los que han llegado, digamos, acaban de aterrizar: se encuentran buscando casa".
Según los datos del censo a enero de 2022 de la Encuesta de Población Activa, en España viven 39.812 estadounidenses, de los cuales Madrid alberga 11.717. Le sigue Barcelona, con 7.734. En quinto lugar se situaría la provincia de Cádiz, con 1.659 personas censadas de esta nacionalidad. Pero teniendo en cuenta los párrafos anteriores, el censo no determina la cifra real y actualmente en Cádiz, gracias a Rota, son muchos más.
El alcalde de la localidad, Javier Ruiz Arana, detalla a EL ESPAÑOL que "yo no sé si Rota es el municipio que más americanos tiene. Lo mismo tiene Madrid más. De las que más, seguro. Y por peso poblacional, con 30.000 habitantes", y acogiendo a 7 de cada 10 de esos 7.000, "indiscutiblemente, sí lo es".
Los estadounidenses hablan
A las 12,30 horas dos chicos y una chica, afroamericanos, entran en una de las dos tiendas de vapeadores cercanas a la base. Son marines. Del tipo que los que salen en las películas. Altos, fuertes. De política no hablan, y como son altos, fuertes y son marines como los de las películas, la prudencia indica que no hay que insistir. No hablan ni de Trump, ni de Kamala ni de las elecciones. "No me interesa", dice uno, tajante, y le pregunta a la chica, quien asegura que tampoco. Un tercero duda, y finalmente, al verse solo, amablemente declina también.
En una mesa alta de las terrazas de hostelería que da a la playa urbana está sentada Nicky Thrailkill. Lleva un año en Rota y es del estado de Washington. "No he votado por las dificultades de hacerlo desde el exterior. En las anteriores elecciones yo vivía en Costa Rica y me costó mucho trabajo. Y tampoco lo he hecho ahora porque, vote lo que vote, Washington no es un estado de los decisivos. Si lo fuera, habría votado", explica.
¿Donald Trump o Kamala Harris? "Creo que si sale Trump será un gran error. Si sale, será porque se ha secundado a una persona que ha cometido muchas infracciones legales. Yo creo que sería ideal que saliera una mujer. Va a salir Trump, aun que yo votaría por Kamala".
La acompaña Juan Manuel Moreno, "sí, como el presidente de la Junta", dice riendo este roteño anglohablante. A la pregunta en inglés de si Nicky y él están casados, responde también en inglés con un prometedor "todavía no, a ver qué pasa", que hace que Nicky se sonroje y sonría.
Pregunta.- ¿Cómo votáis los estadounidenses que estáis aquí?
Respuesta.- Por internet, accediendo a una base de datos, y también puede hacerse mediante un código QR individual.
En el Bar La Concha, en la plaza del Ayuntamiento, Jennifer se toma un agua mineral y Larry Stephenson, su marido, una caña de cerveza. Luego pedirán un tomate aliñado con aceite, tomate y orégano. Son los únicos clientes de un lunes desierto en una plaza que, en fin de semana, estaría atestada. Ambos, oriundos de Coldwater (Misisipi) están de vacaciones, aunque han ejercido ya su derecho al voto.
La zona gris
Ambos ven el futuro oscuro, y son pesimistas con los resultados electorales. Quizá, porque ella es bibliotecaria y él, propietario de un vivero de árboles frutales cuyo lema es 'los frutos de ayer se cultivan hoy para las generaciones del mañana'.
"Desde la Guerra Civil (estadounidense), Estados Unidos no había estado tan polarizado como ahora", indica Larry. "Nothing good" (nada bueno) masculla mientras menea la cabeza. Por eso, subrayan que "los resultados electorales van a ser malos porque no van a servir para unir a la gente. Si gana Kamala, perdemos. Y si gana Trump, también. En Estados Unidos ya no hay zonas grises".
Es, precisamente, en esa zona gris que añoran en la que se sitúan ideológicamente. "Misisipi es un estado en el que el 50% de la población es de color, y vota demócrata, y el otro 50% es blanco, y vota republicano. Tradicionalmente gana el voto republicano, pero es que estamos hartos de los políticos".
P.- Entonces, un poquito como en España también.
R.- Sí, como aquí, según me han dicho. Estamos muy pendientes de las elecciones. En el hotel ponemos la BBC. Es complicado también en Estados Unidos, porque nosotros buscamos información, no opinión.
"Trump apoya a los dictadores, pero tampoco estoy de acuerdo en que los demócratas lo llamen 'Hitler', porque es un insulto a las víctimas del nazismo", señala Jennifer, quien por su profesión se confiesa "liberal, y con muchos amigos de ideas progresistas". Ambos destacan, además, "una falta de valores" de manera generalizada en la política estadounidense. "El republicano de ahora no es el de antes, ni el demócrata de ahora es el de antes".
Marina amamanta a un bebé de pocos meses en otro bar. Está acompañada de su marido, Peter, y de su hijo mayor, un sonriente niño que no llega a los 3 años. Ella es de Rota y él, también de Misisipi. "Nos conocimos en California, porque yo estuve allí trabajando. Nos casamos y por trabajo nos hemos mudado otra vez al sur de Estados Unidos", indica ella. Se encuentran en Rota "porque yo he dado a luz, y él, que es científico, tiene trabajo aquí por cinco meses".
Peter, quien se esfuerza por hacerse entender en español, acaba pasándose al inglés. "Yo he votado antes de venir", explica. No se pronuncia sobre sus preferencias políticas, aunque sí augura que ganará Donald Trump "dentro de que la cosa va a estar muy reñida. Se va a decidir todo en estados como el de Pensilvania".
El motor
Sobre qué espera Rota de estas elecciones, el alcalde, Javier Ruiz Arana (PSOE) incide en que el municipio "lleva conviviendo encantado con los americanos desde hace 70 años, y eso se nota. La hostelería está muy adaptada a ellos, a sus gustos y horarios".
Como alcalde, "y personalmente, pues entiendo que si sale Donald Trump barrerá más para casa, y eso lo notarán las empresas de aquí. Nosotros al final lo que queremos es que sigan siendo un motor para nuestra economía. Y nuestras relaciones, con administraciones tanto demócratas como republicanas, siempre han sido muy buenas".
No cree que un cambio de color político suponga excesivos cambios en el panorama bélico, entre Rusia y Ucrania o entre Israel y Palestina, "porque aquí hemos vivido la guerra de Irak, la de Afganistán... y la preocupación actual de la OTAN es el escudo antimisiles por la desconfianza que tienen con Rusia, y esa cobertura es la que explica que ahora haya tantos americanos aquí. Si sale Trump... pues la verdad es que a veces dice cosas que no cuadran".