Eduardo lleva toda la vida haciendo deporte. El pasado 6 de octubre estaba disputando la 9K Paraíso Salado de San Pedro del Pinatar (Murcia), una carrera de resistencia de nueve kilómetros en la que llevaba un ritmo excelente. Sin embargo, a unos ochocientos metros de la meta se le nubló la vista, y cuando volvió a abrir los ojos estaba en un hospital. En ese momento no recordaba que Francisco Javier, un agente de la Policía Nacional que estaba fuera de servicio, le había salvado la vida cuando le vio desplomarse con una parada cardiorrespiratoria.
"No recuerdo haber caído al suelo", explica Eduardo, de 58 años, un comerciante argentino de vehículos de segunda mano que se encontraba en España una temporada para visitar a su hija. Momentos antes, Francisco Javier, que estaba paseando cerca con su bebé, observó que algo no iba bien en el corredor: "Estaba renqueante e iba perdiendo aceleración. De repente, cayó al suelo de manera controlada".
El policía no se lo pensó dos veces: aparcó el carrito de su bebé y corrió a socorrerlo. "Mi primera reacción fue ponerle en posición lateral de seguridad. Me percaté que su rostro tenía los ojos vueltos y se estaba tragando la lengua".
"Empecé a pedir ayuda porque cerca había un puesto de auxilio", detalla el agente. "Llegó un miembro de la organización de la carrera que me proporcionó un abanico con el que entre ambos conseguimos liberarle las vías aéreas. Hecho esto, comprobé que ni respiraba ni tenía pulso".
La situación era crítica para el veterano corredor argentino que hacía apenas unos segundos llevaba un gran ritmo: "Iba luchando por quedar en tercer lugar", tal y como él mismo explica. Sin embargo, este fatal imprevisto estuvo a punto de poner punto y final a su vida, de no ser porque Francisco Javier sabía cómo actuar.
"Comencé a hacerle la maniobra de reanimación cardiopulmonar", continúa el agente. "Así estuve unos 3, 4 minutos hasta que llegaron las asistencias con una ambulancia. Ahí terminó mi actuación y se hicieron cargo ellos, y yo tuve que regresar con mi bebé", concluye con alivio.
Este miércoles ha tenido lugar un acto de reencuentro entre los dos protagonistas de esta historia con final feliz, a escasos metros de donde ocurrió el incidente. Así, frente a una playa del Mar Menor en Lo Pagán, pedanía del municipio murciano de San Pedro del Pinatar, ambos han vuelto a charlar sobre lo sucedido, y el policía le ha regalado al corredor un parche con un logo de su unidad.
En este acontecimiento, Eduardo ha subrayado a EL ESPAÑOL que "ni siquiera los médicos entendían por qué me pudo pasar". No en vano, el corredor recalca que lleva haciendo deporte "toda la vida", y en todas las pruebas posteriores al incidente a las que se sometió "solo encontraron una arteria tapada por colesterol alto".
Pregunta.- ¿Alguna vez ha tenido un incidente similar haciendo deporte?
Eduardo.- Nunca me ha pasado nada parecido. De hecho, este año ha sido el primero en el que he hecho más hincapié en hacerme pruebas de esfuerzo: espirometrías con la máquina de oxígeno, análisis de sangre… Todo bien. Es más, el mes anterior había corrido la media maratón de Buenos Aires y había bajado mi tiempo del año pasado.
P.- ¿Hay algún factor que pueda haber influido en esa parada cardiorrespiratoria?
E.- Yo lo entiendo por el lado de la carga emocional. Hacía dos años que no veía a mi hija, el estrés previo con los negocios… Precisamente parte del estrés que yo cargaba es que ya estaba cerrando mi negocio definitivamente para poder dedicarme un poquito más a compartir tiempo con mi señora.
Pero siempre he hecho deporte de forma amateur sin ningún tipo de problema: fútbol, pádel, ciclismo... Empecé a hacer running alrededor del 2018, pero yo traía una base aeróbica y muscular. Hacía entrenamientos programados todos los días antes de venir a correr esta carrera. Cinco días a la semana de correr: trote, fondo, cambios de ritmo… Y después un día a la semana para ajustar, y gimnasio.
Francisco Javier da fe de la buena forma física de Eduardo. No en vano, él mismo ha corrido en este tipo de carreras y pudo comprobar el ritmo del corredor argentino: "Iba muy rápido, para terminar la carrera en 40 minutos o incluso menos". El policía matiza que en este tipo de pruebas físicas, que alguien amateur acabe en un tiempo de entre 40 y 42 minutos es señal de que está "bastante entrenado".p
El reencuentro ha concluido con un abrazo entre los dos protagonistas, y Eduardo se compromete a volver el año que viene a San pedro del Pinatar: "He nacido de nuevo aquí. Me he comprometido con Francisco Javier a que el año que viene vamos a venir para participar en la marcha senderista que hace este mismo recorrido caminando".