L.G./Agencias
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El Juzgado de Menores de Santander ha condenado al hijo adoptivo detenido por el asesinato de su madre. Silvia López, el pasado 7 de febrero en Castro Urdiales (Cantabria), a la pena de 6 años de internamiento cerrado por asesinato y agresión sexual, como medida principal. Perpetró el crimen con la ayuda de su hermano menor, que al tener 13 años en el momento de los hechos, es inimputable al no alcanzar los 14. Según abunda El Diario Montañés, quedó en acogida en un centro de menores dependiente de las instituciones cántabras, que tiene su tutela.

La noticia la ha avanzado El Correo, que ha desgranado además la sentencia, hecha pública hoy martes. Se trata de la pena máxima posible para un menor de 15 años, aunque cumplió 16 poco después de cometer el crimen. Se trata de una sentencia de conformidad acordada entre las partes, incluida la familia de la víctima, que ha ejercido la acusación particular, y aceptada por el acusado.

Además de por asesinato, se le castiga también por un delito de agresión sexual contra su madre adoptiva, Silvia López, de 48 años, ambos con la circunstancia agravante de parentesco y sin ninguna atenuante por su estado mental.

Agresión sexual

En este sentido, fuentes jurídicas han precisado a Europa Press que los seis años de condena es el límite máximo que se puede imponer a un menor de 16 años. Porque, aunque haya cometido dos delitos graves, la ley impide expresamente superar los seis años; es decir, se piden cinco años por el delito grave de asesinato y solo se puede añadir uno más, hasta seis, por el de agresión sexual.

Según la sentencia, el ataque fue planeado por ambos menores, procedentes de Europa del Este, y se produjo cuando la madre adoptiva estaba comiendo en su vivienda de la calle Monte Cerredo de la localidad cántabra. El mayor le propinó varias cuchilladas mientras el hermano menor la sujetaba.

Siguiendo el relato de los hechos probados recogidos por la sentencia, la mujer comenzó a sangrar abundantemente, por lo que el mayor le quitó la ropa y "con ánimo libidinoso le introdujo varias veces los dedos en la vagina", motivo por el que también ha sido condenado por agresión sexual. Después la cubrieron con bolsas, le ataron pies y manos con cinta aislante, la llevaron al garaje -directamente comunicado con la vivienda- y la introdujeron en el coche.

Posteriormente, y con la intención de eliminar huellas y simular que habían sufrido un secuestro, limpiaron el rastro de sangre y dejaron una nota en la mesa de la cocina en la que se podía leer la palabra 'ayuda'.

Los hermanos colocaron el cuerpo en el suelo de la parte trasera del coche, donde fue encontrado por la Guardia Civil a las 20:45 horas del mismo día de los hechos. El mayor llegó a arrancar el vehículo, pero como no sabía conducir lo empotró contra la pared. Así que dejaron allí el cadáver y huyeron, aunque previamente se hicieron con la tarjeta bancaria de la madre y su móvil.

Respondieron a una de las llamadas de la abuela al teléfono de la madre pasadas las ocho de la tarde y dijeron que habían sido "secuestrados". La mujer avisó a la Guardia Civil, que acudió a la vivienda y descubrió el cadáver en el coche. Los hijos fueron localizados pasada la una y media de la madrugada en el parque Cotolino, a menos de un kilómetro de su casa.